Reaching Freedom

En quien se debería confiar

Llegué al cuartel nuevamente, con la misma sensación de desgano que me ha acompañado últimamente. Tengo que terminar unos informes y un montón de papeleo que me dio Erwin, y además, debo empezar los entrenamientos con los mocosos, y la verdad es que no tengo ganas de hacer nada.

•Levi estaba tan inmerso en sus pensamientos que ni se dio cuenta de cuando Hange entró en la habitación.

-¿En qué estás pensando tanto, Levi?.
-preguntó Hange con curiosidad.

-¿Acaso no sabes que se debe tocar la puerta antes de entrar? -replicó Levi, incorporándose de un salto y escondiendo rápidamente una carta en su gaveta antes de que Hange pudiera leerla.

-¿Acaso tienes novia, Levi? -preguntó Hange con una sonrisa burlona, lo cual no hizo más que fastidiar aún más a Levi.

-No seas tonta. Eso no es asunto tuyo. ¿Solo viniste a decir estupideces? -dijo Levi con un tono cortante, tratando de no dejar que su irritación se note demasiado.

-Claro que no. Solo quería informarte que los chicos ya están formados y listos para comenzar con el entrenamiento. Te necesitan allá abajo.

-Ah, sí, ya voy a bajar. -Levi se levantó con desgano, mientras Hange se dá la vuelta para salir de la habitación.

•Una vez solo, Levi entrelazó sus manos, contemplando si sería más rápido llevar a Alana a la Muralla Sina o traer al doctor aquí. Antes de que pudiera tomar una decisión, un nuevo sonido proveniente de la puerta interrumpió sus pensamientos.

-¿Quién es? -preguntó Levi con evidente disgusto, su paciencia está por llegar a su límite.
-¡Capitán, hay una chica que lo busca!.
-anunció el soldado desde el otro lado de la puerta, tratando de mantener un tono profesional.

-¿Una chica? ¿Cómo se llama? -pregunte frunciendo el ceño, con cierto grado de curiosidad.

-Se llama Caterine. Dice que viene a visitar a Alana y que también quería hablar con usted.

-¿Dónde está ella? -cuestione abriendo la puerta de golpe, es esa chica que por algún motivo me causó curiosidad, la que dijo ser amiga de Alana.

-Esta en el área de entrenamiento capitán, le dije que esperara ahí.-Gracias, ya puedes retirarte.
Dije antes de cerrar la puerta con un leve golpe y dirigirme al campo de entrenamiento. Tengo que escuchar lo que tiene que decirme, porque que yo recuerde, no quedo ningún asunto pendiente para tratar conmigo.

-No pensé que vendrías hoy mismo
-comenté al estar lo suficientemente cerca Caterine.-Lo siento si estoy interfiriendo en su entrenamiento capitán, pero la ansiedad me está matando.

-Entiendo -respondí.-Te llevaré a su habitación. Solo sígueme.

•Levi le indicó a los demás soldados que él se encargaría de llevar a Caterine al interior del cuartel y que luego volvería para comenzar el entrenamiento. A continuación, se adentró en los solitarios pasillos del cuartel, con Caterine a su lado siguiéndolo en silencio. Ella quiere iniciar una conversación, pero las palabras se le atoran en la garganta. Levi, con su expresión dura y su carácter inmutable, es conocido por ser distante y reservado, lo que hace casi imposible establecer una conexión amistosa con él fuera del ámbito profesional.

-Y... Bueno... El día de hoy envié una carta a un doctor bastante reconocido en la Muralla Sina. Estoy segura de que, en cuanto la reciba, vendrá lo más pronto posible.

-¿Ah, sí? ¿Quién es? -preguntó Levi con un tono tan superficial que casi parece desinteresado. Sin embargo, sus ojos revelan una curiosidad que no puede ocultar, un interés profundo que desmiente su actitud indiferente.