En la siguiente carrera todo parecía desmoronarse. La ausencia de Tara era abrumadora, no solo había perdido su presencia tranquilizadora, si no que también me sentía más vulnerable. Tara había sido mi ancla en medio del caos de este deporte y sin ella me sentía a la deriva.
Aunque sabía que todo aquello era mi culpa.
En ese fin de semana de carrera todo había ido mal, fue un desastre absoluto. En los entrenamientos libres no podía concentrarme, mi mente estaba llena de preguntas sin respuesta.
¿Dónde está ella?
¿Porque no contesta mis mensajes?
¿Está bien?
Cada vez que me subía al coche sentía un vacío que no podía llenar.
En la carrera cometí errores fatales, errores que no había cometido antes. Me salté las frenadas, no tomaba bien las curvas y lo peor de todo, me estrellé en la clasificación. Eso me dejó en un lugar humillante en la parrilla y en vez de adelantar para tratar de sumas puntos me adelantaban. Mi equipo estaba furioso, y lo entendía, yo también estaba furioso conmigo. Trate de justificar mi mediocridad pero la realidad era que Tara me afectaba.
La semana y media antes de la última carrera para el parón me concentré en cualquier cosa que no fueran mis sentimientos. Entrene demasiado y pase mucho tiempo con mi ingeniero viendo detalles del auto. Pasaba horas en el simulador y había cualquier cosa que mantuviera mi pensamiento alejado de Tara.
Aunque un par de veces traté de preguntarle a Cristhian cómo estaba ella, el solo me respondía que no sabía, aunque por su mirada sabía que la estaba pasando mal.
Solo te pedí una cosa Max - dijo Cristhian - y ahora ella está hecha pedazos en un círculo depresivo.
Baje mi mirada ante aquella declaración de Horner, sabía que estaba decepcionado a todo mundo.
La segunda y última carrera sin ella no fue mejor que la primera, aunque logré mantenerme en pista y evitar errores mi rendimiento seguía siendo mediocre. Cada cuenta me sentía más frustrado y enfadado conmigo mismo. ¿Por qué su ausencia me perturbaba tanto?
Después de la pésima carrera que me había bajado en segundo lugar al campeonato de pilotos, me senté en el taller mientras escuchaba como los mecánicos trabajaban en el auto. Cerré los ojos para calmarme, pero todo lo que pude ver era el rostro de Tara. Cerré mis ojos con fuerza tratando de deslindarme de cualquier sentimiento, pero fue en vano. Me recorrió una ola de tristeza, rabia e impotencia.
El parón de verano fue aún más difícil, recibía comentarios de todo tipo en las redes sociales. Ver mi nombre en segundo puesto en el campeonato de pilotos me llenaba de vergüenza. El simulador dejó de ser divertido y me sentía demasiado cansado para seguir haciendo ejercicio.
Mi actividad física constaba de levantarme de la cama al sillón. Y mi alimentación se basaba en cervezas y cigarrillos, aveces pedía pizza.
Un día que necesitaba un poco de inspiración porque me cuestionaba si realmente valía la pena que yo siguiera en el campeonato tome aquel portafolio lleno de fotos y recuerdos. Pero al ver la foto de Tara me odié, me odié de una manera inmensa. Todo lo que estaba pasando era mi culpa y eso me estaba matando.
La ausencia de Tara era una sombra que se cernía sobre mi. Sin las carreras para ocupar mi mente me sumergí en una rutina autodestructiva. Despertaba tarde, a menudo con dolor de cabeza por la resaca y pasaba el día en el sofá rodeado de latas de cerveza y colillas de cigarro.
Me había convertido en una sombra, la única comunicación que recibía era de mi equipo, a quienes les mentía asegurándoles que pasaba tiempo en el simulador y me preparaba físicamente. Aunque mi mentira se cayó un día que Cristhian vino de visita.
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Desde los ojos de Verstappen.
FanficPequeña historia con capítulos desde el punto de vista de Max de la historia "el brillo en tu mirada" tiene escenas que no están en el otro libro y algunas sorpresitas.