🍒｡･ﾟ♡ﾟ･｡🍓｡･ﾟ♡ﾟ･｡
✎Hunter X Hunter
ღAnime
｡･ﾟ♡ﾟ･｡🍓｡･ﾟ♡ﾟ･｡🍒
✿❯───────「♡」───────❮✿
El anillo desgastado seguía en su dedo, recordándole la promesa que habían hecho.
En los rincones más oscuros, encontraron su felicidad. No importaba si eran huérfan...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La chica regresaba a la alcantarilla casi dando saltos, estaba más que contenta. Por haber cuidado a la madre de un hombre, le habían regalado como pago y agradecimiento una bolsa de bollos rellenos de carne. Aquellos bollos eran un tesoro, una delicia que rara vez tenía la oportunidad de saborear y compartir con Kite.
Con una sonrisa que iluminaba su rostro, la niña se adentró en las sombrías alcantarillas, llamando a Kite con una voz cantarina.
-¡Kite, mira lo que tengo!- Exclamó, agitando la bolsa con entusiasmo
El eco de sus pasos y su voz alegre resonaban en las paredes de concreto, hasta que una figura esbelta emergió de las sombras. Kite, con sus ojos sombríos que apenas mostraban curiosidad, se acercó cautelosamente.
-¿Qué es eso?- Preguntó, señalando la bolsa que la niña sostenía
La niña se sentó en el suelo y abrió la bolsa, revelando los bollos humeantes.
-Son bollos de carne, ¡Los mejores que jamás probarás- Dijo con orgullo, ofreciendo uno a su amigo
Juntos compartieron el festín, cada bocado lleno de sabor y calor que les recordaba tiempos más felices. Mientras comían, la niña le contó a Kite sobre el hombre y su madre enferma, sobre cómo había cuidado de ella y había recibido los bollos como agradecimiento.
Cuando la niña terminó de comer, con los dedos temblorosos empezó a hacerse una trenza en el cabello. Sin embargo, el resultado fue desastroso: mechones sueltos y un nudo enredado. Frustrada porque siempre le era difícil peinarse por su cuenta, deshizo la trenza. Cuando estaba a punto de empezar nuevamente, las manos frías de Kite la detuvieron; él tomó su cabello y, con paciencia y destreza, comenzó a peinarlo. Sus dedos se deslizaron suavemente, desenredando los nudos y formando una trenza perfecta.
Nunca se había imaginado que Kite tuviera esa habilidad, mucho menos esa delicadeza y ternura; pocas veces se había sentido tan acogida y cuidada. Extendió los brazos para poder devolverle un poco del cariño, pero le avergonzaba hacerlo, así que abrió los brazos todo lo que pudo. Kite entendió lo que ella pedía, hizo lo mismo y empezó a acercarse. El abrazo fue de una manera tan torpe que ambos niños se dieron un cabezazo: dos perros que estaban jugando los empujaron. Retrocedieron un poco mientras se frotaban la frente.
-¡Ay!- Se quejó -Lo siento, no era mi intención- Miró a su amigo, quien negó con la cabeza
