Capitulo 11.

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Pasaron aproximadamente dos días de aquella llamada con su madre. El día de la cena se acercaba y aún no le había avisado a ninguno de sus dos familiares, no lo sabe pero, sentía que sus padres irían solo por algo. Algo intentarian quitarle, en las noches sobrepensaba del porque querían ir, y porque ahora.

Durante por largos 17 años sin verlos, sin saber nada de ellos.
Recordó que cada vez que quería hablar del tema con su abuelo, este siempre lo ignoraba o le pedía que se fuera a su habitación. Sin obtener respuesta.

Se encontraba en su pupitre, apoyado de su mano en su mejilla mientras contemplaba un poco del exterior; estando ajeno a la clase. Preguntándose si en verdad fue una buena idea al acceder su petición con respuesta positiva.
"Esto me da un mal presentimiento" pensó con inquietud.

El timbre sonó, sacándose de sus pensamientos e iba recojiendo sus cosas para dirigirse a la salida a buscar a su hermano.
Las miradas, susurros, desprecios, reproches no faltaron, lo que sea ya no le importaba. Solo quería irse de una vez.

—Kaigaku, te he notado algo decaído. ¿Estás bien?—interrumpio sus pensamientos la voz de Kokushibo a un lado de el. Quien tomó asiento para acercar su mano a la mejilla del Omega, acariciándola.

—Estoy... Estoy bien, no te preocupes.—forzo una sonrisa acompañado de un sonrojo ligero, pero fue descubierto.

—No mientas, algo está pasando. Por favor, dime qué pasa.

La mirada de Kaigaku se desvío a la del alfa, entristecido por lo que estaba pasando.

—B-bueno, la llamada de mi mamá me ha inquietado mucho. No se porque después de largos 17 años decide buscarme, ella no sabe por lo mucho que pase sin atención maternal; de igual forma, tengo un mal presentimiento en ella. Además, aún no se lo he contado a mi abuelo, no se cómo se lo tome y tengo miedo que ocurra algo.

—Kaigaku, no te preocupes por lo que tu madre pueda estar planeando—dijo  con una voz firme y segura, mientras apretaba suavemente el hombro de Kaigaku.—Lo que importa es que tú estás bien, y que yo estaré aquí para apoyarte, sin importar qué pase. No te dejaré solo en esto, Kaigaku. Si tu madre intenta algo, nos enfrentaremos juntos. Pero por ahora, no te cargues con la inquietud, déjame cuidar de ti.

Un sonrojo intenso cubrió su rostro, el como lo hace sentir el alfa lo calmaba y dejaba todas sus preocupaciones al aire.

—puedo... ¿Abrazarte?

El alfa le sorprendió pero no mucho, extendió sus brazos permitiéndole enrollarse en el cálido abrazo.
Kaigaku se acomodó bien, dejando salir todas las emociones que lo atormentaban.

Su momento amoroso fue interrumpido por una voz chillona que se acercaba a ellos.

—¡Kaigakuuuu!

La voz lo hizo reaccionar y se alejo del alfa, mientras un calor intenso se esparció por sus mejillas.

—Y-yo, a-ah. Perdón, m-me deje llevar. T-tengo que irme, hasta luego.

Kokushibo, confundido por la reacción; simplemente asintió y se levantó para irse a su camino.

—¡Kaigaku, perdón por tardar! Es que mi amigo Inosuke casi se mete en problemas con alguien de mayor grado. Porque... Eh... Mejor ya vámonos.

—Si, mejor. Acabas de arruinar mi momento con Kokushibo.

—¡Y-yo no sabía! ¡Perdón, perdón, no era mi intención interrumpirlos!

—Olvidalo, ya vámonos que tengo que decirte algo.—empezo a caminar en pasos grandes.

—¡Esperaaa!












Durante el camino, el Omega rubio no dejaba de hablar, contándole experiencias graciosas que tuvo con sus amigos. Hasta que Kaigaku decidió que era el momento de decirle sobre la cena.

—Zenitsu...

—¡Y luego a Inosuke se le cayó de su almuerzo...-! Ah, ¿Si, Kaigaku?

Kaigaku carraspeó ligeramente su garganta, y habló:

—Nuestra mamá... Vendrá el sábado.

Zenitsu lo miro con cierta confusión, cambiando a una expresión seria.

—¿Mamá?

—Si... Cómo lo oyes, ella y papá van a venir a cenar con nosotros.

El silencio reino entre los dos, y el mínimo ruido eran los pisadas al suelo. De pronto, el rubio paró su camino, Kaigaku lo volteo a ver desconcertado.

—¿Eso es verdad? Podré verlos después de largos años pero... ¿Porqué hasta ahora?

—... Si, se que suena algo ilógico. No tuve más remedio que aceptar, a mí también me tomo por sorpresa. Dando aparición como si nada, tsk.

—...

—¿El abuelo lo sabe?

—Se lo diré hoy. No se cómo vaya a tomarlo pero ya no hay marcha atrás. Ellos vendrán.

—Bueno...


























El día ya había oscurecido, Kaigaku estaba bajando las escaleras para encontrarse a su abuelo en la sala sentado em el sofa, viendo las noticias.
Se sentó a su izquierda, con un poco de nervios habló:

—Abuelo.

—¿Mm?—contesto, sin apartar la mirada la televisión.

—Tengo que decirte algo de mis padres...

—Kaigaku, por favor-

—Mira, iré al grano. Ellos van a venir el sábado, me llamó mamá queriendo una cena con nosotros. No se si hice bien al aceptar.

Ante esa revelación, solo puedo escuchar como su abuelo soltó un largo suspiro.

—Kaigaku, ellos no van a venir solo para verlos, por alguna razón te tuvo que haber llamado. No se porque aceptaste.

—Lo siento... No sabía que responder en ese momento, pero, ¿Por qué vendrían?

—No lo se, pero intentarán arrebatarlo de tus manos—dicho último empezó a toser, Kaigaku fue a la cocina por unas pastillas junto con un vaso de agua pera luego dárselo.

—Bueno, abuelo... Ire a dormir, descansa.

—Si, buenas noches.

El alfa que me enamoró..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora