Narrador
Después de regresar del viaje, Kendo, Aquino, Duxo, Cejo y Loco volvieron a la ciudad. Las vacaciones todavía no habían terminado, así que decidieron aprovechar al máximo el tiempo que les quedaba
Un día, Kendo invitó nuevamente al castaño a su mansión. A pesar de ser millonario, Kendo prefería la compañía sencilla y auténtica de sus amigos y, especialmente, de Aquino.
La mansión de Kendo era impresionante, con jardines extensos y una arquitectura moderna. Aquino, aunque ya había visitado anteriormente la mansión siempre se sorprendia por el lujo del lugar, se sentía cómodo gracias a la presencia de Kendo
Después de un rato, Kendo sugirió disfrutar de la piscina. Era una enorme piscina de borde infinito, con vistas impresionantes del paisaje circundante. Se cambiaron y se lanzaron al agua, disfrutando de la frescura en un día caluroso. Rieron, se salpicaron y nadaron, sintiéndose libres y felices
En un momento, Kendo se acercó a Aquino, sus ojos brillando con una emoción que no podía ocultar. Aquino sonrió y, sin decir una palabra, cerró la distancia entre ellos. Se besaron, un beso suave y lleno de ternura. Fue el primero de varios besos que compartieron en la piscina, cada uno más apasionado que el anterior. El agua reflejaba la luz del sol, creando un ambiente mágico alrededor de ellos
Mientras descansaban en la orilla, abrazados y disfrutando de la tranquilidad del momento, escucharon la puerta principal abrirse de golpe. El padre de Kendo, un hombre alto y de porte severo, entró con una expresión de desagrado
-¿Qué está pasando aquí?- preguntó con voz autoritaria.
Kendo se levantó rápidamente, su cola de zorro moviéndose nerviosamente
-Papá, no esperaba verte hoy- dijo Kendo, tratando de mantener la calma.
-Es evidente. He regresado porque me informaron de tu último reporte académico- dijo su padre, mirando a Kendo con desaprobación -Un ocho en tu calificación no es aceptable.-
Aquino, que había permanecido en silencio, sintió una ola de incomodidad y empatía por Kendo.
-Lo siento, papá. Haré mi mejor esfuerzo para mejorar- respondió Kendo, bajando la mirada
El padre de Kendo miró a Aquino por primera vez, evaluándolo con una mirada crítica.
-¿Y tú quién eres?- preguntó.
-Soy Aquino, un amigo de Kendo- respondió, tratando de sonar confiado.
-Un amigo, ya veo. Espero que no seas una distracción para mi hijo- dijo el hombre, antes de girarse hacia Kendo -Quiero que te enfoques más en tus estudios. No aceptaré otra calificación por debajo de diez. ¿Entendido?-
-Sí, papá- respondió Kendo, con un tono sumiso
Sin más palabras, el padre de Kendo se retiró, dejándolos a ambos en una tensión palpable. Aquino se acercó a Kendo, colocándole una mano en el hombro.
-¿Estás bien?- preguntó, genuinamente preocupado.
Kendo asintió, aunque sus ojos reflejaban una mezcla de frustración y tristeza.
-Sí, lo estaré. Gracias por quedarte conmigo, Aquino.-
Aquino lo abrazó suavemente, tratando de consolarlo.
-No tienes que enfrentar esto solo. Estoy aquí para ti.-
Kendo sonrió, sintiendo una vez más esa calidez reconfortante que Aquino le brindaba.
-Gracias, de verdad.-
Aquino y Kendo decidieron quedarse en la mansión del rubio, aprovechando el tiempo que tenían juntos. Se acomodaron en el sofá del amplio salón, rodeados de una montaña de palomitas, tacos y algunas golosinas. Kendo, con sus orejas y cola de zorro decaídas, se acurrucó contra Aquino, buscando consuelo
Aquino, deseando hacer sentir mejor a Kendo, lo abrazó con ternura, acariciando suavemente sus orejas y cola. Eligieron una serie de películas para ver, desde comedias hasta aventuras, con la intención de distraer y animar al rubio.
A medida que avanzaba la noche, Aquino se esmeró en mimar a Kendo. Le daba pequeños bocados de comida, le susurraba palabras de ánimo y le dedicaba sonrisas cálidas. Poco a poco, Kendo comenzó a relajarse y a disfrutar de la compañía y los cuidados de Aquino.
-En serio, gracias por todo esto, Aquino- dijo Kendo, su voz apenas un susurro.
-No tienes que agradecerme, Kendo. Estoy aquí porque quiero estar contigo y apoyarte- respondió Aquino, apretando suavemente a Kendo contra su pecho.
La noche avanzó, y el ambiente en la mansión se llenó de risas y comentarios sobre las películas que veían. Aquino notaba cómo, poco a poco, las orejas y la cola de Kendo recuperaban su vitalidad.
Cuando la última película terminó, Kendo se estiró y bostezó, sus orejas de zorro moviéndose ligeramente.
-Creo que es hora de dormir- dijo Aquino, apagando el televisor
-Sí, creo que tienes razón- respondió Kendo, aunque se notaba que no quería que el momento terminara.
Aquino se levantó y le extendió la mano a Kendo, ayudándolo a ponerse de pie. Juntos, subieron al dormitorio de Kendo, una habitación amplia y acogedora. Se prepararon para dormir, y Kendo, aún con una sonrisa tímida, se metió en la cama. Aquino lo siguió, y ambos se acomodaron bajo las sábanas.
-Buenas noches, Kendo- dijo Aquino, mirando al rubio a los ojos.
-Buenas noches, Aquino- respondió Kendo, sintiendo una calidez especial al escuchar su nombre en los labios del castaño.
Se quedaron en silencio, disfrutando de la presencia del otro, hasta que el sueño los venció.
La mañana siguiente, Aquino se despertó antes que Kendo. Observó cómo el rubio dormía plácidamente, su respiración tranquila y su expresión serena. Aquino sintió una profunda gratitud por haber encontrado a alguien tan especial.
Cuando Kendo finalmente despertó, se encontró con los ojos cálidos de Aquino mirándolo.
-Buenos días- dijo Aquino con una sonrisa.
-Buenos días- respondió Kendo, devolviéndole la sonrisa -Gracias por estar aquí, Aquino. No sé qué haría sin ti.-
-No tienes que agradecerme nada. Somos un equipo, y siempre estaré aquí para ti.-
Kendo se incorporó, sus orejas de zorro moviéndose con alegría.
-¿Te gustaría desayunar algo?- preguntó, cambiando el tema.
-¡Claro! ¿Qué tienes en mente?- respondió Aquino, levantándose de la cama.
Pasaron la mañana preparando un desayuno juntos, disfrutando de la simplicidad y la alegría de la compañía del otro.
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▄︻デ|𝙂𝙤𝙡𝙙𝙚𝙣 𝙗𝙤𝙮(𝘒𝘦𝘯𝘥𝘪𝘯𝘰)|══━一
Fanfiction꧁•⊹٭𝙺𝚎𝚗𝚍𝚘 𝚞𝚗 𝚓𝚘𝚟𝚎𝚗 𝚖𝚞𝚓𝚎𝚛𝚒𝚎𝚐𝚘,𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒𝚍𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚎𝚗𝚊𝚖𝚘𝚛𝚊𝚛 𝚊 𝚝𝚘𝚍𝚊𝚜 𝚕𝚊𝚜 𝚙𝚎𝚛𝚜𝚘𝚗𝚊𝚜 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚊𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚑𝚊 𝚒𝚗𝚝𝚎𝚛𝚊𝚌𝚝𝚞𝚊𝚍𝚘,𝚢𝚊 𝚜𝚎𝚊 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎𝚜 𝚘 𝚖𝚞𝚓𝚎𝚛𝚎𝚜,𝚑𝚊𝚜𝚝𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚌𝚘𝚗...