DOMINAME •MinWon/Meanie•

Capítulo 05

Cambios, diferencias, igualdades, para ser dos tribus que tenían años de no cruzarse las cosas eran bastante parecidas, incluso algunos nombres de restaurantes y marcas del mundo donde vivía la humanidad, esas eran las únicas marcas que podían estar en todo el mundo, y eso sin duda era beneficioso para Wonwoo, debía comprarse ropa, y cosas que podría necesitar en el próximo mes, Mingyu y Jae solo le hicieron un pequeño recorrido y le advirtieron de algunas cosas y costumbres.

Era raro, por ejemplo, para caminar, utilizaban semáforos, así fueran dos personas, si el semáforo estaba en rojo, debías parar, y sin duda era muy tedioso, había policías cada tres metros, parecía que pronto habría un atentado, pero no, simple seguridad, y cosas inútiles así.

Wonwoo mentalizaba que debía comprar, porque estaba seguro que a la primer tienda que entrara terminaría comprando cosas inútiles, y no tenía demasiado efectivo, aunque Wonwoo era bastante listo, y en caso de no completar obviamente haría uso de sus tarjetas de debito, y sería cuidadoso a la hora de cuidar su identidad.

Y es que Wonwoo no compra una playera de un precio regular, el compra playeras de costos extravagantes, y eso era una desventaja en ese momento.

Entró a muchas tiendas, Gucci, Prada, Wonwoo Vuitton, Dior, H&M, Adidas, Nike, desde que entró a la primer boutique se gastó su dinero en efectivo, así que en las siguientes fue un total descontrol, pues tenía que borrar sus datos, cada vez que pagaba, y agregarlos de nuevo cada vez que terminaba, y hacerlo era bastante tedioso, pero a fin de cuentas, lo valía.

Le preocupaba su celo, aún faltaban dos meses para eso, pero no solía ser del todo regular, a veces el estrés, era un factor que lo adelantaba , y eso sería terriblemente inoportuno, y últimamente pasaba mucho estrés.

Estaba cansado, llevaba muchas bolsas en sus brazos, casi cortándole la circulación, y Mingyu no vendría por el hasta dentro de tres horas más, y Wonwoo cargaba demasiadas cosas, y no podía hacer nada, no podía contratar un auto, o una bodega, porque pedirían su identificación y eso sería su perdición, así que solo le quedaba esperar.

Se sentó en una mesa de una elegante cafetería al aire libre y ahí mismo pidió de comer, las cosas se sentían diferentes, cada que Wonwoo trataba de justificar, de comprender, de analizar el cómo era que había llegado ahí le parecía sorprendente.

Estaba muerto, Wonwoo vio su final, pero despertó, cada noche, todas las noches se cuestiona el por qué, ¿Por qué una segunda oportunidad? ¿Quién se la dio?, seguramente tiene una misión importante en la vida, una bastante importante que justifique el hecho de revivir, pero no tiene ni la menor idea de cuál sea.

Su vida económicamente nunca fue difícil, emocionalmente, tampoco, al menos no los primeros años, su madre, su padre, sus hermanos, eran un familia feliz, llena de amor, de alegría y de la nada, todo se derrumba y estaban tan acostumbrados a estar bien, que cuando estuvieron mal, no pudieron resistirlo, tumbándolos a todos, derribándolos, haciendo de la felicidad un fantasma vagante, porque su familia era todo menos feliz y afecto a todos a su paso.

Tenía días donde se sentía vacío, ni feliz, ni triste, solamente existiendo, solo respirando.

Le aterraba la soledad, le aterraba terminar solo en el mundo, pero era un miedo con el cual ya llevaba conviviendo un buen tiempo, desde lo ocurrido con su hermana, un vacío se instalo en él y parecía que nunca nadie ni nada lo llenaría.

Entró a una librería en busca de un buen libro, que lo entretuviera mientras esperaba, y lo encontró, no hay mayor satisfacción que encontrar un libro que te llame la atención y poder esperar el momento correcto para comenzar a leerlo.

Mientras leía unos gritos a lo lejos hicieron presencia interrumpiéndolo de su lectura, desvió su mirada para dirigirla a donde provenía el estrepitoso ruido y observó a una cachorrita, una pequeña lobo grisácea y a su lado sus padres en forma humana regañándola fuertemente, a su lado estaban tres policías, Wonwoo observaba extrañado la escena sin entender muy bien cuál era el problema, al poner más atención podía percibir que la madre le decía a la cachorra que cambiara a su forma humana, a lo que la cachorra se negaba y entonces uno de los policías puso un raro objeto en el cuello de la lobita haciéndola aullar de dolor y en el instante a humano de nuevo se transformó.