Capítulo 11

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Durmió cuatro horas.

Cuando despertó observó que su dedo estaba mucho mejor, ya no había ahí un aguijón, ya había amanecido, pero a juzgar por la posición del sol y los tenues rayos de luz, era temprano aún.

Estaba algo desconcertado, jamás, nunca, un aroma lo había calmado, ni si quiera cuando era un pequeño cachorro, el aroma de su madre y padre juntos no le eran suficiente para calmarlo, era raro, y desde ese momento supieron que Wonwoo sería un alfa, entonces él había deducido que calmarse con aromas era cosa de omegas, o de personas enlazadas.

Pero ayer, no tiene idea de cuándo cruzó esa delgada línea, entre tener miedo, y sentirse a salvo, con la misma persona.

Cuando Mingyu lo abrazó, sintió terror, mucho, pero después, comenzó a sentirse bien, para cuando reaccionó su nariz estaba en el cuello del rizado, y ese aroma, a bosque, tierra mojada y vino, tan perfectamente combinados, ese aroma, funcionaba con un sedante, de pronto se sentía salvo, sentía su cuerpo siendo apretado contra otro más grande y fuerte, sentía los latidos de otro cuerpo aparte del suyo, sentía delicadas caricias, estaba en un estado mental tan en paz, como si estuviera flotando, como si solo fuera un alma, flotando, sin preocupaciones, sin cargas, sin dolor, solo amor, por primera vez, se sentía tan seguro.

No fue consciente de cuándo llego a su cama, estaba durmiendo tan tranquilo, y luego, sentía una extraña necesidad, su propio alfa, le aullaba, le rogaba, sentía como si tuviese un imán en el pecho, que luchaba contra todo por encajar con su otra mitad.

Se despertó intentando asimilar esa extraña sensación.

Estaba desnudo, era algo obvio, estaba en forma lobuna, y luego humano de nuevo, todo era extraño.

Lo habían educado para nunca necesitar de alguien, a ser alguien que proteja, que cuide, que sostenga, pero él siempre quiso lo contrario, y nunca dijo nada, porque sus padres pensarían que es un extraño.

Eso era diferente, de este lado de la frontera, las personas eran más abiertas de mente en algunas cosas, y en otras totalmente cerradas, se le hacía tan extraño, la similitud, de ambas tierras, misma moneda, mismo idioma, mismos objetos, mismas cosas, era algo de esperar, en una guerra de hace algunas decenas de años se llego a un acuerdo de que los habitantes de tierras contrarias siempre sentirían la necesidad y sentirían mas curiosidad de cruzar a otro lado pensando en que todo es diferente, y eso no sería bueno, entonces cada diez años se mandan sus propias actualizaciones, para siempre estar en las mismas y evitar la curiosidad de las manadas.

Todo era tan inconforme, todo se sentía tan raro, decidió levantarse, se vistió con pans, sudadera y calcetines, esta vez en su defensa, le dolía ponerse cualquier zapato cerrado, y además, no estaba totalmente descalzo.

Salió de su habitación, recorriendo los silenciosos pasillos, demoró como diez minutos en llegar hasta la cocina, todo estaba demasiado alejado.

Y cuando llegó se encontró con la sorpresa de ver a cierto rizado tomando un té.

"Buenos días" Dijo Wonwoo en un tono amable, a la vez que ponía la tetera para preparar su té.

"Buenos días Wonu" Contestó el alfa de ojos verdes mirándolo de esa manera que solo él lo miraba.

Wonwoo sacó la leche, cereal y una banana, agrego el cereal al plato, añadió rebanadas de banana y por último añadió la leche y sentó en frente de Mingyu en la barra del desayunador.

"¿Té y leche... y banana?" Cuestionó el rizado.

"Te sorprendería lo mucho que me gusta la leche y las bananas" Contestó y sonrió. " Y el té claro, no se me hace una mala combinación"

DOMINAME  •MinWon/Meanie•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora