Capítulo II: Im Nayeon

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Tocó la puerta de color oscuro con suavidad volviendo al punto inicial con serenidad, Mina había vuelto del trabajo con una pequeña torta de chocolate que compró en una cafetería cercana. Sonrió hasta que la puerta se abrió dejando ver a su nueva vecina con un overol desgastado y con algunas manchas de pintura que también estaban en sus manos, eso definitivamente despertó su interés.

—¡Buena tarde!—Saludó Mina con una sonrisa.

—Buenas tardes...No esperaba que usted volviera y menos con ¿es un pastel?—Rió dulcemente mirando la pequeña caja en las manos de Mina.

—Así es, le prometí darle una mejor bienvenida y además disculparme con usted—Hizo una reverencia y le extendió el pastel sonriendo—. Muchas gracias por la intención hace un rato...

La omega recibió el pastel con una pequeña sonrisa que dejaba sus dientes delanteros mostrarse.

—¡Muchas gracias! No debió molestarse...—Se hizo a un lado y le hizo un ademán con su mano—. ¿Desea pasar?

Mina asintió comenzando a entrar siendo seguida por la mujer, apenas llegó a la sala de estar vió algunos cuadros de paisajes y retratos de animales en la pared. Algunos muebles, una televisión y la habitación contigua donde se esperaba la sala de comedor se encontró con un caballete y un lienzo con otros apilados cerca a la pared además de libretas de dibujo y todo tipo de pinturas.

—Espero que me perdone por el desastre. Aún sigo desempacando algunas cosas, para desestresarme quise pintar un poco—Rió llegando a la vista curiosa de Mina, podía sentir que estaba emocionada y sus feromonas también la delataban. ¿Mina había provocado eso?

—No se preocupe...Ahora que me pongo a pensar, no sé su nombre—Le dijo tomándose el atrevimiento de ver de cerca una de las pinturas de la pared que era una pintura con animales del océano, en la parte posterior vió unas letras que le llamaron la atención—. ¿I.M?

La mujer sonrió con amargura, lo que hizo sentir a Mina que algo estaba mal.

—Me llamo Im Nayeon.

—Oh...¡Imagino que por eso las siglas! Por su apellido, ¿por qué no usar su nombre de pila?—Preguntó intentando indagar más sin esperar la respuesta dura de la mujer.

—Dígame, ¿a cuántas omegas artistas ha visto usted en su vida?—Preguntó.

La azabache sintió sus mejillas arder y decidió bajar la cabeza. ¡La segunda impresión tampoco iba tan bien! Se quería morir, que la tierra la tragara y la escupiera muy lejos de esa situación incomoda.

—Lo siento, yo no...No quise ser grosera ni hacerla sentir mal—Hizo una reverencia apretando sus labios, pero escuchó una risita.

—Está bien, he aprendido a vivir con eso. Tengo una amiga Beta que me ayuda a venderlos y con eso al menos he ganado lo que siempre he querido: Libertad—Sonrió a su lado y Mina trató de sonreír sin recuperarse de la vergüenza—. ¿Gusta tomar algo?

—Estoy bien—Contestó y metió una de sus manos a su bolsillo—. Ahora que hemos tenido dos impresiones tan desastrosas, ¿no deberíamos dejar de hablarnos tan formal?—Preguntó recostada en el umbral de la puerta.

—Tienes razón, tampoco soy muy buena con eso—Le dijo con otra risita, iba caminando a la cocina hasta que se detuvo y se volvió a mirar a Mina—. Pero tú no me has dicho tu nombre.

Mina levantó una de sus cejas.

—¿No lo hice?

—No, no lo hiciste.

—¿Cómo crees que me llamo?—Le preguntó con diversión.

Nayeon llevó uno de sus dedos a su mentón haciéndose la que pensaba.

Single Alfa | MinayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora