𝑺𝒆𝒎𝒑𝒊𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐

‧͙⁺˚*･༓☾ 8 𝑙𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑑𝑎𝑑 ☽༓･*˚⁺‧͙

1/2

Felix se sorprendió y se sintió avergonzado al ser descubierto. A la vez, pensaba que había hecho algo malo, pero todos esos pensamientos y emociones desaparecieron cuando Hyunjin acercó la mano a su pecho, donde tenía una marca roja.

_ ¿Qué te pasó? ¿Por qué tienes esta marca? _ preguntó, acariciando su pecho.

_ Son marcas del entrenamiento que he tenido. Como Hijo de la Luna Roja, mi deber es ser más fuerte que los demás _ dijo con tranquilidad. _ Además, soy el hijo de la líder de la manada, por lo que he tenido que esforzarme más.

Felix quería preguntar qué tipo de entrenamiento había tenido para tener esas marcas horribles y lo doloroso que debió ser.

_ Algunos de los entrenamientos consistían en resistencia_ comenzó a contar, como si hubiera leído la mente de Felix. _ Cuando era niño, me dejaban solo en el bosque lejos de la manada para que aprendiera a cazar y sobrevivir solo. Me golpeaban o me quemaban cuando no cumplía con el objetivo del entrenamiento o no respetaba las reglas de la manada_ levantó la mano y acarició la mejilla del Omega. _ Y como verás, soy muy desobediente_ dijo riéndose.

_ ¿Por qué desovedeciste? _ preguntó Felix.

_ No lo sé, tal vez porque me aburría hacer lo que me decían los demás. Odio que me den órdenes y hacer cosas que no quiero.

_ ¿Cuál fue tu primera marca? _ preguntó.

Hyunjin se relamió los labios. _ Verte_ dijo con algo de dolor en su voz. _ Ese día que nos conocimos, tu aroma quedó en mí y cuando llegué a casa, mi madre supo que había estado con un Omega, cosa que no le agradó hasta que le conté que eras un lobo blanco. Ella se puso como loca y me dijo que me alejara de ti, que eras peligroso y que no volviera a verte. Pero yo le dije que eras mi Omega destinado_ dijo, dando una pequeña sonrisa. _ Eso fue después de eso, me mantenía vigilado, pero lograba escapar y poder verte. Pero un día me vieron contigo y cuando regresé, mi madre me golpeó diciéndome qué había hecho y que merecía un castigo. Cuando quise darme cuenta, dos hombres me tenían agarrado y otro tenía un hierro caliente en su mano. Luego de eso, estuve encerrado en el sótano durante meses. Cuando me dejaron salir, fui a buscarte, pero tú no estabas. Todos los días iba y esperaba que aparecieras, pero nunca lo hiciste_ dijo con tristeza. _ Pensé que había perdido a mi Omega.

Felix quedó horrorizado por lo que le acababa de contar. Todo había sido su culpa; Hyunjin había sufrido por él, y todos estos años había pensado que lo odiaba, que era una carga, y por eso se había ido. Lo abrazó fuertemente.

_ Pero ahora te tengo de vuelta y no te dejaré ir nunca más.

_ No quiero que me dejes solo, alfa_ dijo con suavidad.

Aquella palabra hizo que el pecho del alfa se sintiera orgulloso.

El abrazo entre Felix y Hyunjin se intensificó, envolviéndolos en un momento de amor y consuelo mutuo. Hyunjin podía sentir el latido acelerado del corazón de Felix contra el suyo, mientras un sentimiento de protección y determinación lo invadía.

Felix escuchó atentamente la historia de su alfa, sintiendo una mezcla de tristeza y compasión por el sufrimiento que Hyunjin había experimentado por su causa. El peso de la culpa se volvió abrumador en el corazón de Felix, quien se encontraba devastado al escuchar las adversidades que Hyunjin había enfrentado por amarlo.

_Lo siento, Hyunjin. Nunca quise causarte tanto dolor_ murmuró Felix, con la voz quebrada por la emoción_No sabía lo que estabas pasando. No sabía lo mucho que has sufrido por mi culpa, y yo pensando que te habías ido porque no me querías te guardé rencor todos estos años. Lo siento mucho_dijo entre lágrimas.

_Hyunjin acarició el cabello de Felix con ternura, brindándole consuelo y seguridad_No tienes la culpa, Felix. Lo que importa es que estamos juntos ahora y que nunca más nos separaremos. Encontraremos juntos la forma de cambiar la profecía

El calor del abrazo entre ellos era una promesa de amor y fidelidad inquebrantables. Hyunjin sentía una mezcla de gratitud y felicidad al tener de nuevo a su Omega a su lado, sabiendo que juntos podrían superar cualquier desafío que se les presentara.

_Te prometo, Felix, que siempre estaré aquí para protegerte y amarte_ dijo Hyunjin con determinación en su voz_No permitiré que nadie te haga daño nunca. Eres mi Omega destinado y te amo más de lo que las palabras pueden expresar

Felix levantó la mirada, encontrando la mirada llena de sinceridad y amor de Hyunjin. Un destello de esperanza iluminó sus ojos mientras Hyunjin acariciaba sus mejillas, limpiando las pequeñas lágrimas. El alfa se acercó uniéndolos en un cálido beso.

En ese momento, en medio del bosque donde se encontraban acostados, olvidaron los problemas de su destino; solo existían ellos dos y su amor. Su unión era más fuerte que nunca, basada en la comprensión, el perdón y el amor verdadero que compartían.

Con el corazón lleno de gratitud y amor, Felix y Hyunjin se prometieron el uno al otro un futuro lleno de esperanza y felicidad. Juntos, estaban listos para enfrentar el camino que tenían por delante.

El beso se volvió más posesivo y necesitado. Felix se subió al regazo de Hyunjin, haciendo que éste se levantara y se sentara con sus manos alrededor de la pequeña cintura del Omega, dando pequeños apretones. El Alfa bajó sus besos al cuello del menor, haciendo que éste se erizara la piel y apretara con sus manos los hombros de Hyunjin.

_ Alfa _ susurró con la respiración agitada. _ Creo que... que deberíamos parar ahaha_ gemió al sentir la lengua pasar por su marca, una sensación fresca.

_ ¿Por qué, Omega? ¿No te gusta?_ dijo con una voz gruesa y entre gruñidos.

_ N-no, no es eso, Alfa.

_ Entonces, ¿por qué deberíamos parar?_ murmuró en el oído de Felix, pasando su lengua por ella.

_ Ah, tenemos que irnos... buscar a Jisung_ contestó con la voz agitada.

_ Omega_ habló con su voz de alfa. _ No quiero dejarte, tu aroma es exquisito.

Felix quería que siguiera tocándolo, pero no quería ser tan fácil, quería ver que su alfa lo deseara, que lo anhelara.

Felix se fue alejando lentamente hasta quedarse lejos de Hyunjin, puso su pie en el pecho de forma seductora.

_ Hay que parar, alfa _ dijo sin más levantándose y buscó su ropa, dejando a Hyunjin atónito.

Se colocó la ropa como si nada hubiera pasado, como si no tuviera unos ojos de un depredador viéndolo con lujuria. Hyunjin no tuvo otra opción que vestirse también.

Emos vuelto