【01 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐】

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―¿¡Akaza-Dono, te gusta mi nueva adquisición!?― Clavo en la pared de madera una katana gris plateada

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―¿¡Akaza-Dono, te gusta mi nueva adquisición!?― Clavo en la pared de madera una katana gris plateada. ―Me la quedé de premio, era de uno de esos débiles en cubierto, es despampanante y ya la estrené.―

―Ya lo sé, hay sangre en todo su largo― respondió fastidiado.

―No comprendo cómo Koyuki-Chan te soporta.― Se cruzó de brazos.

―Silencio, no la menciones. Para ser un Yakuza, le aplicas mucha devoción a tu tiempo libre.―

―¿Eh? No seas amargado. Sabes que me encanta escuchar los aliridos de dolor de los insolentes y ver cómo se escurre su sangre, es simplemente magnífico.― Hizo una pausa. ―Y más la de las mujeres.― Murmuró con una sonrisa de falsa inocencia y se dio la vuelta para irse, sintiendo cómo su compañero lo fulminaba con la mirada.

―Cierra esa asquerosa boca o te cortaré la lengua.― Apoyó su mano sobre el hombro de Douma y la estrujó con fuerza.

―Mantén la calma, solo fue una broma, pero parece que te lo tomaste personal, así que te tendré que recordar quién es tu superior.― Hubo un silencio incómodo hasta que volvió a retomar la palabra. ―Exacto, yo.―

Al no tener respuesta del pelirrojo, se marchó, no sin antes decirle "iré a dar una vuelta, la noche aún es joven".

Al no tener respuesta del pelirrojo, se marchó, no sin antes decirle "iré a dar una vuelta, la noche aún es joven"

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Miraba a los lados de la cafetería tratando de visualizar la silueta de ese muchacho. La luz de la luna se reflejaba en la pared de vidrio, suspiró empañándolo. Había llegado temprano, el Tomioka siempre es puntual, pero la Kochō era muy impaciente.

Observaba el reloj exasperada, hasta que escuchó el tintineo de la campanita que se encontraba arriba de la puerta. Alguien había entrado, no le dio importancia hasta que esa persona posó su mirada en ella, aparentemente admirándola.

Allí fue cuando se dio cuenta de que ese hombre era voluminoso, de tez blanca y alto. Estaba encapuchado, pero su cabello rubio cenizo caía en cascada sobre sus hombros y frente. Lo más extraño eran sus ojos, que simulaban tener un arcoíris en ellos. Él se acercó con una sonrisa amigable.

Sintió un viento helado que le calaba hasta los huesos, junto con un escalofrío que recorrió toda su espina dorsal y además acompañado de un sentimiento de total rechazo, mezclado con ira e impotencia.

❝𝐏𝐎𝐋𝐈𝐂𝐑𝐎𝐌𝐎❞ | 𝙰𝚋𝚘𝚖𝚒𝚗𝚊𝚋𝚕𝚎𝚜 𝚘𝚛𝚋𝚎𝚜.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora