XIII. CLUB

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João's POV:

Sentados en el reservado del club, mis amigos y yo charlábamos y reíamos, disfrutando de la compañía y de la noche. Alexandra estaba a mi lado, su risa contagiosa iluminaba el ambiente. Me sentía en la cima del mundo, rodeado de buena gente y, sobre todo, con Alex a mi lado. No podía evitar mirarla constantemente, atraído por su belleza y su energía.

Había decidido usar una mini falda que se ajustaba perfectamente a sus curvas y un top que realzaba su figura de manera sutil pero impactante. Cada vez que se movía, mi atención se dirigía involuntariamente hacia ella, notando cómo la falda se levantaba ligeramente, dejando ver un poco más de sus piernas. A medida que la noche avanzaba, pensamientos lujuriosos comenzaban a cruzar mi mente, aunque trataba de mantenerme concentrado en la conversación.

"¿Qué te parece si pedimos otra ronda?" sugirió Gavi, levantando la mano para llamar al camarero.

"Buena idea" respondí, sin quitarle la vista de encima a Alex.

Mientras el camarero traía las bebidas, me acerqué un poco más a ella, inclinándome para susurrarle al oído.

"Estás increíble esta noche" dije, mi voz cargada de deseo.

Alex me miró, sus ojos brillando con una mezcla de sorpresa y satisfacción.

"Gracias" respondió, su voz suave." Tú también te ves muy bien."

Sus palabras solo hicieron que mis pensamientos se intensificaran. La cercanía, el ambiente, todo contribuía a que mi mente se llenara de imágenes de nosotros dos, solos, explorando ese deseo que se sentía cada vez más palpable.

El camarero llegó con las bebidas y la conversación continuó, pero mi atención seguía dividida entre mis amigos y Alex. Pedri contó una anécdota divertida que hizo reír a todos, y aunque intenté participar activamente, no podía dejar de pensar en lo cerca que estaba Alex, en lo fácil que sería inclinarme y besarla.

A medida que la noche avanzaba, mi deseo de estar a solas con ella crecía. La música, las risas y la cercanía solo alimentaban esa necesidad. Pedri, siempre el bromista, hizo un comentario sobre cómo me veía mirando a Alex, lo que provocó risas y miradas cómplices.

"Oye, João, ¿no puedes apartar los ojos de Alex, verdad?" dijo, riendo.

Sentí el calor subir a mis mejillas, pero decidí jugar con ello.

"¿Quién podría?" respondí, sonriendo mientras miraba a Alex. "Mírenla, está espectacular. Eso si, no la miréis demasiado eh..."

Ella se sonrojó ligeramente, pero me devolvió la sonrisa, sus ojos brillando con una chispa de travesura.

Mientras seguíamos charlando, noté que Alex se inclinaba un poco hacia mí, su pierna rozando la mía de manera casual pero intencionada. Sentí una descarga de electricidad recorrer mi cuerpo y supe que ella también sentía la misma atracción.

Finalmente, después de un par de horas, el ambiente se calmó un poco y la conversación se volvió más relajada. Me incliné hacia Alex y susurré:

"¿Quieres ir a bailar?" le pregunté, inclinándome hacia ella para asegurarme de que me escuchara sobre la música.

Sus ojos se iluminaron y asintió con entusiasmo. Nos levantamos del reservado y nos dirigimos a la pista de baile, donde la música vibraba a nuestro alrededor. La gente se movía al ritmo de la música, creando un ambiente electrizante.

Empezamos a bailar, al principio manteniendo una pequeña distancia entre nosotros. La música nos envolvía, y poco a poco nos fuimos acercando. La forma en que Alex se movía me tenía hipnotizado; cada giro, cada movimiento de sus caderas me atraía más hacia ella.

Tu mirada | João FélixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora