Capítulo 16

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Furina fue sacada de su sueño por una suave sacudida en el hombro. Abrió los ojos lentamente, encontrándose con la mirada amable del miembro de Spina di Rosula que la había acompañado durante el viaje

—Señorita Furina, hemos llegado a Liyue —dijo el hombre en voz baja, tratando de no sobresaltarla demasiado

Furina se incorporó en su asiento, frotándose los ojos para despejarse. Miró por la ventana y vio las primeras luces del amanecer reflejadas en las aguas del puerto de Liyue. La ciudad estaba comenzando a despertar, sus habitantes ya iniciando sus actividades diarias.

—Gracias —respondió Furina, intentando esbozar una sonrisa a pesar del cansancio.

El hombre asintió y bajó de la carroza, extendiendo una mano para ayudarla a descender. Furina tomó su mano y se bajó con cuidado, sintiendo el aire fresco de la mañana en su rostro. A su alrededor, el bullicio matutino de Liyue era reconfortante de una manera que no había esperado

—Nos hemos asegurado de que tenga un lugar seguro donde quedarse —continuó el hombre, señalando una pequeña posada cercana—. Podrá descansar allí y planificar sus próximos pasos con calma.

Furina asintió, agradecida por la ayuda y la discreción de sus acompañantes. Caminó hacia la posada, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación. Sabía que Liyue le ofrecería un respiro de la tensión constante en Fontaine, pero también era consciente de que este era solo un paso temporal en su viaje.

Al entrar en la posada, fue recibida por un amable posadero que la condujo a su habitación. Furina se dejó caer en la cama, cerrando los ojos por un momento y permitiéndose relajarse. Sabía que debía aprovechar este tiempo para recuperar fuerzas y pensar en su siguiente movimiento.

Mientras tanto, en Fontaine, Neuvillette se encontraba en su despacho, su mente llena de pensamientos sobre Furina. La obsesión que sentía por ella había crecido en los últimos días, especialmente desde que había descubierto su embarazo. No podía dejar de pensar en ella y en los hijos que esperaba.

Neuvillette se levantó de su silla y caminó hasta la ventana, mirando hacia el horizonte. Sabía que debía encontrar a Furina, asegurarse de que estuviera a salvo. Pero también era consciente de que sus propios sentimientos podían estar poniendo en peligro a aquellos que más quería proteger.

La culpa comenzó a invadir sus pensamientos. Se dio cuenta de que su obsesión no solo estaba poniendo en riesgo a Furina y a sus hijos, sino que también estaba afectando su propia cordura y juicio. La responsabilidad de proteger a Fontaine pesaba sobre sus hombros, y su incapacidad para controlar sus sentimientos hacia Furina solo complicaba las cosas.

Neuvillette se dejó caer en su silla, cubriéndose el rostro con las manos. La angustia y la desesperación lo consumían. Se preguntaba cómo había llegado a este punto, cómo sus sentimientos lo habían llevado a hacerle daño a la persona que más amaba.

Sabía que debía encontrar una manera de enmendar sus errores, de dejar que Furina se alejara para estar a salvo. Pero la idea de perderla lo atormentaba, dejando un vacío doloroso en su pecho

En Liyue, Furina también enfrentaba sus propios miedos y preocupaciones. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero estaba decidida a proteger a sus hijos y encontrar la paz que tanto anhelaba. Aunque el futuro seguía siendo incierto, confiaba en que, con el tiempo, encontraría las respuestas y soluciones que necesitaba

Ambos, separados por la distancia y sus propios demonios internos, debían enfrentar el desafío de superar sus miedos y encontrar un camino hacia la redención y la tranquilidad.

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Ya suvi nuevo capítulo 🎊 bueno en la tarde subiré otro

El Conflicto de Furina: Neuvillette y los Mellizos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora