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Emilia hablaba con su hermano muy cariñosamente, lo abrazaba cada dos segundos y le sonreía, y esque estaba feliz por él, todos sabían lo mucho que se querían ambos a pesar de todo

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Emilia hablaba con su hermano muy cariñosamente, lo abrazaba cada dos segundos y le sonreía, y esque estaba feliz por él, todos sabían lo mucho que se querían ambos a pesar de todo.

Los dos amigos de Tiago se acercaban a su amigo lentamente y Emilia al verlos cambió su expresión, no por Mateo, sino por Mauro. Se despidió de Tiago y desapareció de ahí.

─ Ey príncipe, vi a la princesa Belén por ahí ─ Tiago sonrió.

─ Y yo vi a la princess Nicki por ahí también ─ Mateo rodó los ojos al escuchar a Tiago.

─ Bueno loco déjenme solo si quieren dale, así son ─ Fingió estar molesto y sus dos amigos lo miraron de inmediato.

─ Te quedas solo porque vos queres nada más, tarado.

Mauro sabia a que se referían, y tenían razón. Buscó en una mirada rápida a su exnovia, y la encontró riendo junto a sus amigas.
La mayoría de la gente ya había llegado y ya tomaban e incluso fumaban, la noche era prometedora.

3 AM.

─ Vos decís que vaya a encararle a Nicki? Está sola ─ Le habló al oído Mateo por todo el ruido que había.

Tiago había desapreciado hace poco y podían suponer que se fue con Belén, asique quedaron solo Mateo y Mauro.

─ Anda rey, yo voy a ir por ahí y me fumo uno, luego nos vemos. ─ Se sonrieron y Mateo se fue, Mauro esperó un poco y se fue a buscar un lugar con menos gente para prenderse un porro.

Sabía que eso empeoraría su estado, pero ignoró eso a pesar de saber que ya había bebido bastante también.

Emilia, por otro lado, iba de una punta a otra, estaba inquieta y estaba bastante borracha, había perdido la cuenta de todos los tragos que llevaba encima, pero eso era lo que menos le importaba en ese momento.

Mauro encontró a Emilia con la mirada y la sonrisa se le fue de la cara al ver que estaba hablando con Ivo, el chico de trenzas que tan mal le caía, el que estaba seguro de que iba detrás de Emilia solo para joderlo a él.

Rodó los ojos y le dió una calada larga al porro, tragó el humo sin dificultad sintiendo el frescor en su garganta y soltó el humo.
Se sorprendió cuando alguien le quitó el porro de las manos y cuándo vio de quien se trataba, se sorprendió aún más.

─ ¿No te dije nunca que fumar esta mierda es horrible? ─ Se puso frente suya mirándolo fijamente mientras le daba una calada al porro que le había de arrebatar de su mano.

─ Pues acabas de hacerlo vos, tan malo no es. ─ Ambos sonrieron, la chica le dió otra calada más sin dejar de mirarlo.

─ Bueno, hay ocasiones especiales para todo, ¿No? ─ Dió un paso hacia delante, ambos estaban más cerca de lo normal y a ninguno le importaba.

Era la primera vez en meses que se dirigían la palabra y estaban cara a cara, Mauro le quitó el porro, lo apagó y se lo guardó.

─ ¿Estás borracha? ─ La miró esperando una respuesta aunque ya sabía la respuesta.

Emilia sonrió mientras no quitaba la mirada de él.

─ Lo suficiente como para hacer esto. ─ Se acercó rápidamente a él y juntó sus labios, lo besó esperando que él le siguiera el juego y así pasó, Mauro reaccionó rápidamente poniendo sus manos en la cintura de la chica.

Ninguno quería separarse, ese beso era el que llevaban esperando por tanto tiempo, los dos se extrañaban mucho pero ninguno lo aceptaba ni lo decía.

Se separaron y Mauro no pudo evitar sonreír y la volvió a besar, esta vez con más ganas, el beso aumentaba la intensidad muy rápido y los dos lo estaban notando.

─ Vamos a otro sitio. ─ Mauro la tomó de la mano y ella se dejaba llevar, ya suponia a donde iban a parar, a su cuarto.

El chico ya sabia donde era, cuando llegaron y estaban dentro Emilia cerró la puerta y le puso seguro para que nadie entrara.

Se volvieron a besar de nuevo, y esta vez no iban a parar, se tenían ganas mutuamente y no iban a dejar pasar la oportunidad.
Ambos estaban pasados de tragos pero eran conscientes de lo que hacían, tal vez se arrepentirían el día de mañana pero no les importaba.

─ ¿Sabes que me encanta ese conjunto? Lástima que voy a tener que quitártelo ahora mismo ─ Emilia no pudo controlarse y comenzó a dejar besos húmedos por el cuello del chico, los dos estaban disfrutando del momento y eso que aún no había empezado lo bueno.

Al fin y al cabo, nadie se enteraría de nada.

cristal, duki & emilia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora