Capítulo VI: Ni lo pienses

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Mina se sentía abrumada, arrastraba sus pies por el pavimento mientras aflojaba su corbata con cara de cansancio. Eran casi las diez de la noche y apenas había salido del trabajo hacia una hora, su almuerzo con Chanyeol se había alargado tanto como su trabajo en la oficina por lo que se concentró en su trabajo hasta que el sol cayó y la noche comenzó a entrar por el ventanal. Ahora debía ir por Jiwoo, sus pasos terminaron en frente de la puerta de Nayeon que se abrió antes de que ella tocara, su mano estaba levantada justo a unos centímetros de la cara de la castaña quien tenía un olor fuerte a chocolate amargo que la golpeó apenas le llegó a su nariz.

—Nayeon...

—Mina, dios...¡Es muy tarde! Estaba preocupada de que haya ocurrido algo malo—Dijo la mujer acercándose para poner sus manos en los hombros de la alfa. Mina la miró en silencio pensando que había sido idiota por no pedir el número de teléfono de Nayeon para poder hablarle.

—Lo siento—El toque de Nayeon llegó a sus manos sintiendo la calidez de las manos de la omega contra lo frías que tenía las de ella por el viento helado de la noche—. Se me hizo muy tarde en la oficina...

Retrocedió un poco cortando el contacto y Nayeon asintió haciendo lo mismo, la alfa notó que esta tenía un delantal lleno de pintura; pero sus manos estaban impecables. Además un suéter blanco que la protegía del frío.

—Vamos, pasa—Dijo haciendo un ademán a lo que Mina aceptó con rapidez entrando a la casa que se sentía cálida y hogareña. De repente se sentía menos cansada, más tranquila además de que su cuerpo se relajó por las feromonas tranquilizadoras que empezaba a soltar Nayeon.

La puerta se cerró tras ella y Nayeon se adelantó caminando por el pasillo hacia la única luz encendida, Mina la siguió para encontrar la cocina donde el olor de un rico arroz la llenaba, su estomago rugió recordándole lo hambrienta que estaba.

—Parece que predije que ibas a venir muriendo de hambre—Habló de nuevo Nayeon, esta fue directamente a servir en los platos lo que tenía para la alfa. Mina sonrió avergonzada—. Toma asiento, pronto te daré la comida.

Mina miró que a su derecha se encontraba una mesa de madera con cuatro sillas, tomó una de estas y se sentó en silencio frotando sus manos entre sí para ganar calor.

—¿Dónde está Jiwoo?—Cuestionó mirando la cocina con curiosidad.

Nayeon sonrió sin dejar de servir la comida.

—Durmiendo en mi cuarto, preguntó por ti en varias ocasiones mientras veía caricaturas en la televisión hasta que se quedó dormida en el sillón por lo que la llevé arriba en lo que llegabas—Contestó con suavidad tomando los platos.

Mina rascó su cabeza apenada, un plato con arroz con verduras en un tazón y con kimchi en otro fueron puestos al frente de ella con sus respectivos palillos. Hizo una reverencia pequeña mientras sorpresivamente, Nayeon ponía un plato para ella también.

—Gracias por cuidarla—Mina tomó los palillos para comenzar a comer arroz—. Sin ti no sé qué hubiera pasado hoy...

Hubo un silencio, Nayeon masticaba mirándola mientras ella llevaba el primer bocado a su boca. Se sentía algo tímida bajo la mirada de la omega...Como si fuera una cita con su crush del colegio.

—Puedo seguirla cuidando si quieres—Replicó la castaña sin dudar, a lo que Mina se ahogó con el arroz que tragaba.

Los ojos preocupados de Nayeon la contemplaron, se levantó con rapidez para comenzar a dar palmadas en su espalda mientras trataba de recuperar el aliento.

Single Alfa | MinayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora