Extra

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Rio de Janeiro, Brasil
Alison

Me quedo mirando fijamente la ventana que tengo enfrente, da directo a la playa, escucho como Ken cierra la puerta de la habitación y sus pasos vienendo hacia mí, tiemblo por la expectativa.

El llega hasta mí y me acerca a él, un pesado suspiro sale de mi al sentir su erección en mi espalda. Comienza a desatar la cola de caballo que me e hecho, sus manos se posan en mi cuello, bajan a mis hombros, cintura, caderas y se detienen en el borde de mi vestido.

-Si no quieres ésto tienes que detenerme ahora Alison. -susurra en mi oído y su aliento caliente hace que la piel se me enchine.

Volteo para mirarlo, sus pupilas están muy dilatadas y respira con dificultad.

-No hay cosa que quiera más en este momento que estar contigo Ken.

Parece que es lo único que quería escuchar porque en ese momento toma el borde de mi vestido y lo saca de mi cuerpo con rapidez, quedo en bikini para él. Pasa sus ojos por cada parte de mi cuerpo y yo apenas puedo respirar por la forma en la que me mira, con tanto deseo y adoración.

Mis manos parecen cobrar vida propia porque no pierden tiempo y sacan su camisa, miro su cuerpo, los abdominales marcados, la "v" de su abdomen, sus fuertes brazos y no puedo resistir las ganas de tocarlo.

Me besa pero se separa de mí cuando estamos frente al espejo de la habitación, es de cuerpo completo, me voltea de modo que puedo vernos reflejados en el cristal.

-Quiero que veas ésto, para que cada vez que te veas en el espejo te acuerdes de mí.

Me sorprendo por la intensidad de sus palabras, su voz está cargada de deseo. Siento sus manos por mi espalda y tiemblo cuando siento sus dedos desabrochar mi sujetador, una vez que está desamarrado lo deja caer libremente dejando mis pechos expuestos, puedo ver su cara detrás de mí, no despega sus ojos de ellos, sus manos se vuelven veloces cuando los empieza a tocar, los toma en sus manos, los aprieta con poca gentileza y cuando pellizca la punta erécta de estos no puedo evitar encorvar mi espalda.

Sus manos bajan de mis pechos al tirante de las bragas del bikini, con una mano sigue masajeando uno de mis pechos mientras que la otra se cuela dentro de mis bragas, siento su mano explorando mi zona íntima.

-Enséñame como te gusta.- dice posando mi mano en la suya.

Deslizó su mano y la mía por debajo de mis bragas y gimo cuando le enseño el ritmo y la cantidad de presión que me gusta, una vez a tomado el ritmo, saco mano ya que la tengo que usar para sostenerme de su cuello pues mis piernas tiemblan y temo caerme. Hay momentos en los que aumenta la velocidad y creo estar cerca del clímax, el parce darse cuenta porque en esos momentos disminuye la velocidad de sus dedos, embolviendome en su juego sexual.

-Ya no puedo más.- puedo escuchar la desesperación en su voz.

Me voltea y veo su cabello desordenado debido a lo mucho que he pasado mis manos por el, además de que esta sonrojado.

Me carga sobre su pelvis mientras me besa y nos dirigimos a la cama, sus labios son ágiles, chupan y muerden los míos en un ritmo que me derrite. Cuando llegamos él me recuesta lentamente en la cama quedando él encima de mí, abandona mis labios para dirigirse a mi cuello y posteriormente a mis senos, aruño su espalda y encorvo la mía ante lo bien que se siente. Sus labios, la succión y los pequeños mordiscos que da están a punto de llevarme a la locura y se puede notar en mis gemidos, nunca había sido ruidosa en el sexo hasta ahora.

Vuelve a mis labios y yo froto mis caderas contra su miembro en busca de cercanía, siento como sonríe contra mis labios. Se separa un poco para bajar mis bragas, dejándome completamente desnuda ante él, después sus manos se dirigen a los shorts que trae puestos aún, los baja lentamente ante mí y yo suspiro con deseo al ver su miembro. Se coloca y empieza a entrar en mí lentamente.

-Quiero que me mires a los ojos.- me indica.

Le obedezco pero mientras se mueve hago una mueca de dolor, no soy virgen pero hace años que no tenía relaciones sexuales. Sigue doliendo un poco hasta que por fin entra completamente y los dos gemimos.

Comienza a moverse lentamente, los gruñidos que lanza hacen el momento mucho más exitante, después de un rato las embestidas son más rápidas y más violentas, decido tomar un poco de iniciativa y lo empujo de mi, ahora es él quien queda acostado en la cama, me mira curioso y yo le lanzo una sonrisa juguetona.

Me acomodo de cuclillas sobre él y bajo lentamente sobre su miembro, mi cadera cobra vida trazando movimientos sobre él, sus ojos de clavan sobre los míos y sus manos atrapan mis pechos otra vez, la imagen que tengo ante mí no la voy a poder olvidar aunque quiera. Baja una de sus manos de mis pechos hasta llegar a mi clitoris y lo comienza a masajear, mi respiración se descontrola por completo ante tanto placer y mis manos arañan sus pectorales.

Todo son gemidos, nuestros cuerpos están empapados en sudor y los movimientos de ambos se vuelven cada vez más torpes y rápidos, no quiero que esto acabe pero el placer me inunda y siento los primeros destellos de mi orgasmo viniendo.

El se incorpora de la cama quedando sentado y yo me muevo mucho más sobre él, atrapa mis labios, los muerde y succiona a su antojo, jala mi cabello dejando expuesto mi cuello y los besa también, mis manos recorren su espalda de arriba a abajo y los dos somos un nido de respiraciones agitadas y gemidos.

Estoy a punto de terminar, lo puedo sentir así que me muevo sobre el aún más rápido hasta que por fin llego al clímax, parece que también lo alcanza a él porqué lanza un gruñido y detiene sus movimientos, alza la pelvis haciendo que reciba todo él y aprieta mis glúteos con fuerza.

-¡Ken!. -gimo.

Me dejo caer a su lado exhausta, lo abarzo con mis piernas y reposando la cabeza en su pecho, él me acomoda mejor y solo me abraza y acaricia mi cabello, nos quedamos un rato así, en silencio, solo escuchando la respiración del otro, cosas tan sencillas como esas son las que hacen la diferencia en esto, ¿qué hay de mágico en contemplar cómo el pecho de alguien sube y baja con cada respiración?, tal vez nada, pero cuando se trata de alguien que quieres las cosas cobran un nuevo sentido y todo parece irreal.

Siento los ojos pesados, escucho que Ken me dice algo y lo noto tensarce, pero no escucho lo que me dice ya que el sueño por fin me vence.

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Holi, aquí Mit... sin palabras.
Quería que la primera vez de nuestros protas juntos fuera memorable pero acabo de descubrir que no soy buena escribiendo cosas +18 😃👍, así que pido perdón si no fue lo que esperaban, yo tambien me esperaba algo más de mí jajaja.
Bueno, mañana no muy tarde tendrán el siguiente cap, es que hoy no lo terminé de escribir (perdón x eso). Bueno muchas gracias a la gente que es la primera en leer y a la que vota siempre los tkm.

Bye😘

ULTRAPROBLEMSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora