9. Exterminio

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"Te encontré"

Se sintió morir, por unos segundos su mundo se le vino abajo, se le erizó la piel y hasta se puso pálido de golpe pero ese susto no le duró mucho ya que ese tono de voz lo conocía a la perfección.

Lentamente giró la mirada como si fuera un depredador a punto de sucumbir a su lado más salvaje y es que no le faltaban las ganas de moler a golpes a ese maldito rubio.

Si, para su buena o mala suerte se trataba del cafetero que por más que el venezolano tratara de intimidarlo con su mirada feroz el menor no mostraba ni una pizca de temor o arrepentimiento, más bien se notaba feliz.

Colombia: ¿creíste que te dejaría ir solo? Ni loco.

Se puso de cuclillas frente al mayor y le mostró su sonrisa divertida.

Venezuela: sabes bien que no estoy solo, Bolivia es mucha mejor compañía que tú.

Colombia: ¿Quien es Bolivia?

Su sonrisa se borró para mostrar ahora una expresión confusa aunque lentamente se convirtió más en una de sorpresa al notar lo que el mayor llevaba en brazos.

Frunció el ceño y unió los puntos en su cabeza mirándose cada vez más nervioso y es que era obvio que ese era su hijo, esa piel blanca, ese pelo azabache, los ojos verdes y los rasgos demoniacos.

Colombia: ¡¿Ya diste a luz?!

Exclama sorprendido y abriendo los ojos en grande.

Colombia: ¿por qué tan rápido? Por dios ¿Para eso querías venir solo? pudo haber salido muy mal.

Venezuela: ah claro, querías que fuera contigo para matarme al carajito.

Colombia: ¡Cómo se te ocurre decir eso! Venezuela, yo mismo te dije que te apoyaría en lo que sea qué decidieras sobre el bebé, no me trates de esa forma.

Venezuela: ¡claro que no, tú querías matarlo!

Colombia: no, tú me dijiste que te irías solo y que harías lo que quisieras con tu embarazo, me pediste que no te siguiera pero sabes que no puedo dejarte así nada más.

Venezuela: yo nunca dije eso.

Colombia: y yo nunca intenté matar a nuestro hijo, por dios ¿De donde sacas eso?

Ambos se miraron extrañados, las versiones que estaban dando no coincidían para nada, definitivamente Venezuela nunca había dicho tal cosa y Colombia parecía muy convencido en lo que estaba diciendo.

Venezuela: n-no me mientas.

Se entrecortaba su voz, ya estaba sobrecargado de estrés y ahora ese Colombia que trató de lastimarle hacía como si nada hubiera pasado, lo estaba tomando por loco, como si se hubiera imaginado todo. Estaba odiando con toda su alma esa actitud tan brillante y positivista que en un principio le había atraído como imán, ya no le estaba gustando este Colombia.

Venezuela: Colombia ¿por qué me atacaste? Creí que podía confiar en ti.

Ya no podía ni formular preguntas tan complejas, tenía tantas dudas pero estaba tan agotado mentalmente que apenas podía poner en orden sus palabras.

Colombia: ya te dije que yo no hice nada, deja de culparme de cosas tan graves.

Venezuela: eres un mentiroso.

Comenzó a soltar lágrimas mientras sostenía de manera protectora a su bebé y de inmediato se ganó la mirada preocupada del cafetero, esa que parecía genuina, esa que conocía bastante bien, esa que le hacía querer perdonarle de una vez por todas y fundirse en sus brazos para escapar de todos sus temores. Quería olvidar lo que pasó, quería reconciliarse y llegar al purgatorio de la mano con él, ya hasta estaba buscando cualquier excusa para justificar sus acciones, esas acciones que casi matan a su bebé.

Tercer Infierno ✿ฺ |Colombia X Venezuela|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora