Nasiens quien estaba apunto de entrar al barranco se detuvo completamente al escuchar como una de sus trampas cercanas había sido activada. Necesitaba saber si la persona que había caído en ella era un inocente y ayudarlo. Ya había pasado hace un momento y aún se sentía culpable por eso.
Sin más se desvío de su camino inicial y empezó a correr en dirección a aquella trampa.
Su respiración ya se empezaba a escuchar entre cortada, pero eso no le importaba. Nasiens carecía de buena resistencia para todo y siempre se cansaba al instante. Por más que hacía ejercicio todos los días no podía evitar cansarse con rapidez.
Al llegar pudo deslumbrar a una mujer con una armadura de color amarillo que dejaba sus grandes pechos a la vista. Y se detuvo a unos pasos de ella.
La presencia de aquella mujer no eran buenas noticias para Nasiens quien de forma rápida puso sus manos en su espalda para sacar sus armas guardadas en su bata de doctor. Necesitaba defenderse de ella, algo le decía que no era buenas noticias.
-Tu debes ser el causante de que se me rasgara mi hermosa capa-
El tono de aquella mujer no reflejaba nada de alegría, por el contrario ella se encontraba completamente enojada.
Nasiens se mantenía a una distancia considerable y en posición defensiva. Algo le decía que si se distraía la iba a pasar fatal. Esa mujer no venia con juegos.
-¡Te encontré!- La voz de Percival distrajo a Nasiens quien de forma inmediata desvío su mirada de aquella mujer para ver a aquel chico que acababa de llegar.
Grave error.
Aquella chica aprovecho la distracción y saco su látigo y de forma hábil y rápida lo enredo en el cuerpo de Nasiens quien soltó un grito al sentir como era perforado por algunas púas que este traía consigo.
Y no solo eso sino que con gran fuerza de parte de aquel caballero fue estrellado contra un árbol golpeándose la cabeza en un instante.
Nasiens ya estaba comenzando a ver borroso y solo escuchaba la voz de Percival a lo lejos quien preocupado se acercó a él. Ni había notado que aquel látigo ya no se encontraba enredado en su cuerpo.
Había cometido un error en batalla. Y se sentía muy patético ante eso.
-Como te atreves- exclamó enojado Percival poniéndose delante de Nasiens.
No iba a permitir que lo dañaran más, Nasiens era su salvador de hace un momento y no iba a permitir que una desconocida le hiciera más daño.
-Perci…val- fueron las palabras que salieron de Nasiens quien trataba de enfocar lo más que podía su mirada.
-Sera mejor que no te muevas- le advirtió Sin a Nasiens -tus heridas pueden empeorar-
Aquella caballero solo se empezó a reír.
-Primero este chico puso todas estas trampas y provocó que mi hermosa capa fuera rasgada y ahora un niño se interpone en mi camino. ¿Este día no puede ponerme más enojada?-
Lanzo su látigo en dirección de Percival y este solo dejo que se enredará en su mano totalmente enojado.
-Es todo lo contrario tu me has hecho enojar- fueron las declaraciones de Percival quien no se inmutó ni cuando aquellas púas perforaron su piel.
Nasiens abrió completamente los ojos ante tal acontecimiento.
Aquel chico que acababa de conocer lo estaba salvado aún a costa de salir herido. Jamás habían hecho algo así por él.
Ya estaba decidido. Nasiens no se quedaría solo a ver cómo lo salvaban, las heridas no eran tan graves y ya estaba empezando a conseguir una correcta movilidad, sin olvidar que ya había dejado de ver borroso. Solo debía de esperar el momento correcto para atacar.
Sin de forma inmediata leyó el corazón de Nasiens, ya sabía lo que iba a intentar y sonrió. No era tan débil como pensaba.
Mientras tanto Percival no se movió ni un paso aún cuando aquella caballero trato de lanzarlo contra un árbol. Frustrada desenredo su látigo de la mano del chico y saco su espada dispuesta a atacarlo. Estaba tan concentrada en el chico delante de ella que no noto la presencia de Nasiens quien de forma rápida y certera encanto sus armas y le hizo unos pequeños cortes superficiales.
La caballero al notar esto solo se empezó a reír.
-Sabia que eras débil-
Sin embargo esas fueron sus únicas palabras y cayó al suelo inconsciente. Nasiens había encantado sus armas con un somnífero.
-Eso fue increíble- de forma inmediata Percival lo elogio con una sonrisa y saltando alrededor suyo.
Nasiens no pudo evitar sonrojarse por eso. No estaba acostumbrado que un extraño lo elogiará así y de forma involuntaria oculto su sonrojo con su sombrero.
-Tienes agallas chico- fueron las palabras de Sin.
Nasiens se agachó y acaricio al tierno Sin quien solo rodo sus ojos irritado.
-Nunca había visto un zorro parlante- menciono Nasiens y este no pudo evitar morder su lengua lo que provocó que le saliera algo de sangre.
Percival al ver esto dejo de saltar alegremente y se preocupo enseguida.
-No te mueras- fueron sus palabras sacudiendo el cuerpo de aquel chico quien sin querer mordió más su lengua.
-Tranquilo solo mordí mi lengua, siempre pasa cuando me emociono- logro decir el pobre chico quien ya se encontraba mareado por aquellas sacudidas.
“Estoy rodeado de raros” pensó Sin soltando un suspiro. La misión que le encargó el Rey Meliodas no iba a ser tarea fácil y menos con aquel jinete de la muerte quien no dejaba de meterlo en problemas. Estaba así de cerca de querer abandonar su misión, pero se auto convencía siempre con aquella profecía.
Esa tranquilidad no duró mucho cuando empezaron a escuchar gritos provenientes del barranco. Al notar aquello Nasiens inmediatamente entro en pánico, algo estaba sucediendo en su hogar. Ni siquiera lo dudo y empezó a correr en dirección a su casa.
“Abuelo… hermana” con aquellas palabras aumento su velocidad.
Pero nunca se imagino lo que encontraría al llegar…
Les traigo otro capítulo más de esta historia.
Espero que les esté gustando y disfruten cada capitulo.
Las actualizaciones son algo lentas y lo lamento.
Sin más me despido. Hasta la próxima.
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La Gran Aventura (Percival x Nasiens)
FanficDespués de que Nasiens es salvado por Percival (El jinete de la muerte) se embarca en una aventura junto con él para derrotar al Rey Arthur.