¡Sanzu Haruchiyo! ¡Secuestro, drogas, consentimiento dudoso, manipulación, degradación, uso de apodos, sexo sin protección.!
No apoyo esto, tengan en cuenta que es pura ficción.
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. . . Te acostaste en la cama completamente desnuda contra las sábanas. Con la imponente presencia de tu captor a solo unos pasos de ti. Su cuerpo semidesnudo se cierne sobre el tuyo, apresándote contra su cuerpo. El tacto de piel con piel te hace tener escalofríos, la fina tela de sus boxers apenas cubriendo su erección.
Tu pierna izquierda es levantada por su mano, poniéndola sobre sus caderas, su mano acariciaba lentamente tu espalda mientras tu cara estaba presionada contra su pecho desnudo.
El ruido de la televisión sonaba tan lejano, tus sentidos apenas funcionando para pensar con claridad. Tu vista se borró mientras inhalabas y exhalabas lentamente. Las suaves sábanas acariciando tu figura, estabas demasiado aturdida para prestar atención a algo en específico.
La sensación de sus grandes dedos, de su tacto helado acariciando tu tierna y sensible piel fue suficiente para dejar escapar suaves gemidos de tus labios. Sus fríos ojos azulados observándote como un depredador a su presa. Seguro de que no podrías iniciar una estrategia para alejarte de él, gracias a tu estado de dopaje.
Sanzu Haruchiyo estaba fascinado por ti, en el primer momento en que te vio, supo que estabas destinada a ser suya. Es una lástima las circunstancias en las que se encontraron, a sus ojos, el universo así quiso que llegaras a su vida. Que fueras suya, solo suya y de nadie más.
Eras una agente encubierta, tratando de descubrir sobre el asesinato de varias personas en una zona de japón. Te asignaron el cargo gracias a tus buenas habilidades. Nunca imaginaste que algo así te pasaría.
-"S-Sanzu.." -murmuraste contra su pecho. Suspiró levemente, su mano bajando a tu espalda baja para frotar caricias en forma de círculo.
-"¿Si, querida?" -Preguntó en voz baja, hubo silencios por un breve momento. Él esperó pacientemente a que respondieras mientras levantabas tu cabeza.
-"Vas.. vas a mantenerme drogada para siempre?.." -cuestionaste, tu voz apenas audible para sus oídos. Te dolían los ojos por permanecer abiertos, tus pensamientos se nublaban a cada segundo.
Había una mirada en blanco y sin emociones en sus azulados ojos. Mientras se cuestionaba a sí mismo, realmente era una buena pregunta. Siempre se preguntó qué haría contigo a largo plazo. La idea de mantenerte sin pensar por el resto de tus ideas hizo que la sangre bajara a su polla. Solo serías mentalmente capaz de pensar cuando él te toque, te folle, te ame.
Pero también la idea de pasear contigo por la ciudad, ir a una cena en un lujoso restaurante, ir a la playa, abrazarte por detrás mientras preparabas una cena para el, esas ideas también persistían en su cabeza. Sanzu no se consideraba alguien romántico, claro que no, los traumas de su niñez lo afectaron demasiado, pero tu presencia, tu; hacías que sus emociones explotaran en su estómago, y él no lograba comprender por qué. La idea de una vida juntos, hizo que su corazón se acelerada.
