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Después de andar trotando por un tiempo, por fin había llegado a la cima, atravesando unas temibles escaleras del infierno. Realmente no era sano que alguien que nunca había hecho ejercicio o salido de casa tuviera la mentalidad o resistencia para soportar eso.
Se quería morir.
Pero claro, su maldito cuerpo de androide no le dejaba.
Empezaba a odiarlo.
— ¡Maldito dios, maldito mundo de poder, maldito juego, maldita yo por haber jugado con un desconocido! ¡Odio todo!
Bueno, quizás no todo, pero estaba molesta. Por suerte, al ser medio... máquina, su cuerpo no producía demasiado sudor molesto. Bueno, lo hacía por el hecho de ser una bestia también, pero no era tan incómodo. Lo cual era un milagro.
Estaba en unas escaleras que parecían infinitas, junto al chico rubio que había reconocido como Kurapika, por la historia y la descripción de aquel niño verde.
El chico llevaba un mono blanco, con lo que parecía un cinturón y dos palos de madera en la espalda.
Corrieron en silencio hasta que la curiosidad de Kurapika comenzó a emerger. Había reconocido a la chica con pierna de robot que había sido la última en entrar. No fue difícil recordarla. Ahora, al tenerla más cerca, pude observar mejor algunas facciones, como la altura, el color de piel y aquella pierna robótica. Su cabello blanco tapaba sus ojos, y cuando intentó inclinarse inconscientemente para verlos, fue descubierto.
— ¿Pasa algo? — dijo ella, con calma.
Ambos se miraron a los ojos durante más tiempo del deseado. Kurapika olvidó por completa su presentación ante la nueva amiga de su amigo verde. Fue como un momento suspendido en el tiempo.
—Oh...—pensó. No se dio cuenta, pero sus ojos también cambiaron de color al momento de verla.
La única que lo notó fue ella, que lo miraba con interés.
— ¿Tus ojos acaban de cambiar de color? Qué loco. — Lo dijo sin pensar.
Kurapika al escucharla aparta la mirada al piso esperando a que sus ojos vuelvan a la normalidad pero en su mente, surgió el recuerdo de su clan. El clan Kurta, conocido por sus ojos escarlatas que cambiaban de color cuando sentían emociones intensas.
Pero había algo más que él nunca supo y ella si: aquellos ojos podrían brillar de manera única ante la presencia de su alma gemela, algo que se había llevado a la tumba con su familia.
—Eres Kurapika, ¿verdad? — preguntó T/N, rompiendo el silencio.
— Sí... — respondió él, todavía aturdido.
— No me equivoqué. Tu amigo no paraba de hablar de ti.
— Quizás... — murmuro, sintiendo una conexión inexplicable con ella, algo que iba más allá de la curiosidad. En ese momento, un destello de color escarlata cruzó sus ojos, pero nadie lo notó. Quizás... quizás haya algo más en esta chica.
Pero lamentablemente el chico jamás pudo aprender el siguiente dato de sus hermosos ojos. Estos ojos ante la presencia de su alma gemela serían mucho más reluciente y brillantes, es un dato que jamas salio del clan. Y se lo llevaron a la tumba.
Porque otro color mas brillante y mas atrayente?
Obviamente es algo gracias a la madre naturaleza para atraer al alma gemela, gracioso verdad?
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Un ser de otro lugar
FanfictionAsí como paso con Sora y Shiro, ____ no pertenecía a su mundo. Ella era un ser que no encajaba en ese mundo, era uno muy parecido al de Sora y Shiro, pero diferente, era una genio, amaba los juegos. Pero había algo más. Aquel dios que se cree superi...