three

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─ Y tu hermano que te dijo? ─ Preguntó Nicki mientras se retocaba los labios en el espejo.

─ Tiago nada, me dijo que iba a estar en casa con sus amigos y que tal vez luego salgan a dar una vuelta. ─ Sus amigas sabian que "sus amigos" incluía a su exnovio, el que era innombrable para ellas.

─ Bue, a ver si hoy encontramos algún garche por ahí. ─ Tuli posaba en el espejo mirando su look, y realmente estaba hermosa.

Emilia estaba en el espejo del baño, repasando su maquillaje y perfeccionándolo, mientras estaba atenta a lo que hablaban sus amigas.

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─ Y como es la convivencia sin tus viejos? ─ Mateo jugaba con una pelota pequeña que había encontrado por ahí mientras hablaba con sus amigos.

─ La pelotita no es de Roma? ─ Mauro miró a Mateo y este miró rápido a Tiago.

─ Si es de Roma ─ Mateo soltó la pelota fe inmediato y se lavó las manos con cualquier cosa que tenía cerca. ─ Y estoy bien la verdad, solo que Emilia rompe mucho las bolas.

─ Se pone a bailar a las 3 am? ─ Ambos miraron mal a su amigo Mateo y luego Tiago soltó una risa.

─ Por suerte no, pero no para de quejarse con el orden, disque esto, lo otro, recoge esto...

Mauro no mostraba ninguna expresión, siempre que hablaban de la chica trataba de mantenerse neutro aunque por dentro, su cabeza estaba hecha un lio tremendo.
Dirigió la vista al animalito de cuatro patas de pelaje blanco, Roma.

Esa perrita que tanto conoce y tanto ama, después de todo pasar tanto tiempo con su exnovia le habia servido para agarrar confianza con la perrita Roma, que solía ser su hijita.

Roma movía su cola como signo de felicidad y se lanzaba a Mauro mientras este la acariciaba, ella también lo quería mucho y eso Emilia no podía cambiarlo.

Un rato después.

Los chicos habian salido con el auto de Tiago a comprar unas cosas y a dar una vuelta, estaban hablando y riendo hasta que el sonido de una llamada empezó a sonar.
Todos vieron en la mini pantalla del auto el nombre de quien se trataba, y Tiago contestó.

─ Emilia?

"¿Estás en casa?

─ No, estoy volviendo a casa, por?

"¿Vas en auto?

─ Si.

"¿Me venis a buscar al boliche del otro día? Porfis, quería pedir un uber pero no me contesta ninguno."

─ Dale, ahí vamos.

"¿Con quién estás?"

─ Eh, Con Mateo y Mauro.

"Ah sabes que deja, mejor voy caminando."

Mauro rodó los ojos al escucharla, de verdad iba a ser tan caprichosa de no subirse al auto porque estaba él?

─ Ni en pedo vas a volver sola Emilia, ya estoy yendo por ti.

"Da la vuelta, no voy a subir al auto, prefiero caminar."

─ Quédate quieta, aparte no quiero ni saber cuanto alcohol llevas encima Maria Em- La hija de puta me cortó.

Mateo y Mauro quedaron en silencio, ninguno tenía intención de decir nada.

─ Mauro, cambiate de lugar, anda atrás con Mateo y que Emi se siente acá, es lo mejor.

Mauro hizo caso, Tiago paró y aprovechó para cambiar de sitio rápidamente.

Cuando llegó al boliche pudo ver a Emilia caminando con el celular en la mano, Mauro la observaba desde la parte de atrás.

─ ¡Emilia! ¡Subi! ─ Tiago gritó para llamar la atención de su hermana que se giró sorprendida.

Mateo intentó aguantar la risa al ver como le cambiaba la cara a Emilia.

─ No jodas Tiago, ya te dije que no pienso subir. ─ Emilia siguió su camino mientras Tiago la seguía, insistiendo.

─ O te subis vos o te subo yo, vos eliges. ─ Emilia suspiró fuerte y sopló fuerte, en ese momento quería matar a su hermano.

Dió la vuelta al auto y se subió en el sitio de copiloto.

─ Hola Mateo. ─ Cerró la puerta y Tiago arrancó.

─ ¿A cuántos te comiste hoy? ─ Tiago la miró de reojo y Mauro, que estaba atrás, fingía no estar atento mirando la ventana, pero tenía sus dos orejas en la conversación.

─ ¿Por? ¿Tengo el maquillaje corrido? ─ Sacó su mini espejo del bolso y se miró detenidamente.

─ Entonces si, ¿Lo conozco? ─ Tiago estaba preguntando porque sabia lo que causaría esa conversación.

─ Pues me parece que sí, esque no se como se llama, no me acuerdo, eh... Zecca creo?

Mauro frunció el cejo mirando la ventana.

─ ¿Francisco Zecca? Si ibas a comerte a uno almenos que no sea ningún boludo, tarada.

Mauro fingió toser disimuladamente y miró el retrovisor, justo cuando Emilia también estaba mirando, conectaron miradas por 1 segundo y luego ambos quitaron la mirada.

─ Besaba increíble, hermanito, eso es lo que importa.

Emilia sabia lo que hacía, su objetivo era joder a su exnovio y vaya que lo logró, aunque no lo pareciera, Mauro estaba explotando de celos en su interior.

cristal, duki & emilia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora