Capitulo 5.

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Terminó de estar dormido apoyado en el escritorio, el arduo trabajo de realizar obras de el alfa lo exhausto.

Sonó la alarma de su celular, apagandolo con pereza por tener que ir de nuevo al colegio, pero se preparó mentalmente al tener que enfrentarse a hablarle al alfa.

Se levantó de la silla y fue directo al baño.
Listo con el uniforme con su mochila organizada, bajo a la parte inferior de la casa en marcha a hacer su desayuno y el almuerzo para ambos.
No olvidandose de reproducir su música dejando que el ritmo y la melodía resonará en sus oidos, mientras tarareaba las palabras.

Unos minutos pasaron y eso de enfrentarse a hablarle, sentimientos de inquietud y nerviosismo lo atormentaron, seguían presentes después de toda esa determinación. Llenando de dudas sin repuesta, haciendo que su corazón latiera desbocado.
Apoyo sus dos manos al mesón para dejar salir un suspiro fuerte, bajando la cabeza teniendo su seño fruncido.
El pensamiento de la suposición de ser igual como los alfas de su pasado, tenía miedo que eso pudiera ser cierto sin poder apartarlo de su mente. "No pienses tales cosas, mi Omega puede confiar en el. Estoy seguro.

Respiró y lo exhaló para sacar todo esos pensamientos, continuó en cortar las frutas sin faltar la melodía tranquila.

Vio a Zenitsu bajar las escaleras adormilado.

—Buenos días bella durmiente, tu almuerzo aquí está.

—A-ah. Gracias, Kaigaku.—agarro su lonchera y la metió en una bolsa de su mochila.

—ya vámonos.

Zenitsu asintió, mientras se colocaba su mochila a su espalda.

Salieron de la casa, caminando por las
oscuras calles que los rodeaban,
Iluminadas únicamente por los tenues
destellos de los postes de luces.
Kaigaku, la quietud de la noche lo envolvía, pero no dejaba que lo desanimara.

El silencio parecía amplificar sus pensamientos y emociones, se preguntaba si el se dió cuenta que tenian algo en común. Aún que el miedo seguía latente.

Llegaron al colegio y luego tomaron sus caminos, el azabache pudo ver a sus amigos en la misma esquina platicando.

—Hola, buenos días.—saludo con una pequeña sonrisa.

—¡Ah, Kaigaku al fin llegas! ¡Tengo algo muy emocionante que decirte!— exclamó Ume con una sonrisa muy grande.

—¿Qué pasa?

—Resulta que mi pareja Nakime es amiga de los gemelos Tsukuguni, y le platique que tu estabas interesado por Kokushibo e iba a intentar que ustedes dos se conozcan-...

—¿¡QUÉ TU QUE!?—soltó en grito a la albina, con los ojos abiertos de la sorpresa mientras contenía su calma de haber empeorado aún más las cosas.

—Uy, pues. Estoy intentando ayudarte, sientete satisfecho de que una amiga como yo te ayuda en tu vida amorosa—sonrío con calma, levantando sus hombros y sus manos demostrando despreocúpacion y orgullo.

—¡TU-...! ¿¡USTEDES TAMBIÉN TIENEN ALGO QUE VER!?—señaló a los demás notando en como se contenían estallar de la risa.

—A mi no me mires—evitó la mirada enojona de Kaigaku, viendo a otro lado el hermano de Ume.

—Yo no tengo nada que ver con el asunto, a penas me enteré que te gusta Kokushibo.—hablo Enmu.

—¡A MI NO-...! AHG—bajó su mirada con el ceño fruncido, apretando sus puños intentando regular la respiración por hacer que su plan se fuera a la mierda.

Volteó brusco la cabeza en dirección a su amigo Douma.

—¡Tú, Douma! Tienes algo que ver con esto, ¡Verdad!

El alfa que me enamoró..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora