Los elfos oscuros casi parecían volar por el desierto gracias a los elementales del viento. El elfo oscuro que iba al frente se movía más rápido a medida que se acercaban al castillo de Leona.
Aplastar, aplastar.
El líquido negro. Ella caminaba sobre el maná muerto como si nada. Nada podía impedirle seguir adelante.
Llegó justo debajo de la muralla del castillo, que estaba llena de escombros de los barcos destruidos. Se paró en el suelo negro mientras informaba.
—¡Comandante-nim, todos han llegado sanos y salvos!
El subconsciente de Valentino tragó saliva.
Elfos oscuros.
Eran incluso más raros que los elfos y habían sido rechazados por el continente occidental hasta ahora. En realidad, era peor que eso, ya que eran despreciados.
Los elfos oscuros eran conocidos por vivir cerca de lugares donde había cadáveres enterrados. Aunque no habían hecho daño a nadie, el hecho de que vivieran cerca de esos lugares oscuros hacía que la gente desconfiara de ellos.
—... ¿Son parte del Reino Roan, no, el grupo del comandante Cale?
La mirada del príncipe heredero Valentino hacia Cale cambió una vez que pensó también en el nigromante.
'Aterrador.'
De repente, le tenía miedo al comandante Cale. No era porque fuera malvado. De hecho, el comandante era una buena persona.
Sin embargo, el poder de la bondad sin prejuicios asustaba al príncipe heredero.
Por supuesto, Valentino no tenía idea de que estos eran los Elfos Oscuros que habían vivido debajo de la Tierra de la Muerte. Estaba asombrado por el alcance de Cale y el Reino de Roan. También estaba sorprendido por su decisión de sacar a la luz existencias que eran odiadas una tras otra durante esta guerra.
"Su Alteza."
"...Comandante."
Miró hacia Cale.
"¿Podemos comenzar nuestro ataque?"
La palabra "ataque" y no "defensa" salió de la boca de Cale. El príncipe heredero Valentino comenzó a sonreír lentamente.
"¿Por qué me preguntas? ¿No te lo dije ya antes?"
Valentino recordó lo que le había dicho a Cale antes de la batalla.
"Te lo dejo a tí."
"No te defraudaré."
Él era digno de confianza.
Al mismo tiempo, Valentino se sintió agradecido con el príncipe heredero del Reino de Roan, Alberu. El Reino de Roan había enviado lo mejor que tenía para ofrecer para ayudarlos.
Pudo escuchar la orden que Cale dio a los Elfos Oscuros.
"No dejes que los enemigos escapen. Asegúrate de atraparlos".
Los elfos oscuros no respondieron. Comenzaron a moverse para demostrar su competencia con sus acciones.
Los Elfos Oscuros, cuyo número equivalía a una gran Brigada de Caballeros, comenzaron a moverse.
Fuego, agua, tierra y viento. Los elementales de todos los elementos comenzaron a ayudar a los elfos oscuros.
Se lanzaron flechas incendiarias hacia la costa mientras bombas de agua volaban hacia las cabezas de los Bears. El suelo también comenzó a temblar y a agarrar los tobillos de los soldados que se dirigían hacia los barcos.
