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Quiero ver el mundo arder.
Sobre todo porque ustedes,
serán lo mejor que puede haber.
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La sangre se había calmado y ya no salía de manera descomunal por su boca, lo seca que estaba su garganta le provocaba toser de manera exagerada y ruidosa. Estar acostado en aquel futón no era de mucha ayuda para su tos pero si para que que pudiera descansar de manera más cómoda.

Kaigaku ahora estaba tranquilo, respiraba de manera moderada y el calor de su cuerpo que había obtenido se estaba bajando, para todos era asqueroso ver cómo un demonio se comportaba de manera tan frágil a pesar de ser semejante ser.

Kokushibo estaba a su lado tocando su frente, las mejillas rojas de kaigaku aún no se iban. Lo que significaba que aún no bajaba la anterior contracción, ni la hinchazón.

Algo que agradecía pero nunca diría en alto o en público o de ninguna otra forma era la técnica de sangre demoníaca de su compañero.

Odiaba admitirlo, pero Douma servía para algo más que molestar a akaza, de vez cuando.

- …El calor baja. Espero que no empeore.

- No se preocupe, akaza -dono. No creo que vaya a empeorar.

- ¿De verdad lo creés?

- Se lo que hago.

Kokushibo ignoraba a los dos. Estaba enfocado en que kaigaku no volviera a toser o escupir sangre, hasta no ver un mejor avance no iba a moverse del lugar.

Se sentía vacío por dentro, admite que con solo ver aquella cosa moverse en el estómago de kaigaku le había revuelto la cabeza de una manera increíble.

En otras palabras lo habían mareado de forma asquerosa, porque aún tenia algo atragantado en la garganta. Talvez, la comida que estaba digiriendo cuando lo llamaron.

Dejó de tener hambre en esos largos días. Pensando en que había visto en ese momento, dos bultos de horripilante tamaño y poder no podían ser posibles.

Al menos no era lo que tenía planeado, algo en su interior le decía que no estaba bien lo que había pasado. No quería ni pensar que kaigaku podría tener en su vientre no solo una de esas cosas sino…

Que soportará a Douma y akaza matándose ahí atrás era prueba de que ya no tenía sentido hablarle.

- ¿De verdad creés que se pondrá mejor? Yo no veo ni un avance con esto.

- Escucho mejores ideas, akaza-dono. –se burlo.

- Kokushibo tampoco ayuda en estos momentos. –se volteó para ver al mencionado, se veía inexpresivo ante todo pero no quitaba su vista del vientre.

Se sentía alerta, por si volvía a ocurrir. No sabía cómo iba a hacer para detener eso si volvía a pasar, pero mejor alerta porque la ultima vez que lo había dejado solo con esos idiotas aquello había pasado.

En un impulso, sin saber porque, llevo su mano al vientre ajeno y dejó su mano ahí. Sentía la necesidad de estar cerca y no alejarse para nada, el saber que podía pasar algo peor le provocaba dolor a la cabeza.

Sube y baja. Está en calma y no muestra daño alguno, gracias a que los demonios son capaces de compartir memorias y recuerdos pudo saber que nadie le habia hecho nada.

¹Demon World •|KNY|• Kokukai [Continuación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora