Capítulo 2: El Valor de un Héroe

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Naruto corría por las calles caóticas de Yokohama, con la mente acelerada mientras analizaba sus posibilidades de ayudar con la evacuación. Su corazón latía con fuerza, no solo por el miedo al kaiju, sino también por la adrenalina que le impulsaba a actuar. Recordaba las estadísticas que había visto en la televisión durante los últimos 20 años: los ataques de kaijus habían aumentado exponencialmente, sembrando el miedo en la población. Sin embargo, también había visto cómo los miembros de la Fuerza de Defensa se convertían en los salvadores, arriesgando sus vidas para proteger a los demás.

Miró a su alrededor y vio a los oficiales de evacuación trabajando rápidamente para guiar a las personas hacia refugios seguros. La tercera división, encargada de esa zona, estaba en camino para exterminar al kaiju que había emergido del suelo como un topo gigante. Naruto observó al kaiju, una criatura de 60 metros que se erguía imponente entre los edificios, y sintió una mezcla de impotencia y determinación.

—¿Qué puedo hacer?— se preguntó a sí mismo mientras seguía corriendo. Sabía que no tenía las habilidades ni el equipo para enfrentarse directamente al kaiju, pero eso no significaba que no pudiera ayudar de alguna manera. Recordaba cómo, de niño, se había escondido entre los escombros mientras escuchaba los gritos de sus compañeros, incapaz de hacer nada. Esa memoria le repugnaba, pero también le impulsaba. No planeaba ser un cobarde nuevamente.

—Voy a ayudar a evacuar a las personas,— decidió. Aunque no podía destruir al kaiju, podía asegurarse de que más personas llegaran a un lugar seguro. Esa era una forma de enmendar su error, de redimirse por no haber podido salvar a sus amigos y maestros.

Naruto corrió hacia un grupo de personas atrapadas en un callejón bloqueado por escombros.

—¡Por aquí, rápido!— gritó, agitando los brazos para llamar su atención. Los condujo hacia una ruta de evacuación más despejada, asegurándose de que todos estuvieran juntos y se movieran rápido.

Mientras los guiaba, su mente volvió a esos momentos oscuros en los que había escuchado los gritos de sus compañeros y maestros. Agradecía a su antiguo yo por haber sobrevivido, porque eso le daba la oportunidad de hacer una diferencia ahora. Pero no podía evitar sentir una punzada de dolor al recordar el miedo y la impotencia que había sentido.

—Gracias a ti, estoy aquí,— pensó, dirigiendo una especie de reconocimiento interno a su yo más joven.

—Pero ya no soy ese niño asustado. Ahora, puedo salvar vidas.

Los temblores continuaban sacudiendo la ciudad, y el rugido del kaiju resonaba en sus oídos. Naruto seguía corriendo, ayudando a cuantos podía. Sabía que la tercera división llegaría pronto para enfrentar a la bestia, pero mientras tanto, él haría todo lo posible para asegurar que nadie más sufriera la misma pérdida que él había sufrido.

—¡Vamos, todos, manténganse juntos!— gritó, guiando a más personas hacia un refugio subterráneo.

—¡Estaremos a salvo aquí hasta que llegue la Fuerza de Defensa!

Mientras las puertas del refugio se cerraban tras ellos, Naruto miró a las personas asustadas a su alrededor y sintió una oleada de satisfacción. Había hecho una diferencia, había salvado vidas. Y eso, pensó, era solo el comienzo.

La Reencarnación de un Héroe | Naruto x Kaiju No.8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora