Desde las alturas, Love observaba las luces de Bangkok pasar bajo ella, los vehículos se movían como pequeñas luciérnagas brillantes por las calles de la ciudad, creando un tapiz de movimiento y color. La metrópolis, con sus rascacielos iluminados y sus mercados nocturnos bulliciosos, parecía un organismo viviente, respirando al ritmo de sus habitantes. El vehículo de Milk destacaba para Love, quien ya tenía grabado en su mente el bello color azul de este, siguiéndolo con la precisión de un ángel vigilante.
Cada giro y cada parada del coche eran seguidos meticulosamente por Love, como si cada movimiento fuese parte de una danza celestial en la que ella era una espectadora privilegiada, velando por la seguridad y el bienestar de su querida Milk.
Milk, por su parte, conducía a través del bullicio de la ciudad con la misma precaución que tuvo cuando Love estaba dentro de él. Los semáforos cambiaban de color, el tráfico se acumulaba y dispersaba, pero ella permanecía serena, controlando cada movimiento con precisión. Después de unos minutos, el paisaje urbano comenzó a cambiar. Los rascacielos y las luces vibrantes dieron paso a un barrio mucho más tranquilo y privado, donde las calles eran más tranquilas y las luces más tenues. La atmósfera era apacible, casi etérea, contrastando con el caos del centro de Bangkok.
Love descendió con seguridad, moviéndose con una gracia silenciosa, sabiendo que ningún humano podría detectarla. Se sentía como una sombra protectora, siempre presente pero invisible, lista para intervenir si alguna amenaza surgía en el horizonte.
Finalmente, Milk llegó a un complejo de apartamentos elegantes que ostentaba el nombre de AESTIQ Thonglor. La fachada moderna y sofisticada del edificio reflejaba el estilo de vida lujoso y exclusivo de sus residentes.
Estacionó su vehículo en el garaje subterráneo, un espacio amplio y bien iluminado que albergaba automóviles de alta gama. Love se posó en el techo de otro de los vehículos adyacentes, sus ojos atentos y expectantes. Desde su posición, observaba cada detalle, cada movimiento, asegurándose de que todo estuviera en orden, aun cuando el ambiente tranquilo del garaje creaba una sensación de refugio y seguridad aun a altas horas de la madrugada.
Milk apagó el motor y salió del vehículo con la bolsa que contenía el pad thai que no había acabado en el mercado nocturno, Love la observó en silencio, tomando nota de su comportamiento. La luz tenue del garaje arrojaba sombras suaves sobre su rostro, destacando sus rasgos delicados. Ante sus ojos, Milk se veía relajada, aunque un ligero cansancio se reflejaba en sus gestos: sus movimientos eran más lentos y sus ojos mostraban un brillo un poco apagado. A pesar de ello, había una serenidad en su expresión, como si el retorno a su hogar le brindara un respiro necesario.
Love ocultó sus alas y la siguió de cerca con su presencia aún oculta, mientras caminaban hacia el elegante ascensor. Desde su posición, pudo ver cómo Milk pulsaba el botón para que las puertas se abrieran y luego entró al ascensor, su figura se reflejaba en las superficies brillantes de acero inoxidable. Love se coló tras ella sin hacer el más mínimo ruido, moviéndose con una gracia casi volátil.
Dentro del ascensor, el suave murmullo de la música ambiental y el leve zumbido de los motores creaban un ambiente tranquilo. Milk se apoyó ligeramente en la pared del ascensor, sus ojos momentáneamente cerrados mientras el ascensor ascendía, parecía reflexionar sobre algo, con una ligera expresión de melancolía.
Love observaba cada detalle, desde la forma en que algunos mechones de cabello de Milk caían sobre su rostro hasta la manera en que sus dedos tamborileaban suavemente contra la bolsa que sostenía. Ante el acto, Love se acercó casi de forma inconsciente, queriendo saber que era lo que estaba atormentando a la mujer. Estaba segura de no haber hecho nada que pudiese molestar a la humana en su salida. "¿Cuantas cosas serán las que aun no comprendo de ti, Milk?" se preguntaba mientras el ascensor seguía subiendo.
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Love Countdown [MilkLove]
RomanceEl gran salón del Consejo del Amor se sumerge en el caos debido a un caso excepcional: una humana que sufre de una afección crónica al amor, conocida por los ángeles como Amoris Aegis. Love, una de las muchas hijas de Cupido, se adjudica la misión d...