Capítulo 17

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Ciudad de México, México
Alison
5 años atrás

Me levanto cuidadosamente de la cama procurando no hacer ningún ruido, si me descubren me matan, son las 4 de la madrugada y por suerte todos están dormidos. Busco mi maleta debajo de mi cama y reviso las demás bolsas que me voy a llevar.

-Papeles, ropa, zapatos...- susurro- ¿Qué se me olvida?...

-Nuestra foto.- me dice Gael pasándome la foto que tenemos enmarcada.

-Cierto, era eso gracias... ¡AAAHHH!

Grito, ¿qué hace Gael levantado?.

-Shhh, vas a hacer que mis padres se despierten.- me pone las manos en la boca.

-No mames, casi haces que me cague del susto.- le reclamo quitándome sus manos de la boca.

-No digas groserías.- me regaña.

-Cierto, lo siento es solo que casi haces que me de un infarto, ¿qué haces despierto?.

-¿Te ibas a ir sin despedirte?.

Mi cara se desfigura con dolor al ver sus ojos, aún en la oscuridad de la habitación puedo ver lo rojos que se han puesto y las lágrimas que retienen.

-Ey no, claro que no... es solo que... - trato de retener las lágrimas lo más que puedo pero no lo logro- no me quiero despedir de ti... me duele de solo pensarlo.

-Yo tampoco me quiero despedir de ti Ali...

Me abraza fuerte y yo lo hago también, no quería despedirme de él porque sabía que con solo ver su cara una vez más, mi voluntad de irme se debilitaría. Tal vez será mejor que me quede.

-...Pero no quiero ser lo que te estanque aquí.- continua.

-¿Qué?, no digas eso, lo dices como si fueras algún tipo de carga para mí y no lo eres, jamás lo serías. Lo mejor será que me quede contigo, soy feliz en cualquier lugar en el que tu estés también.

-No, no te puedes quedar Ali, no después de lo que mí madre te hizo mira tus muñecas,- dice mientras sostiene mis manos y toca las vendas que cubren las heridas que me causó la flor de espinas con la que tía Elena me pegó- ya ha pasado tiempo y aún siguen sangrando.

Hago una mueca de dolor cuando las aprieta un poco, es cierto que no han dejado de sangrar en este tiempo, además que Elena se ha puesto cada vez más agresiva.

Hace dos días me golpeó horrible cuando vio que le daba un beso al chico que me regalo la flor el día de mi cumpleaños, esa que iba a esconder el día que escuché a los señores con los que estaba hablando mi tía en la sala. Aún tengo los moretones en las costillas, también aprovechó para humillarme diciéndome que no quería ofrecidas en su casa y que más me valía no salir embarazada.

Suelto mis manos de las suyas y me paseo por la habitación con cautela.

-¿Y si vienes conmigo?.- le propongo.

-Sabes que es una mala idea, mamá no pararía hasta encontrarnos, te acusará de secuestro y no quiero siquiera pensar en lo que te podría hacer.

Tiene razón, como siempre.

-Lo sé, sé que es arriesgado pero... no te quiero dejar aquí, sé que quieres a tu mamá y papá, pero también sé que no eres feliz. Ellos nunca te ponen atención, te regañan por cualquier cosa y jamás han intentado entenderte.

-Es cierto, pero sé cuanto anhelas tu libertad, el grandioso sueño de tener una casa en la playa y lo mucho que te gusta enseñar, no dudo que consigas trabajo como maestra de inglés en cualquier lado al que vayas. Ésta vez tienes que hacer las cosas sola y está bien, dicen que si amas a una persona tienes que ver por su felicidad, aún si eso no te incluye en ella.

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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