Capitulo 4. Confundido.

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No tenía otra opción más que ir a los sanitarios.
Se dirigió al lugar acordado, se adentró a los últimos baños y dejó caer su mochila al suelo después de agarrar su lonchera.

—¿Por qué tengo que sentirme así con el? En especial que... Mi omega se siente muy feliz, pero bien, no importa. Después de todo, no debo de confiar tanto en el, ¿Y si es alguien malvado y me quiere hacer daño si bajo la guardia? ¡Incluso a mí familia! ¡Jamás me dejare llevar por los alfas! Ugh... ¿Por qué estoy pensando en todo esto? Creo que me estoy volviendo loco.

En un agarre fuerte pero ligero, apretó su sandwich mientras cerraba sus ojos y su ceño fruncido notablemente frustrado, pero un color acolorado se percibió por sus mejillas. Suspiró, y siguió comiendo.

Al finalizar su almuerzo, agarró del bolso su celular para fijarse en la hora, marcando pocos minutos para que terminará la hora de descanso.
Agarró sus cosas y salió del lugar, mantuvo su mirada hacia el suelo durante todo el camino al salón, mientras escuchaba algo de pop rock.

En poco tiempo llegó al salón indicado, y cuando dió un paso al salón; se encontró de nuevo con el.

En poco tiempo, llegó al salón indicado; pero al dar un paso para adentrarse, su mirada cruzó de nuevo con el.


El sonido de la puerta abriéndose capturo de su atención y dejó de hacer algunos trabajos.
Eran de nuevo esos ojos, no puede evitar sentir cosquilleos cada vez que los ve porque a su al parecer, eran extremadamente lindos.
El primero aparto la mirada, y pudo notar como un sonrojo se esparció por sus mejillas.

—¡A-ah, lo lamento! ¡No sabía que estabas a-aquí!—Tartamudeo, realizó una reverencia hacia el y al mismo tiempo quizo ocultar su sonrojo.

—Oh, no te preocupes..—. no esperaba encontrarse de nuevo con el omega después de haberlo visto en la azotea, que accidentalmente soltó feromonas y provocó que su alfa despertará.
Iba a hablar, pero el se había ido de ahí que no pudo notarlo.
Supuso que regresaría, ya que se fijó en que no faltaba mucho para que acabe el receso.

Escapó, no le quedó de otra opción que hacerlo. ¿Qué le pasaba? Ahora se sintió más contento cuando estuvo "a solas" con el alfa, ¿Era su omega tal vez? No lo sabe, solo quería poder tranquilizar su respiración mientras agarraba de su camisa del pecho brusco.

Pudo regular su respiración, pasó su brazo por su frente para quitar las pequeñas gotas de sudor. Se apoyo contra la pared y se dejó resbalar hasta caer sentado al suelo.

—No puedo seguir descontrolandome de esa forma, puedo soltar feromonas y puedo causar un lío... Entonces, no puedo sentarme junto a el pero... Ah, ¡En serio porque Douma!

Escuchó levemente el sonido del timbre. "Genial." Reprochó en silencio, sin otra opción se levantó del suelo, y sacudió un poco del polvo que contenia su camisa.
No quedó tan lejos del salón, pudo llegar rápido pero no quería entrar. Las personas que estaban al rededor de el lo alivió, pero también sintió algo diferente al notar como intentaban, ¿Seducirlo?

Ignoró ese sentimiento, fue a sentarse y esperó a que el profesor llegara.

Continuaron las clases con "normalidad", excepto para el azabache.
Evitaba cada acercamiento con el alfa, sin darle alguna explicación del porque huyó, aún que hubo veces donde su mirada se dirigía a el cada vez que estaba distraído. Luego la apartaba y se repetía a si mismo en el porque le interesaba.

Al fin exhausto por sentirse presionado, salió en busca de su hermano. Fue a un banco no tan apartado del colegio, y a sus lados y su frente con unos árboles verdosos, pues ahí se habían puesto de acuerdo para encontrarse fácilmente.
Mientras esperaba, navegaba entre las redes sociales pero no fue mucho el tiempo en que espero.

—¡Kaigaku!

Levantó la cabeza y vio a su hermano corriendo hacia el.

—Ah, al fin llegas. Vámonos-habló mientras se levantaba.

—¡Si!—Respondió con una sonrisa.

Fueron de camino hacia su hogar, Kaigaku rompió el silencio preguntándole algo trivial.

—¿Hiciste algunos amigos?

—¡Claro! Incluso hice dos nuevos amigos, uno se llama Tanjiro Kamado, el emitió un sonido agradable la primera vez que me hablo así que no dude en hacerme su amigo. Luego Inosuke Hashibira, fue muy raro la forma en que nos hicimos amigos, pero me cayó bien. Ah, y añadiendo que los dos son omegas.

Kaigaku escuchaba atentamente las palabras de su hermano, con una cálida sonrisa formada por sus labios.
Unas que otras risas incluyeron en esa plática, hasta que llegaron a su hogar y adentraron a está.

Fue a cambiarse de ropa para una más cómoda, para después bajar e ir a la cocina a prepararse algo de comida y para su hermano y abuelo.
Para no aburrirse, reproducio sus audífonos unas canciones relajantes.

(...)

Después de terminar de hacer la comida, la dejo guardada para más tarde para su hermano y abuelo. Decidió ir a descansar, se quitó el mandil y subió las escaleras para ir a su habitación.

Se acostó en su cómoda cama, de nuevo le cruzó el pensamiento de la conexión que sintió con el alfa, aún que quisiese apartar ese sentimiento por qué no confiaba en ellos, no podía hacerlo.
Su Omega tenía esperanza en que el era diferente, y no como en los momentos que enfrentó en su infancia de burlas de alfas por ser de bajos recursos. Esos malos recuerdos provocó que tuviera un odio hacia ellos, suponiendo que todos debían de ser iguales.

¿Pero que es ese sentimiento diferente con el?

¿Abrumado? ¿Confundido? O tal vez, ¿Amor? -llevo sus manos a su rostro, notablemente estresado- Probablemente sea eso cierto, lo hace sentir de una manera romántica.
En las pocas cercanías con el alfa, fueron suficientes para hacer su Omega estallar de emoción; en esas miradas, vio lo lindo en que eran sus ojos, su rostro, su cabello largo, esas marcas en su rostro... Simplemente a su vista es perfecto.
Con esos pensamientos, sus mejillas se tornaron de un tono carmín intenso. Mantuvo la calma, y dejó que su omega sea cercano con el.

Con esa esperanza en mente, se acomodo de lado y cerró sus ojos, se repetía a si mismo que no debía dejar que el miedo lo paralizara.
Respiró profundamente, queriendo liberar la tensión de su cuerpo y dejando espacio para la confianza y la esperanza.
Finalmente, pudo liberar todo su estrés y se dejó llevar por el sueño.

(...)

Despertó, con un bostezó y estiró su brazo para alcanzar su celular, indicaba las seis de la tarde. El sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos anaranjados y dorados.
Se levantó de la cama y salió de su habitación para ir a comprobar si su abuelo estuviera en su habitación, con cuidado, abrió la puerta y lo vio durmiendo plácidamente.
Una sonrisa se dibujo al verlo tranquilo.
Salió de ahí para no interrumpir su descanso.

Regresó a su habitación y fue a sentarse al escritorio con la intención de dibujar algo, pero todas sus ideas no las tenía claras en mente.

Se le ocurrió dibujar a.. ¿Kokushibo?
Tal vez podría ser una excelente opción.
Comenzó con el boceto, observando cuidadosamente cada detalle que le gustaría plasmar, luego de terminar con esa faceta, continuó esta vez remarcandolo de un pulmón negro.
Y por último, lo coloreo añadiéndo tonos oscuros como sombras y colores llamativos que aquel alfa resplandia.
Sonrío satisfecho mientras admiraba su creación.

Al acabar, levantó al aire su gran obra de arte, apreciando la con orgullo. Inconscientemente, sonrío e iba apareciendo un pequeño sonrojo.
Se levantó de su asiento y lo pego justo a un lado de su cama para que cuando despertará, pudiera apreciarlo.

Continuó haciendo obras de su inspiración, en diferentes lugares, ángulos y acciones.

El alfa que me enamoró..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora