Capítulo 23. Forastera.

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La brisa gélida lo azotaba sin control.

Se observó a sí mismo parado en su azotea.

En el imperio que se había creado para protegerse del dolor...

No había nada más errado que ese pensamiento luego de lo ocurrido.

Los días siguientes de su regreso del Cairo habían sido los días más bizarros de su vida.

Tenía imágenes borrosas.

Había entrado en estado de negación.

En colapso, según repetían todos a su alrededor.

Recordaba a duras penas que se había encerrado en su habitación en la casa familiar con la botella de Whisky que tanto le gustaba a su padre. Era un gusto que había adquirido gracias a la migración de su hermano a Venezuela. Su tío se las enviaba vía aérea a través de sus colegas pilotos, anexadas a innumerables cartas con fotografías en donde le hablaba de la pasión de los venezolanos por aquel elixir proveniente de Escocia en los años 80 y 90.

Sonrió con ironía al recordarlo.

Quién le diría que al igual que su tío, terminaría irremediablemente enamorado de esas tierras y su gentilicio, gracias a sus mujeres...

Su abuela, su tía y ahora Laura...

--¿Lee?

Él no volteó.

Hablaba muy poco esos días...

Era su primo Mei.

Seguramente, para disculparse una vez más. Su primo al igual que su hermano llevaban un peso abismal por lo sucedido, pero que él en esos momentos no los podía consolar.

Él mismo no podía con la culpa.

--Mei no quiero discutir más, ya te dije que no es tu culpa lo del accidente, vi los videos y no se podía hacer más, gracias por protegerla, pero no puedo hablar de...

Se detuvo en seco.

No podía pronunciar esa palabra.

--Lo sé primo y lo siento de corazón.

Lee lo miró fijamente.

--Lo sientes, pero no me pueden decir dónde está Laura. No es irónico – lo enfrentó cínicamente.

Mei bajó el rostro.

--Se lo prometimos Lee, fue el mismo día de tu llegada, estaba en shock cuando se enteró que estaban casados, ya había sido demasiado para ella su perdida luego del accidente, Laura no sabía que estaba embarazada --Mei se pasó desesperado la mano por el rostro-- enterarse de su matrimonio la aniquiló... ya estaba deprimida y se sentía muy culpable de no saberlo antes... entiéndenos por favor... no sabíamos que hacer... Laura nos suplicó que la ayudáramos, no tenía las fuerzas para verte y decírtelo. Todo era un caos. Tú no podías llegar mientras nosotros conjuntamente con las chicas tratábamos de gestionar que decirle y que no dependiendo de sus reacciones. El doctor nos amenazó luego de un sangrado, no podía recibir más estrés después de su crisis al enterarse de que estuvo embarazada, teníamos terror de decirle que estaban casados.

Lee cerró los ojos del dolor.

Recordó las conversaciones con su abuela luego de su encierro. Lee solamente toleraba su presencia, mientras ella le iba narrando con mucho tacto aquellos días transcurridos y lo que había acontecido con Laura después del accidente.

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