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Toda mi vida he vivido como la escoria de la sociedad, incontables son las veces que me he visto por debajo de las demás y estas remarcaban su superioridad, a veces eran simples personas, pero algunas eran conocidos e incluso a aquellos quienes llamaba amigos.

Nunca me he destacado del todo bien, no era el mejor ejemplo de una persona pueda conocer, ya que guardaba rencor a mis enemigos y aquellos que iban en mi contra; y no me destaque en ninguna disciplina física o lógica. 

Renegado a mis limitaciones y con gran esfuerzo, logré formar vínculos sociales, que solo mantenían viva mi esperanza por el reconocimiento y afecto que nunca obtuve de algún ser humano.

El punto más alto de esto fue cuando fui reconocido por una alta esfera de mi comunidad, que no resultó ser más que un tirano y ser corrupto que terminó por arruinar mas mi reputación. 

Nunca olvidare ese cálido sentimiento que no fueron más que simples mentiras. Tal vez sea algo equivocado, pero... el amor es algo que en mi opinión, no existe realmente. Solo es una excusa para seguir formando vínculos que te benefician, y no soy la excepción a esta regla.

Aun así fue por ese hombre que logre descubrir desarrollar todo mi potencial, a aceptar y completar mi destino; como debió ser desde un inicio. 

Un poder se formó en mi desde el momento de la concepción, que un día despertaría y me empujarían a esta montaña rusa de sucesos únicos e inigualables que son mi historia.

Mi nombre es Juan Cubito, Ex-Hechicero supremo, amo y protector de las realidades y actualmente un Dios del Todo.

Fui escogido para trascender a la divinidad por los mismo dioses del todo, que me embarcaron en numerosas misiones y aventuras con el fin de restaurar la paz y estabilidad a los universos. Pero no podría asumir todo el crédito, tuve la ayuda de numerosos seres y personas extraordinarias con quienes trabaje para alcanzar mi meta; mi glorioso propósito.

No hay mejor destino que este. 



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Ningún mortal sabría exactamente donde se situa, menos podrían imaginarlo, porque su existencia no era más que simples leyendas y fantasías que se rumoreaba de aventurero a otro.

El hogar de los dioses, Galmega; se divisaba por el horizonte.

Los cielos estarían despejados, radiantes y celestes, si no fueran por las inmensas estructuras que sobrevolaban en medio del ente infinito.

Dichas estructuras estaban totalmente adornadas por finas piezas de porcelana, de colores claros y claramente relucientes, los seres que habitaban por ahí no eran nada más que entes mágicos o celestiales, con almas puras y limpias.

Esto no evitaba que creciera la vegetación en este paraíso celestial; los árboles crecían como enredaderas que adornaban cada pasillo y plaza del lugar, al igual que cada fuente de agua cristalina y estatua en memoria de sus fundadores y héroes.

Los cuales eran representados por los colores que ellos mismo emanaba: Rojo, Azul, amarillo y Verde.

Aunque no siempre se mantuvo la paz dentro de los terrenos celestiales, aún se cuenta como uno de los candidatos a ser un dios del todo, tuvo la valentía para enfrentarse al antiguo dios del todo; Naranja. 

Derrotandolo y restaurando una vez más el mundo tal y como lo conocían.

Pero en la más grande y espléndida estructura del lugar, habia un templo que contenía el inmenso poder de los dioses del todo. Quienes reposan dentro de las inmensas puertas de las misma.

-¿Necesario?- [Elitecraft x UnDiosDelTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora