La inocencia del corazón.

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Que inocencia tiene el corazón, tan puro como él agua de un manantial

Pobre corazón que se entrega con pasión y devoción, se entrega por completo, sin miedo y sin reservas.

El corazón no tiene ojos, creé lo que le dicen, él sólo se deja guiar por lo que siente, posee la inocencia más pura, creé en mentiras he ilusiones vacías y falsas promesas.

Con cada mentira, el corazón se rompe, con cada decilucion se endurece el corazón, con cada promesa rota el corazón se va envolviendo en una coraza.

Lo triste es que el corazón, apesar de todo, no pierde por completo su inocencia y esa inocencia hace que siempre quede una brecha, por la cual se puede entrar y aveces sólo para que le hagan más daño.

La inocencia del corazón, es la destrucción del alma.

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