La palma abierta de Cale se cerró formando un puño.
¡Crepitar!
Un tronco de árbol negro se hundió más profundamente en el fondo de la aeronave mientras hacía eso.
"¡No, esto no puede estar pasando!"
Las manos del alquimista a cargo temblaban. Se mordió los labios con tanta fuerza que le sangraron.
Goteo. Sin embargo, no tuvo tiempo de prestarle atención.
"¡Líder-nim, se está inclinando!"
¡Chillido!
Se escuchó un chillido escalofriante cuando la aeronave comenzó a inclinarse hacia un lado. El alquimista se agarró a la barandilla para mantener el equilibrio mientras miraba fijamente a Cale.
Toca. Toca.
Cale caminaba lentamente.
Los caballeros cargaron hacia él como insectos atraídos por la luz, sin embargo, ninguno de ellos pudo alcanzar a Cale.
Shhhhhhh-
Cale dio un paso en el aire. Uno a uno, los troncos negros de los árboles volaron sobre él y crearon una escalera.
Cale pisó ese camino de madera con forma de telaraña que había creado.Humano, ¿te vas?
Luego empezó a correr.
¡Swoooosh! El sonido del viento creó una ráfaga en la punta de sus pies. Cale rápidamente siguió el viento hacia la aeronave.
El alquimista que estaba observando con los ojos inyectados en sangre inmediatamente comenzó a gritar.
"¡Activa el círculo mágico!"
¡Muy largo!
El círculo mágico que había sido preparado durante un tiempo comenzó a iluminarse.
Un aura roja se estaba acumulando en la parte superior del gran círculo mágico.
El alquimista entonces agitó su mano. El maná negro cubrió su cuello y su voz, amplificada por la magia negra, resonó hacia las fuerzas del Imperio.
"¡Todos los soldados deben cortar los troncos de los árboles! ¡Apunten a los enemigos! ¡Disparen las flechas!"
Rápidamente dijo un par de cosas más.
"¡Entren en las casas y busquen leña! ¡Quemen todos los árboles!"
Los soldados que habían estado mirando todo con la mirada perdida finalmente comenzaron a moverse. Fue porque sintieron que realmente podrían perder si las cosas continuaban así. Este fue especialmente el caso de los soldados regulares que no sabían mucho sobre las bombas de maná muertas. Lo que vieron fue asombroso y aterrador a la vez.
Pero aún así tenían que encontrar una manera de sobrevivir.
Los soldados sacaron sus armas.
"¡L, vamos a pelear!"
"¡Tenemos que irnos! ¡Tenemos que llegar a la aeronave antes de que lleguen los enemigos!"
Los soldados cortaron los troncos y comenzaron a disparar flechas a los guerreros que corrían a través del camino de troncos.
El alquimista apagó su magia de amplificación y le dio una orden a su subordinado.
"Llamen a los caballeros. ¡Que todos los magos que no estén manejando el círculo mágico se preparen para atacar!"
'¿Llamar a los caballeros?'
El alquimista le susurró a su subordinado quien parecía confundido.
"Lanza las bombas de maná y las bombas mágicas restantes debajo de la aeronave. Estoy seguro de que al menos detendrá los troncos de los árboles y evitará que los enemigos se acerquen. Además..."
