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Kaori se removió perezosamente en la cama y sonrió al sentir el aroma a Kiba junto a ella, se acomodó en su pecho y sintió el agarre firme del castaño en su cintura

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Kaori se removió perezosamente en la cama y sonrió al sentir el aroma a Kiba junto a ella, se acomodó en su pecho y sintió el agarre firme del castaño en su cintura.

En ese exacto momento recordó lo sucedido, recordó haber salido de la casa de Mai en mal estado y la desesperación invadió su cuerpo al recordar lo que había pasado en esa habitación horas atrás, observó por la ventana y ya era noche.

Sin molestar a Kiba se levantó de la cama y observó al chico quien dormía plácidamente sin inmutarse que Kaori ya no se encontraba junto a él, la pelinegra comenzó a recoger su ropa y a vestirse a paso rápido, la vergüenza le recorría la nuca, no podía creer que se había dejado llevar por los impulsos.

Salió del cuarto y cerró la puerta lentamente, buscó por la casa algún rastro de Hana o Tsume, pero la casa se encontraba vacía, suspiró aliviada, ese era su bote salvavidas.

Bajo las escaleras y en ese momento su vista se posó en la puerta que llevaba al patio trasero, Akamaru aún se encontraba allí en el frío de la noche, abrió la puerta y el gran perro saltó sobre ella tirándola al suelo.

-Lo siento amigo.- dijo mientras Akamaru lamía su mejilla feliz de que alguien lo dejara nuevamente ingresar a la casa.- ¿Tienes hambre?.- el perro ladró y ambos ingresaron a la gran cocina.

Una vez servida la comida para el gran can, Kaori acarició su cabeza con una sonrisa triste en su rostro y salió de la casa, no tenía la fuerza suficiente para ver enfrentarse a Kiba.

Kiba se removió en la cama con una gran sonrisa en su rostro, Kaori se encontraba nuevamente con él, estiró su mano en busca de la chica pero nada, estaba vacío, la cama se encontraba vacía nuevamente.

Se sentó de golpe y buscó con la mirada a Kaori, pero ni su ropa se encontraba en la habitación, bufo y se removió el cabello, nuevamente ella se había marchado sin decirle una palabra.

No debía sorprenderle esta actitud, ya que era lo que ella siempre hacía.

-Mierda.- masculló mientras golpeaba la almohada donde aquella chica había dormido, él aún sentía el aroma a vainilla impregnado en su cuerpo y en su habitación.

La ira y la frustración inmundaban su cuerpo, cómo podía haber sido tan estupido para caer nuevamente en su trampa.

Se levantó de la cama y se vistió a paso lento mientras que su cabeza era un caos, se encontraba incrédulo que una vez más Kaori le hubiera hecho algo así.

Necesitaba encontrarla y preguntarle qué había sucedido esa tarde, porque hasta dónde él sabía ella únicamente había aparecido en su casa y a continuación habían estado en esa habitación.

Salió apresurado de su habitación y corrió por la casa en busca de ella, pero nada, ella ya se había marchado pero su aroma seguía impregnado en cada rincón.

Limbo [Kiba Inuzuka] (Segunda temporada de Ninken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora