Part 5

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¿Existían realmente los vampiros?

Había leído suficientes libros y visto películas sobre ellos para tener una fascinación mezclada con un toque de miedo. Su mente jugaba con la idea, desafiando su sentido común y su racionalidad. Pero, ¿y si fueran reales? ¿Y si caminaban entre los humanos, ocultos en las sombras? ¿Qué pasaría si realmente existieran?", se preguntó en voz alta. "¿Cómo sería su vida? ¿Qué los motivaría a vivir en la oscuridad y a beber sangre?"

Se rió de sí misma por permitir que su mente divagará de esa manera. "Probablemente solo sean leyendas, historias para asustar a los niños", se convenció, intentando disipar cualquier pensamiento irracional. Sin embargo, en lo profundo de su corazón, persistía una chispa de duda, una pequeña llama de curiosidad que, tarde o temprano, podría llevarla a descubrir que la línea entre la realidad y la fantasía era más delgada de lo que jamás había imaginado.

—Nos hemos encontrado dos veces ya —mi voz sonaba temblorosa, pero mi determinación era firme.

El hombre me miró con unos ojos profundos y penetrantes, una sonrisa ligeramente cruel jugando en sus labios pálidos.

—¿Estás segura que solo han sido dos? —su voz resonaba como el eco de una tumba.

—¿Que eres? —respondí, intentando controlar el temblor en mis manos— No eres un ladrón y mucho menos una persona normal, dime ¿Que eres y qué es lo que quieres?

Hubo un silencio tenso mientras él me observaba con una intensidad que me hacía sentir desnuda ante su mirada. Finalmente, habló con una voz que parecía acariciar el borde del peligro.

-Soy lo que la mayoría de los humanos solo conocen en leyendas y pesadillas —respondió él en voz baja, con una sonrisa irónica en los labios.

Deane tragó saliva, comprendiendo lentamente la verdad que había estado negando. Era un vampiro frente a ella, un ser que desafiaba la razón y habitaba en la oscuridad de la noche. Ya no había lugar para la negación ni la escapatoria.

En un instante de resignación y terror, Deane supo que su vida había cambiado para siempre, marcada por el encuentro con esta criatura sobrenatural que ahora se cernía sobre ella, exudando una presencia que parecía absorber la luz y la esperanza de su alma.

—¿Qué quieres de mí? —mi voz era apenas un susurro, ahogada por el miedo que brotaba en mi garganta.

Él dio un paso adelante, sus ojos brillando con una lujuria que no era humana.

—Quiero tu sangre—su voz era como el susurro de las sombras, envolviendome en una telaraña de terror.

En ese momento, todo lo que había escuchado sobre los vampiros se convirtió en una cruel realidad palpable. Estaba atrapada con una criatura de la noche, cuya única intención era saciar su hambre a costa de mi vida.

- ¿No la has tomado ya?- le pregunte con un miedo invasivo y los nervios a tope

- Lo he hecho antes y lo haré de nuevo las veces que yo quiera querida - dijo él con una expresión de placer en su rostro - No te preocupes, no te haré daño... no demasiado.

Trague saliva, sintiendo un nudo en la garganta me prepare para lo peor, fue mi sorpresa al ver que con nula dificultad me levanto. Era como si estuviera atrapada en un trance, incapaz de resistirme a su voluntad. 

Sin decir una palabra más, la envolvió con un brazo firme y la atrajo hacia sí. Salieron del apartamento sin decir palabra alguna. El pasillo parecía eternamente largo y oscuro mientras avanzaban hacia el ascensor, una sensación de inevitabilidad llenando el aire a su alrededor. 

Deane se preguntaba qué destino la esperaba, qué significaba estar bajo el control de alguien tan poderoso y desconocido como aquel hombre.

Cuando las puertas del ascensor se cerraron detrás de ellos, el mundo exterior pareció desvanecerse lentamente. Deane se sintió atrapada en una especie de sueño irreal, donde solo existía ella y el vampiro que la llevaba hacia lo desconocido.

Finalmente, salieron a la calle, donde un coche negro esperaba en la oscuridad. Aquel hombre abrió la puerta con un gesto elegante y la ayudó a entrar. El interior era lujoso pero sombrío, con asientos de cuero oscuro y una atmósfera que reflejaban la personalidad del vampiro que lo poseía.

Durante el trayecto hacia la mansión, Deane luchó consigo misma, tratando de entender lo que estaba sucediendo. Miraba por la ventana, viendo cómo las luces de la ciudad se deslizaban más allá en una neblina de confusión y miedo. Sabía que su vida estaba tomando un giro irreversible.

Finalmente, el coche se detuvo frente a una mansión urbana que se alzaba imponente en la noche. Las luces tenues brillaban desde las ventanas altas, y el aire alrededor de la casa parecía estar impregnado de siglos de historia y misterio.

El abrió la puerta del coche y extendió una mano hacia Deane, su mirada fija en ella con una intensidad que no podía ignorar. "Bienvenida a tu nuevo hogar", murmuró, su voz resonando con una promesa oscura y un futuro incierto.

Deane tomó su mano vacilante, sintiendo cómo el mundo se deslizaba hacia una nueva realidad, donde la luz y la oscuridad se entrelazan en una danza peligrosa de deseo y temor.



Continuará...

Besos de Color CarmínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora