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Muerte, sangre, desespero y plegarias, era lo único que Kaori conseguía ver en aquella gran cueva que se encontraba

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Muerte, sangre, desespero y plegarias, era lo único que Kaori conseguía ver en aquella gran cueva que se encontraba.

Se había separado de su escuadrón, su máscara se encontraba con pequeñas grietas proporcionadas por su rival, sentía el líquido espeso y caliente bajar por su rostro,

A lo lejos pudo divisar a Hiroki inmóvil en el suelo con una barra de hierro atravesado en una de sus patas, y en el otro extremo a Ryo acorralado por uno de los Akatsuki.

La misión de rastreo de los últimos Uchiha sin dudarlo había tomado un giro en su trama, la chica sentía su pecho bajar y subir, en todos sus años como líder de escuadrón nunca había presenciado tal masacre.

Quería gritar pero simplemente las palabras no salían por su boca, intentaba correr pero la falta de chakra le hacía imposible moverse.

Observó por unos segundos el pequeño río que corría dentro de la cueva y allí vio los cuerpos de su escuadrón esparcidos sobre la orilla tiñendo el agua en un color carmesí.

-¿Últimas palabras?.- preguntó con sorna el chico de cabellos naranjas frente a ella.

-Nunca obtendrán el Jinchūriki.- respondió mientras cerraba sus ojos esperando su inminente final.

-Nunca digas nunca, preciosa.- habló a centímetros de su rostro, mientras le retiraba la máscara de Lobo y la observaba con detención, sonrió ladinamente y atravesó con su mano el abdomen de la chica.

Quién en el momento de la presión escupió sangre y soltó un último aliento forzado, mientras sus manos iban directo a su gran herida, las miró totalmente teñidas en su sangre, cayó de rodillas frente al enemigo, quien la tomó fuertemente por el cabello arrojándola varios metros hacia la otra pared de la cueva.

En ese momento Kaori no sintió más dolor, no sentía nada lo que únicamente pudo percibir fue una voz llamándola, sonrió con las pocas fuerzas que le quedaban al notar que esa voz era la de Kiba.

-Lo siento.- murmuro aún escuchando la voz lejana de su chico, en el momento que sus ojos cerraban pesadamente.

No cumpliría con su promesa de arreglar las cosas, tal parece que no volvería a la aldea.


En la aldea Shizune entró corriendo a la oficina de Lady Tsunade causándole un pequeño susto que la hizo saltar de su asiento.

-Mi Lady.- habló temerosa por la reacción de la rubia quien únicamente bufo y la miró intimidante a los ojos.- Hemos recibido un reporte de la misión de rastreo.- le pasó un pequeño papel y Tsunade al leer aquello cerró sus puños y dio un fuerte golpe a su escritorio partiéndolo en dos.

-Envía un equipo médico, de inmediato.- ordenó, la castaña asintió y salió lo más rápido que pudo de la oficina obedeciendo órdenes.

Tsunade observó por el gran ventanal detrás de ella y suspiró.

Limbo [Kiba Inuzuka] (Segunda temporada de Ninken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora