CAPÍTULO 2

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- Ya se están tardando mucho- dijo, revisando su reloj con preocupación e impaciencia.

- Quizá hubiese sido mejor esperarlos- razonó Hyunjin.

- Ajá si- afirmó con los ojos entrecerrados- No pensabas lo mismo cuando me convenciste de adelantarnos, ¿Verdad?

- ¿Qué?- preguntó fingida mente confundido- No tengo ni idea de lo que hablas- aseguró, ocultando sus ganas de reír.

- Así que eso dirás si no vuelven y nos interroga la policía- supuso Taehyung, asintiendo para sí- Pero que doble cara eres- expresó fulminante.

- Sobre piensas tanto.

- ¿Entonces soy el culpable por ir preso?

- Eh...- lo miró frunciendo sus cejas- Pues los culpables van presos, sí- dijo esta vez siguiendo su juego.

- Pero si soy inocente, todo es culpa tuya.

- Los policías no pensaran lo mismo.

- Nadie va a ir a la cárcel, ¿De acuerdo?

Los gritos llenos de sorpresa de los dos chicos, solo consiguieron alimentar el ego asustador tres mil de Eunwoo. El que, junto a Isnie, llevaba escuchando desde el principio de su plática.

- ¡Pero que susto, joder!- exclamó Taehyung, tocando su pecho cuyo corazón bombeaba errática mente.

- Más susto me da a mí saber que se preocupan solo por ustedes y no por mi muerte- regaño todavía incrédula la chica.

- ¿Que dices? Si se preocuparan por la muerte de alguien, sería solo por la mia- dijo con mucha seguridad, Eunwoo.

- Oigan, a ustedes no les preocupa llegar a casa, ¿No es cierto?

- Hyunjin tiene razón, salgamos de aquí - dijo Taehyung emprendiendo camino.

- Sí- respondieron Eunwoo y Isnie al unísono. Para posteriormente, los cuatro comenzar a caminar.

El sol se ocultó quince minutos después, siendo reemplazado por la luna llena. La calle se alumbraba mucho por ese motivo, haciendo su estancia un poco menos escalofriante, si es que eso era posible porque, las lechuzas y los búhos en los árboles, solo estaban consiguiendo que el miedo en Taehyung se incrementará.

Le tenía pavor a esas creaturas, todo estaba en fijar su atención en esos ojos que parecían leer hasta los más oscuros secretos ocultos en lo profundo de la mente. No es como si en sus pensamientos tuviera más que traumas de la muerte de sus padres, al chico que le gusta de la escuela, preocupación por el estilo de vida de su hermano y, no menos importante, el hambre voraz que hacía su estómago gruñir en ese momento. Lo último había sido notado por sus amigos, los que seguramente estaban en iguales condiciones.

- Calla a tu estómago quieres, me da más hambre- pidió Isnie, frotando el suyo propio con una mueca desanimada adornandole.

- ¡Así que es eso!- exclamó Hyunjin con emoción, como si acabara de hacer un trascendental descubrimiento- ¿Qué?- preguntó con extrañeza, al ver la confusión que presentaban las miradas de sus amigos. Lo miraban como si estar alegre en esas condiciones fuese hasta delito. Aunque claro, emocionarse por el rugir del aparato digestivo de tu amigo, estaba muy lejos de parecer normal- Es que pensé que eran gruñidos de algún animal salvaje que se acercaba a atacarnos.

No tardó en notar que las miradas ahora indescifrables de sus amigos, no eran realmente por su fascinación a el estómago de Taehyung; tenían un trasfondo más profundo. Al estar concentrado en excusarse, recién se daba cuenta del ruido que hacía el motor de un auto acercándose.

Mi Excepción | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora