•Capítulo 20•

48 6 2
                                    

Caminaban nuevamente por el oscuro e inmenso bosque, subiendo pequeñas montañas en ocasiones

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Caminaban nuevamente por el oscuro e inmenso bosque, subiendo pequeñas montañas en ocasiones.

Kite se detuvo y miró hacia una montaña alejada, donde les informó a Gon y Killua que había un inmenso número de hormigas quimera rodeándolos. Ambos chicos empezaron a mirar a su alrededor con ojos alerta ante cualquier amenaza, mientras mantenían la guardia.

Algo cayó del cielo levantando polvo, donde la quimera les dio tres opciones que terminaban con el mismo resultado: una pelea.

Una vez el polvo desapareció y la quimera con apariencia de rana dejó de hablar, a sus costados aparecieron más quimeras.

Gon y Killua jugaron "piedra-papel-o tijeras" para decidir quién pelearía primero, resultando en Gon, quien caminó hacia adelante.

Una de las quimeras agitó un pequeño bote, de donde salió un papelito con el número 6, y la rana llamó a su soldado número 6, quien tenía apariencia de armadillo.

Cuando ambos contrincantes estuvieron frente al otro, hubo una pequeña charla sobre cómo se decidiría al vencedor.
Las demás hormigas quimeras se burlaron de la sugerencia de Gon de dejar vivir a la quimera en caso de perder, lo que enfureció al armadillo, quien se hizo bola y fue contra él.

Gon esquivó el ataque saltando, lo que hizo que la quimera se diera contra un árbol, rompiéndolo.

La quimera se recuperó y volvió a girar en su dirección. Gon la esquivó moviéndose a un lado, pero la quimera, con ayuda de su cola, dobló hacia su dirección, golpeándolo y estrellándolo contra un árbol.

Gon se limpió la ropa después de que la quimera se alejara de él.
El armadillo le confesó por qué mataban humanos: no para comérselos o alimentar a la reina, sino porque era divertido y amaba el sonido que hacían al vomitar sus órganos por la boca. Sus palabras hicieron enojar al chico, quien empezó a caminar hacia él.

La quimera volvió a hacerse bola y fue contra él, esta vez Gon desplegó más su aura y tomó al armadillo con ambos brazos como en forma de un abrazo. Retrocedió un poco pero no cedió y lo levantó, ejerció más fuerza en su agarre rompiendo su caparazón.
Lo soltó y poco a poco disminuyó su aura.

Killua caminó hacia adelante y preguntó quién seguía. La misma quimera volvió a agitar el bote y el papel mostró el número tres. La quimera número 3 caminó hasta quedar frente a Killua.

Kite, quien estaba mirando a Killua y a su oponente con los brazos cruzados, notó cómo las auras de él y Gon se volvían más fuertes cuando entraban en combate.
Miró de reojo a Gon, él tiende a tener un comienzo lento.
Llevó sus manos a sus costados, dejando de estar cruzados de brazos. Aun tenían tiempo para llegar a donde la reina antes de que diera a luz al rey, pero seguía teniendo un mal presentimiento, una punzante angustia que no desaparecía.

Killua usó el eco rítmico, provocando una serie de imágenes de él moviéndose en círculos para desorientar a la quimera, quien se lanzó contra él chocando contra un árbol.

Intento usar su mano para sacarle el corazón, pero la piel de la quimera era bastante resistente. Uso un rayo para luego seguir con otro y otro, haciendo una secuencia de ataques de rayos en el mismo lugar: su corazón. Rompiendo en cada golpe su piel hasta que pudo atravesarlo con su mano.

Kite se preguntó si se estaba preocupando por nada antes de comenzar a caminar hacia adelante invocando su Crazy Slots.

Mientras la quimera rana discutía con sus subordinados, el crazy slots de Kite dijo el número dos, provocando que poco a poco una neblina empezara a esparcirse y cubrir todo el lugar.

Kite no detuvo su paso mientras el payaso sacaba una guadaña, les indicó a ambos chicos que saltaran en tres segundos. La quimera rana sentía una presión abrumadora aunque no sabía por qué.

Se detuvo y extendió su mano hacia atrás de su espalda. En un rápido movimiento, giró la guadaña provocando un remolino y cortando todo a su alrededor. La rana recordó de dónde venía aquella sensación antes de que su cabeza fuera cortada: era el ser asesinado bajo una abrumadora fuerza.

-Píerdete- Le dijo al payaso -Esta guadaña solamente puede ser usada con esta técnica y no desaparece hasta que la uso- Les explicó a los chicos que estaban detrás de su espalda -Es un fastidio...- Dijo, empezando a caminar

La chica se retorcía en la cama, atrapada en una danza de dolor y fiebre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La chica se retorcía en la cama, atrapada en una danza de dolor y fiebre. Desde hacía horas había ignorado las señales de malestar, pero ahora el ardor en su pecho y la dificultad para respirar la habían acorralado. El aire parecía espeso y abrasador, como si el mismo infierno se hubiera filtrado a través de las rendijas de la ventana.

Con esfuerzo se incorporó, apoyándose en los codos. La madera de la cama crujió bajo su peso. Tomó su celular que yacía junto a la almohada y lo encendió con manos temblorosas.

La pantalla iluminó su rostro pálido, y allí estaba el fondo de pantalla que compartía con Kite, su pareja. La imagen capturaba un momento de complicidad, sus sonrisas entrelazadas como si fueran dos almas destinadas a encontrarse.

Sonrió, pero en ese momento su celular resbaló de sus dedos y la pantalla se estrelló contra el suelo. La fractura se extendió justo en la parte donde estaba Kite. Aún funcionaba, pero la grieta parecía un presagio ominoso. ¿Qué significaba? ¿Por qué ahora?

Se quedó mirando la pantalla rota, su corazón latiendo con una mezcla de miedo y confusión. ¿Acaso Kite estaba en peligro? ¿Era ella la que corría peligro?

Una llamada entrante interrumpió sus pensamientos. La chica titubeó sobre si contestar o no mientras miraba el celular en el suelo; sentía que el mundo se desmoronaba a su alrededor.

Miró una última vez la pantalla rota antes de que se apagara. No sabía qué le deparaba el futuro, pero algo dentro de ella temía que no volvería a ver, hablar o escuchar a Kite.

Apretó el anillo de kite que llevaba en un collar contra su pecho; en su interior, una tormenta de emociones se desataba.

El amor y la incertidumbre se entrelazaban. Sabía que debía enfrentar lo que viniera, incluso si eso significaba despedirse de Kite para siempre.

 Sabía que debía enfrentar lo que viniera, incluso si eso significaba despedirse de Kite para siempre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
♡•𝐴𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑡𝑒𝑟𝑛𝑜•♡ {ᵏⁱᵗᵉ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora