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Está carrera definía muchas cosas, le estaba dejando en claro a Horner que Tara no me distraía, al contrario. Mis choques de personalidad con el estaban disminuyendo y estábamos reconciliando la relación que teníamos antes de que se enterara que salía con su sobrina.

La carrera estaba siendo pan comido para mi, hasta que entré a pits y fui adelantado. Pero hoy me sentía con muchísima presión y por más que me acercaba no podía adelantar a Norris.

Max escúchame - subieron por la radio - sigue presionando a Norris y cuando te avisemos harás un rebase en curva.

Me quedé perplejo unos segundos, esos rebases eran algo arriesgados sobre todo en esta pista con curvas tan angostas. Pero tenía que confiar en mi equipo así que accedí.

Copy - dije.

Pero la señal nunca llegó apelar de que trate de comunicarme no pude, mis intentos de adelantar a Norris fueron basura, no pude. Ese día subí al podio en un segundo lugar, segundo lugar que sentía amargo.

Cuando me acerqué al taller vi a mi padre insultando de todas las formas posibles a Tara u a Cristhian y antes de que pudiera preguntar mi padre me agarró del brazo bruscamente y me llevó a un lugar alejado.

¿Me puedes explicar porque la mini Horner desconecto el radio arruinando la estrategia? - preguntó mi padre y yo quedé boquiabierto.

¿Qué ella hizo que? - pregunté un poco cabreado.

Tara desconectó el radio - dijo enfurecido - ¡Esa niña no tiene ni idea de lo que hace aquí!

Ella no haría una estupidez así - dije defendiéndola.

¡Claro que lo haría! - gritó mi padre - ¡Está enamorada de ti y es una distracción! ¡No la necesitas ni en tu vida ni en la carrera! Hoy te costó una victoria. Si realmente quieres ser el mejor no puedes dejar que estas cosas sucedan.

Sentí un nudo en el estómago, no se si por la acusación o por la forma en la que mi padre se refería a Tara.

Tu no sabes eso - dije.

Max he visto como te afecta - dijo acercándose y sacudiendo un poco mi cabello - Antes de que se hicieran secarnos eras imparable, te haz ablandado. Ahora cada error, cada fallo te lleva a ella. Si no la alejas no volverás a ser campeón.

Ella me ha apoyado más que tú - refuté.

No seas ingenuo campeón - odiaba que me llamara así - te estás dejando llevar por tu emociones y eso te va a costar todo.

Sus palabras me golpearon con fuerza. Quería defender a Tara, quería gritarle a mi padre que estaba equivocado. Pero después de lo del radio no tenía cómo defenderla. Tenía el campeonato en la palma de mi mano y no quería renunciar eso.

No puedo simplemente dejarla - dije y odie planteármelo.

¿Quieres seguir siendo un piloto mediocre? ¿O quieres ser el mejor? - preguntó con u a mirada desafiante.

Mediocre

Mediocre

Mediocre

Lo haré - dije con mi temblorosa voz y regrese al taller con el corazón pesado y la cabeza llena de dudas.

Lleve a tara a su habitación y le pedí que me hiciera sentir humano en un momento en el que me sentía como alguien sin emociones.

Me encantaban sus labios.

Me encantaba su cuerpo a mi merced.

Me encantaban sus ojos.

Me encantaba ella.

Y odiaba tener que dejar todo así, no tuve el corazón para decirle que ya no podíamos seguir así que simplemente me fui.

Todos los días recibía un mensaje de Tara y la peor parte de eso era no poder responderle, la extrañaba como un loco pero todos los días tenía a mi padre presionando.

Fue aún más duro verla en la Carrera y ver cómo se fue al taller de Ferrari.

Dike que vuelva checo, por favor - le supliqué y el accedió.

Lo hago por ella, no por ti - dijo y yo asentí agradecido.

¿Ahora eres fan de Ferrari? - pregunté pero ella me ignoró completamente- ¿no me vas a contestar?

Me ignoraste todo el fin de semana, no se porque, pero por favor  síguelo haciendo - su tenacidad me golpeó.

Estoy seguro de que el rojo te queda bien - dije - pero de seguro  no se te vería tan bien como la chaqueta azul de Red-Bull.

Ella no respondió  y empezaba a sentir el peso de mis decisiones, sabía que mi padre estaba satisfecho pero yo estaba destrozado.

Ese día me dejé en claro que era una distracción y que estaba arruinando mis carreras, odié decirle en esa forma tan fría pero si no lo hacía ella seguiría insistiendo y eso me dolía más.

Cristhian me lanzaba miradas asesinas, claramente habia notado lo que había pasado, más que cara asesina me veía decepcionado y entonces recordé.

'No hagas que me arrepienta'

Y en ese momento sentí el color azul, sentí la tristeza que provocaba un sentimiento tan bonito como el amor.

Desde los ojos de Verstappen. Where stories live. Discover now