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Estaba demasiado perdido, no dejaba de llenar en Tara y no tenía buen rendimiento. Checo me estaba por adelantar en el campeonato de pilotos. Nadie estaba feliz con mi rendimiento y la verdad era que yo tampoco.

Teníamos un desayuno con Cristhian el cual me ponía los pelos de punta porque sabía que me odiaba en estos momentos. Pero no esperaba que tara nos acompañara y sobre todo no esperaba verla entrar al lobby a las 10 de la mañana con el vestido sucio, el cabello revuelto y oliendo an alcohol.

¿Dónde estabas? - le pregunté intercambiando palabras por primera vez en días.

Qué te importa - dijo ella de forma grosera pero ella de la razón. Ya no era nadie para preguntarme a quien tenía entre sus piernas.

No pude evitar sentir una oleada de celos quemarme las entrañas am imaginar a Tara tan cerca de un hombre que no era yo.

No podía evitar comportarme territorial.

Trataba de concentrarme en mis carreras pero me reajustaba difícil, tara ese día me había enloquecido y mi padre trae a Kelly al paddock.

El estuvo seguro que eso me ayudaría, pero al contrario, no pude evitar verla hablándome mal a Tara y me vi en la necesidad de interrumpir, aunque hubiera preferido no haberlo hecho.

¿Eso es un chupeton - pregunté y solo obtuve a Tara ocultando su cuello - tienes que dejar de verlo si no quieres que le parta la cara al idiota ese.

Perdí la compostura totalmente al ver a Tara. Mi mente estaba llena de sospechas, alimentadas por la presencia de Kelly y mis propios temores.

Mi quien siempre había sido un crítico, no dudo en tomar la oportunidad para reclamarme y hacerme saber qué tara estaba afectando mi rendimiento.

Necesitas concentrarte y dejarla atrás - dijo mi padre viento a Tara - Estás apunto de bajar a segundo en el campeonato por estas niñerías.

El tenía razón.

Tienes que volver a aquellos viejos hábitos que te hacían quedar en primero - añadió mi padre.

Y sus palabras combinadas con el miedo y la cólera que sentía al saber que Tara había estado con otro hombre me hicieron acceder a ver a Kelly en la noche.

Estaba esperando a Kelly en mi habitación con luces tenues, no sabia para que me esforzaba si en quien pesaba únicamente era en Tara.

El remordimiento me ganaba porque horas antes le había casi roto la nariz a Norris. Hubiera jurado que era el quien se avistaba con Tara por cómo la veía. Pero fue grata mi sorpresa al ver que no, claro me di cuenta que no demasiado tarde.

Me acerqué a abrirle la puerta a Kelly cuando escuché que tocaron pero me llevé una sorpresa gigante al ver a Tara.

La invité a pasar y lo primero que me reclamó fue Norris.

Tara eres mía y nadie que va a quitar eso - dije justificando mi altercado con Norris

No quiero seguir siendo un juego un capricho, no quiero que tengas lo que quieres de mí, y después me dejes de nuevo como la vez pasada - dijo ella y me paré en seco.

No podía creer que ella pensara eso de mí.

Dios Tara, claro que no - dije - nunca dudes que te quiero. Te quiero muchísimo, no eres solo un capricho. Cada parte de mí está jodida controlada por ti.

Sentí cada palabra que le dije y la haría mía de nuevo para demostrárselo, hasta que entre besos y agarrones Kelly tocó la puerta. Trate de detener a Tara pero no pude.

Tara al verla a ella me vio con una cara de remordimiento y decepción profunda que hubiera deseado desaparecer.

Pero la llegada de Kelly trajo consigo varias declaraciones.

¿Con Sainz? - pregunté totalmente fuera de mi. Apretaba los puños para mantener la calma y sin escuchar a nadie más salí de esa habitación consumido en celos.

Tenía ganas de partirle la cara al idiota engreído de Sainz y no pude dormir ante la idea de golpear la fascinante cara del español.

Ambos llegamos a los golpes en la confrontación del día de la carrera.

Eres un puto idiota - dije empujándolo - Consíguete algo propio

Puto idiota tú, por qué no la dejas de una vez en paz - dijo el TARAdo de Carlos - tú fuiste quien hizo que me necesitara.

¡Cállate! - grite sin paciencia.

Tara es una chica grande, ella quería un poco de diversión y quien era yo para negársela - dijo Sainz tocándose el golpe que le acaba de dar en el labio.

Si la vuelves a tocar te mato - advertí tomándolo por la camisa.

Tara me buscara si ella lo necesita, ni tú ni yo podemos detener eso - dijo Sainz empujándome.

Le hubiera soltado otro golpe si no hubiera visto a Tara en la multitud que se había juntado entre nosotros.

Tara me curó la herida que me había hecho la respuesta de Sainz y no pude evitar sentir remordimiento.

Lo siento Tara - dije.

Sabía que no debí haber sobrellevado todo aquello de esa manera, pero me sentía perdido, odiaba no tener el control de nada y justo así me sentía.

Sabía que la violencia no era la respuesta a nada. Pero en ese momento me pareció lo único cuerente.

Tara - dije quitando mis manos de su rostro - escúchame, lo siento. De verdad la cague. Solo que no quiero que Carlos esté cerca de ti, el no podría tratarte nunca como te mereces.

¿Y tú si? - preguntó y perdi la respiración unos segundos mientras las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos - Te recuerdo que tú fuiste quien me dijo un día que querías todo conmigo y al siguiente ya no querías estar conmigo porque te 'distraía' - dijo haciendo comillas en el aire. - ¿O acaso lo malinterprete todo y nunca hubo cariño en este intento de relación?

Baje la mirada incapaz de sostener mis ojos en los suyos hechos lágrimas.

Tara, hubo y hay cariño, soy un idiota, me dejo llevar por la presión - dije con los ojos un poco cristalizados.

No te entiendo Max - replicó furiosa.

Tengo miedo Tara. - admití y la primera lágrima brotó - Tengo miedo de perderlo todo por Amar, por amarte. Por eso era tan fácil con Kelly nunca me dio miedo perderla, nunca la amé, pero contigo es diferente, te quiero tanto que me da miedo hasta el más mínimo movimiento.

Quisiera creerte de verdad - dijo - pero tengo miedo de que me vuelvas a hacer pedazos, estaba bien y llegaste tú solo a joderlo todo. A hacerme sobrepensar de una forma antinatural.

Sabía que todo estaba perdido en ese momento, ya no estaba seguro de poder hacer algo. La había periodo. Y ma ausencia de Tara se me empezaba a hacer imposible de soportar.

Cuando el nombre de Sainz resonó en mi pecho sentí el color verde, los celos, era un sentimiento amargo de protección hacia Tara. Lo odiaba.

Desde los ojos de Verstappen. Where stories live. Discover now