𝟶𝟷𝟿

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Embarazado...

Mingyu está embarazado de Jungkook, va a tener un hijo de él, un heredero, el próximo líder de la tribu.

Sentí una opresión en mi pecho, me estaba matando. Ahora Jungkook me dejaría, no soy yo quien le dará un cachorro para seguir su legado. ¿Para qué me querría seguir teniendo aquí?

Iba a dejarme por ese Omega, me haría a un lado, no quisiera presenciar aquello, eso me mataría lentamente. Tampoco puedo volver a Irea, estaba perdido, me tacharían, pero eso es lo que menos me importa ahora. Simplemente no puedo volver a Irea.

Lo que me duele y me quema es que todo el esfuerzo y los momentos pasados se irán a la basura, Jungkook va a dejarme por Mingyu para hacerlo su Omega y criar a su cachorro juntos.

¿Qué pasaría a ser yo? Un ayudante de las huertas, ¿Criado de limpieza de las chozas de reuniones? ¿O pasaría a ser nana del futuro hijo de ellos?

Lo peor de todo es que debo dejar de amar a Jungkook, sacarlo de raíz de mi corazón porque él va a dejarme, va a desecharme.

Yo hubiese podido darle un cachorro, hubiésemos podido criarlo y amarlo juntos, pero alguien más se me había adelantado.

Jungkook se levantó, pude notar la incertidumbre y algo de enojo en sus ojos en sus ojos. — ¿Qué mierda has dicho? — Nunca esperé esa reacción en él. Pensé que iba a alegrarse.

— Estoy en cinta, Alfa, seremos padres. Ahora podré ser tu Omega, te daré al próximo líder. — Mingyu estaba muy feliz, claro, pero asustado.

— Mira, Mingyu. Espero que me escuches atentamente, mi Omega es Kim Taehyung, mejor dicho, Jeon Taehyung, tu feleség. No voy a dejarlo, él es el único que me dará cachorros y él es el único que engendrará al próximo líder.

>>> Me haré cargo de ese cachorro, pero no quiero que pienses que voy a dejar a mi Omega por ti. Usa tu cabeza de forma racional, para eso la tienes.

Diosa Luna, yo nunca pensé que él iba a reaccionar así, pensé que iba a botarme. No debí desconfiar de él, de mi Alfa.

— Vamos, amor. — Me dijo, su voz sonaba segura, tomé su mano y le dí un último vistazo a Mingyu, no dije nada, se le notaba bastante enojado.

Íbamos caminando hacia nuestra choza, ninguno dijo nada pero el silencio no era nada incómodo, al contrario. Jungkook apretó mi mano y me atrajo hacia el y me besó la frente.

— Omega, no puedo dejar a ese cachorro a la deriva, no puedo culparlo por mis errores. — Mi Alfa dijo, ha cambiado, su corazón es cálido ahora.

Besé sus labios con rapidez. — Alfa, entiendo, no tiene la culpa de nada. Pero no puedo evitar sentir celos, mi lobo también los siente. Estamos algo disgustados.

Jungkook solo me sonrió, seguimos caminando hacia la choza.

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Pude sentir el nerviosismo de Taehyung, algo lo agobiaba y tenía una idea de qué era lo que lo tenía así.

Quería que dejara toda sus dudas, iba a borrarlas todas.

No puedo desamparar a ese cachorro, Mingyu no significa nada para mí, pero no puedo simplemente abandonar a ese niño que viene en camino. No voy a dejar a Taehyung, siempre estaré para él como él para mí.

Él me enseñó el valor de las cosas pequeñas, me enseñó a amar, a dejar mi ira de lado y ahora no me veo sin él. Simplemente me hizo mejor Alfa.

Llegamos a la choza, entramos y nos acostamos en las mantas. Estar cerca de él e inhalar su aroma es todo lo que necesito.

— Alfa. — Solo hice un sonido con mi garganta en afirmación para que continuara hablando.

— No soy el primero en darte un cachorro, al próximo líder de la tribu. — Dijo escondido en mi cuello, con una risa nerviosa, pero pude notar que estaba llena de dolor.

— Omega, escucha bien. Cuando quedes en cinta, ese cachorro será el próximo líder porque es hijo legítimo nuestro, nadie más. Solo veré qué nada le falte al que viene ahora, es todo. Tú te has convertido en mi todo, Taehyung, contigo quiero hasta lo que no existe, mi amor.

Alzó su cabeza y pude ver sus ojitos llenos de ilusión, amarlo, sí amarlo eternamente.

Te amo, Alfa.

— Te amo más que a nada, Omega. Mingyu no significa absolutamente nada, nada en comparacion si tú me dejas, amor.

Lo besé, lo amo, estoy dispuesto a hacerle el amor, pero ésta vez voy a dejar que el amor nos haga.

la ley del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora