¿Doctor?

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Tenía que estar calmado, lo habían traído lleno de sangre, según las informaciones que había logrado sacar, lo lograron salvar en una redada policiaca que hubo en uno de esos lugares tan terribles. No podía creer que existieran personas tan crueles como para someter a otros a experimentos.

Y lo sabía por las orejas esponjosas y la cola larga y fina que tenía el hombre como protuberancias adicionales en el cuerpo. No podía creer aquello.

—¡Doctor, empecemos la operación!—Saku asintió. Tenía que salvar a ese hombre a como fuera, no le dejaría morir, este tenía que vivir la vida que seguramente se le había negado por tantos años. Así que, con esa decisión, empezó a tratarlo con todos sus conocimientos en juego.

Después de tres largas horas en qué parecía que no se salvaría, logró estabilizarlo. Salió para tomar aire fresco y casi salta del susto cuando el doctor Naruto paso a su lado.

—Buen trabajo Doctor Saku. Sin ti ese paciente posiblemente hubiera estirado la pata.—asintió.

—Gracias, pero quería hacerlo, es mi deber, pero ese hombre merecía otra oportunidad.—el rubio asintió y se fue dejando al hombre con sus pensamientos.

Cuando entró en la habitación, sus ojos se posaron en que el azabache ya tenía los ojos abiertos.

—Es extraño que dejen a una mujer tan cerca de mí.—Saku se detuvo, boqueo ante las palabras de este. Nunca nadie se había percatado de que en realidad, era una mujer. Después de todo, las mujeres no tenían permitido ser doctoras debido a que se creía que eran demasiado sensibles como para estar a la cabeza de una operación.

—No se de qué habla. ¿Se encuentra mejor?—la nariz de este se movió y cuando Saku estuvo completamente cerca de él, los ojos de este se afiliaron sobre ella casi como si traspasará su alma.

—A mi no me engañas, eres una mujer disfrazada de hombre.—sus orejas se movieron al igual que su cola.—Gracias....por salvarme.—giró el rostro evitando que la Haruno viera sus mejillas, pero la reacción de esta fue que su corazón latiera acelerado ante lo tierno que se veía reflejado en el cristal de la ventana.

—De nada.—sonrió usando su verdadera voz y haciendo que este se erizara de pies a cabeza por la dulce nota que poseía.

Fin

Drabbles SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora