Elodie Icewind
—¡QUÉ! —Ahogué en un grito de sorpresa.
—Se que es una decisión un tanto difícil de digerir, pero piensa en las posibilidades que podemos obtener de esto—dijo Arlok tratando de suavizar mi reacción.
La respiración se me agitó.
—¿Hace cuánto habéis tomado esta decisión? ¿Por qué? —Pregunté sin molestarme en ocultar mi desacuerdo.
Miré hacia todos en la habitación esperando que alguien negara lo que acababa de oír con tanta claridad. Roselyn se dedicaba a mirarme con un brillo de burla en los ojos, los de Wilma reflejaban pena. Cyran, en cambio, parecía tranquilo en su asiento, y ambos reyes se rehusaban a darme lo que exigía.
—Hija, sé que no esperabas escuchar esto, pero piensa que vuestra unión tendrá un gran beneficio para ambos reinos—nos señaló—. Durante la cena se os veía muy cómodos juntos.
No podía estar hablando en serio.
¿Casarme con Cyran? Una cosa eran bailes, risas y palabras bonitas, y otra muy diferente era querer unirnos en matrimonio sin consentimiento. Sin mí consentimiento. ¿Y todo por una simple cena en la solo fuimos amables el uno con el otro?
—Para los reinos...—susurré—¿Un beneficio para los reinos o para vosotros? —Clavé los ojos en ambos, enfurecida.
—Sé que ahora no ves las posibilidades—continuó mi progenitor—, pero somos los reinos más fuertes, esta unión nos permitirá hacer grandes cosas, hay demasiadas amenazas ahí fuera.
Él era mi única amenaza real.
—¿Y no hay otra manera de hacerlo? —Miré a Wilma, aun sabiendo que ella no tendría voz ni voto en esta decisión—¿No se puede llegar a un acuerdo que no implique un matrimonio?
—Todos alguna vez hemos hecho sacrificios por nuestros reinos—anunció sin molestarse en hacerme cambiar de opinión el rey Arlok.
—Un sacrificio requiere algo mayor, esto es una condena a una vida miserable—rebatí.
—Tu madre querría esto para ti—la habitación cayó en silencio total—. Es un buen hombre, hoy en día es casi imposible encontrarlos así.
Me levanté de mi sitio sin poder creer como Roselyn se había atrevido a nombrar mi madre. La visión se me nubló de inmediato, la sangre me hervía. Sentí como la rabia crecía en mi pecho a punto de explotar.
¿Cómo se atrevía a nombrar a mi madre cuando sus manos estaban tan sucias de su sangre como las del rey? ¿Cómo si quiera pensaba que tenía el derecho de manchar su memoria con mentiras? Mi madre jamás hubiera aceptado esta patética unión. Nunca me hubiera vendido a un matrimonio arreglado sin mi consentimiento. Mi madre hubiera luchado por evitar este sin sentido.
—No te atrevas a nombrar a mi madre, maldita...
Frené antes de cometer un terrible error y salí disparada hacia fuera cerrando de un portazo la puerta a mis espaldas.
Me quedé en el pasillo calmando mi respiración, intentando que la rabia desapareciera. Tratando de no derramar ninguna de las lágrimas que se me habían acumulado alrededor de los ojos.
A mis espaldas, la puerta volvió a abrirse, y Cyran apareció tras ella. Solo podía pensar en hacerlo desaparecer para que esto no siguiera adelante.
—Tú lo sabías, ¿verdad? —Le confronté—Por eso te acercaste a mí esa noche, por eso me dijiste un par de palabras bonitas... ¡Querías sorprender a tu familia, hacerles ver que yo era una presa fácil!
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La maldad de un corazón puro (LIBRO I)
Fantasy[EN PROCESO] Elodie Icewind es la heredera al trono de Esbenia, su camino para iniciar la venganza que un día prometió a su madre después de morir. Pero una serie de altercados podrán en riesgo los planes que durante décadas ha ido elaborando para c...