Capítulo 25. Idol. Final.

234 4 4
                                    

JJ observó a la distancia como su amigo era abordado sin piedad por millones de fleches a su alrededor mientras se subía a la camioneta blindada.

"Un Idol"

Ser una figura pública eternamente.

Escudriñada en su totalidad, tanto en la fama, como en el dolor.

Luego del contundente comunicado oficial, los Star 6, la familia de Lee y su socio se habían reunido en el 925 para apoyarlo. Lo que nunca se esperaron fue que todo el gremio en general sacarían a la luz comunicados de apoyo y condolencias al artista. Siendo una muy grata sorpresa.

Un hecho histórico y sin precedentes en la industria del país. Los noticieros de todo el mundo hablaban de la trágica historia de amor del Idol y la escritora.

--¿Crees qué tengan un final feliz como piden todos los medios? – Jim, V, Rick y Sung también miraban a su amigo a la distancia con preocupación.

--Todo depende ahora de ellos dos—suspiró V angustiado –la mesa está servida, el país entero los apoya, el camino esta allanado para que así sea. 

--El problema es que Laura no termina de aparecer –resopló Sung angustiado.

--¿Jim no has sabido nada de Clara? –Rick le preguntó muy ansioso.

--Tengo semanas que no sé de ella, desaparecieron conjuntamente con Laura y quedé en un limbo al igual que Lee.

Y justo cuando Jim finalizó sus palabras sonó el móvil interrumpiendolo y este lo contestó sin siquiera mirar el número.

--"Annyeonghaseyo" -- el rostro de Jim cambio drásticamente --¡Clara! ¿Eres tú?

Todos dejaron de respirar mientras su amigo hablaba entre inglés y español con su novia, a la vez que él se ponía pálido y ansioso.

--¡Habla! ¿Qué dijo?

--¡Dinos ya!

--¿Dónde están?

Todos empezaron a hablar al mismo tiempo mientras su amigo seguía conversando en otro idioma y se alejaba.

Finalizó la llamada alarmado.

--¡Debemos de irnos ya mismo! –Jim salió corriendo y todos los Star 6 se fueron detrás de él, sin saber siquiera a dónde iban.

Mientras tanto ya en su casa familiar Lee abrió la puerta y miró de reojo a través de sus lentes oscuros todas las páginas regadas en la sala y las botellas de whisky vacías por doquier.

Era un desastre, como lo era su vida.

Había tratado sin éxito escribir sus memorias para enviársela a la Laura y aún no sabía dónde estaba.

Se rió histérico.

¡Su vida era una mierda!

Se pasó las manos por el cabeza desesperado y de repente... algo brilló por la ventana.

Algo o alguien caminaba rumbo a el árbol.

¿Laura?

¡No podía ser!

¡Estaba alucinando!

Corrió a abrir la puerta de su casa...

Era ella sin dudas y estaba sentada en su banco.

IdolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora