Capítulo 14. La mesa de negociación.

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Lee abrió de un solo golpe la puerta del reservado que era tan típico en Corea del Sur.

--¡Tú! – le gritó Lee a JS de manera fúrica--¡Te dije que te alejaras!

--Pero ¿Qué curioso? Laura me acaba de comentar que le solicitaste ser amantes de los dos. Eres muy osado mi querido socio.

Acto seguido Lee caminó sin mediar palabras y le dio golpe directo en su quijada pero cuando JS le iba a devolver el golpe Laura se metió entre los dos.

El muy bastardo se reía mientras le devolvía el golpetazo y Laura los trataba de separar sin ningún efecto.

--Si no podré filmar la novela –JS miró a Laura mientras le guiño el ojo ¿JS en verdad quería morir en sus manos? -- tú tampoco harás ese comercial.

Lee lo agarró de nuevo por la solapa del traje, ese mal nacido...

--¡Basta los dos! Me voy.

Lee la miró histérico y se soltó de las manos JS.

Fue directamente a ella y le agarró de la mano mientras le dirigía una mirada de amenaza al traidor.

Ya arreglaría cuentas con el desgraciado, pero la prioridad era ella.

Siempre había sido ella...

--Tú te vas pero conmigo-- y la sacó de allí como alma que lleva el diablo mientras se colocaba las gafas y ella se cubría el rostro con su bolso perturbada y todos los trabajadores los miraban con la boca abierta.

Le dirigió una mirada a su equipo de seguridad para que borraran toda la evidencia de su desastrosa estadía y contuvieran las redes sociales.

Alex se puso en acción mientras Lee buscaba escapar a toda velocidad.

A la salida del local se encontró con los Star 6 en pleno.

Todos parecían matones de la mafia coreana con aquellas gafas de sol y gabardinas oscuras que le llegaban casi al suelo.

V le lanzó las llaves a Lee por los aires, esté las agarró sin problemas al mismo tiempo que Jim le abría la puerta del carro a Laura para que ingresara sin objeción.

--Laura, tiempo sin verte—fue lo único que le comentó Jim amanera de saludo irónico.

--Nosotros no encargamos de todo, váyanse—habló JJ mientras miraba a Lee con solemnidad y todos inclinaban la cabeza.

Lee arrancó su Maserati mc20 azul con un ruido del motor estridente al acelerarlo de cero al máximo. Y Laura trató de colocarse el cinturón de seguridad sin tener mucho éxito. Así qué Lee de un solo movimiento jaló de la correa y se lo colocó aún manejando.

Estaba desarrollando todo su autocontrol para no montar una escena digna de uno de sus Kdramas.

--No quiero preguntar hasta que grado de confianza has llegado con JS para decirle lo nuestro ¡Qué demonios estás pensando para contarle eso!

--Primero que nada no le dije que me acosté contigo ayer, segundo ¿No querías que fuéramos amantes los tres?

Lee trancó los frenos del carro en plena calle.

A Laura le revotó la cabeza en el asiento.

--¡Nunca dije eso! ¡Jamás lo haría! —Lee la miró anonadado.

¡Esa mujer seria su condena definitivamente!

--Yo no sé nada Lee, ustedes me quieren como un trofeo nada más, todos me usan con fines comerciales o sentimentales. Pero me usan al fin y al cabo. Me siento como una prostituta de la mafia del entretenimiento coreano, siempre oculta en la clandestinidad, manipulada y estoy cansada. Ya es hora de regresar por dónde vine, tómate esto como el aviso que me pediste el otro día –Laura lo desafío con la mirada-- Pero de mí, no esperes las consideraciones que ninguno de ustedes ha tenido conmigo desde que regresé, dense por bien servidos en su venganza.

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