Caminaba tranquilamente, necesitaba ir al pueblo para rellenar sus reservas, últimamente no habían aparecido muchos demonios por la zona, los que aparecían simplemente eran demonios simples y fáciles de matar, nada de que preocuparse.
Igualmente a los de rangos menores los mandaban a combatir con ellos, pocos eran los pilares que tenían que ir a una misión, sentía que porción podría tener un momento de calma y relajarse después de tanto tiempo, también sabía que nadie lo molestaría, tenía en cuanta que aunque no fuera odiado, no era del agrado de muchas personas, nadie se preocuparía en visitarlo, aunque se sintiera solo, aveces ese silencio lo hacía sentir tranquilo y sin molestias, aunque es claro que le gustaría tener más compañía, más sabe que solo irían todos con el para su funeral.
Entrando al pueblo noto una vibra muy ligera, toda la gente sonreía y se veía alegre, con miradas generosas y dispuestas a ayudar en cualquier situación, sentimiento indescriptible.
No solo la gente daba esa vibra, sino también el lugar, habían muchos paisajes verdes y llenos de vida, como también sus hogares y locales tenían una arquitectura impresionante y hermosa, hacia ver el pueblo como el paisaje perfecto.
Tomaba caminatas por el lugar en sus tiempos libres y siempre que pasaba cerca visitaba el lugar, sin duda que si le pasaba algo al pueblo o a las personas de este, haría todo lo que estuviera en sus manos para evitarlo y si no podría se sentiría eternamente culpable por dejar que un pueblo tan alegra y pintoresco como ese cayera en declive de una manera horrible.
Entro local por local, buscando por lo que había venido, mientras disfrutaba de la atmósfera tranquila del lugar.
Ya era la última tienda que visitaría, después volvería a su finca denuevo, entró al lugar, el señor mayor, quien atendía, lo saludo con entusiasmo, mientras el solo se acercaba para poder pedirle lo que necesitaba.
Al terminar la compra un joven se acercó a él, con un carrito de madera que estaba llena de pequeños retoños de distintos tipos de árboles.
- ¿Podría comprar alguno de estos árboles?, algunos son curativos u otros son frutales, ¿le gusta Algo? - Su voz era tenue y calida, una voz muy compasiva y gentil, casi como la de un ángel.
- ¿Piensas venderle hiervas curativas al muchacho?, es obvio que no le gustan esos tipos de hiervas, tal vez le guste más un cerezo, ¡aparte de que es más bonito! - Hablo en señor dueño de la tienda con su típica voz alegre tan característica.
El joven volteo al corrido sacando un árbol de cerezo rosa que aún era pequeño y su mirada se centro en el - ¿Le gusta? - tenía una mirada tranquila, sus ojos se veían tristes pero mantenía una sonrisa en su boca, se parecía tanto a..
- Sabito - sin querer esa palabra salió de su boca, sus dos acompañantes lo miraron confundido. - Lo siento... Si, me llevaré el cerezo - Se sintió avergonzado por eso, pero de igual manera lo compró.
Al salir de ahí noto que se estaba haciendo tarde, debía volver a su finca por si lo necesitaban, aún que lo dudaba mucho.
Con sus cosa en brazos salió del pueblo directo a su finca caminando rápido, aún que una presencia lo observaba desde arriba ¿un demonio?, no, Obanai lo espiaba desde la rama alta de un arbol, pasaba por el lugar cuando vio a Giyuu entrar al pueblo, el solo lo observó, no es que buscará algo de el, no, solo quería ver que hacía ese cara de rata dentro de ese pueblo, era el pilar que más odiaba, era patético y ridículo, no vaya a ser que perdone la vida de otro demonio, ya lo hizo una vez y no dejaría que cometiera el mismo error otra vez.
Aquel tal "Pilar del agua" sólo había ido al lugar a comprar suministros, no le importaba pero al ver que se había ido, bajo del árbol para adentrarse al pueblo, cuando Giyuu entró parecía asombrado con el lugar, simplemente era un simple pueblo con gente normal, común y corriente, quien sabe que le pudo haber llamado la atención de ese pueblo, como sea, decidió explorar el pueblo.
Tomioka había llegado a su finca, por fin denuevo en casa, al estar adentro llevo lo que había comprado en sus respectivos lugares, dejando el cerezo cerca de una ventana en su habitación.
Su estómago rugió, no se había dado cuenta que tenía habré, si lo hubiera notado antes habría comprado un tazón de ramen en el pueblo. Agarró los ingredientes necesarios y se dispuso a cocinar teriyaki.
Ahora que lo pensaba, hacía ya dos años que no veía al niño que mando a la monte Sagiri para que se encontrara con Urokodaki, temía que su hermana hubiera atacado a alguien o incluso el joven que hubiera muerto en la prueba para ingresar al miembro de cazadores de demonios, no sabía si estaba vivo o muerto, solo esperaba que pronto su entrenador Urokodaki le enviará noticias.
Sabía que la prueba había empezado hace apenas dos días, solo esperaba que aquel niño pudiera sobrevivir, sabía que cualquier cosa que podría haber pasado el señor Urokodaki se lo informaría, lo único que podía hacer por el momento era esperar.
Ya había terminado de cocinar y al parecer por pensar tanto termino haciendo comida de más, simplemente procedió a servirse cuando escucha un golpe seco proveniente de la entrada de su finca que lo alertó solo como si algo o alguien se hubiera caído, rápidamente salió con la katana empuñada, si era un demonio se encargaría de él.
Otros ruidos en secuencia se escucharon en su puerta, al parecer algien tocaba le puerta y se oía algo desesperado.
Guardo su katana y se dirigió rápido a la puerta para abrirla rápidamente, ¿Iguro?, al enfocar bien su vista vio que estaba muy malherido, cortadas y moretones por todas partes y de cada una de sus heridas salían chorros inmensos de sangre, estaba incado en el piso intentando pararse, ¿el ruido sordo fue por que se cayó?
- Tomioka - Lo escucho decir con una voz cansada, tosiendo consecuentemente, rápido lo cargo en su espalda, era ligero, lo llevó a su habitación y lo recostó, e intento comunicarse con Iguro para saber que había pasado.
- Iguro, ¿Iguro?... - Había caído desmayado, seguramente por el cansancio, ahora solo tenía una pregunta..
¿Cómo había terminado así?¿Tomioka top o bottom?
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The Cherry Tree - OBAGIYUU
Hayran KurguObanai odia a Giyuu con todo su ser por su manera de comportarse, pero después de pelear contra un demonio con una técnica demoníaca peculiar, tal vez las cosas cambien y den un giro, todo dependerá del cerezo. Esta historia ya la tenía hecha en otr...