Capítulo 4

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SAMY's P.O.V:

–¡Samanta Keira Miller!

–¡Presente!

Me había quedado dormida, eran las 12:32 pm, sentí que el mundo se me caía encima cuando vi a mi padre delante mío con el suéter de Luke en las manos.

–¿De quién es este suéter de hombre? –dijo lo último palabra con rabia– ¿De quién es? –repitió con un leve tic en los ojos.

–Lo encontré en la calle y como era lindo lo recogí –estiré mi mano–. Suelta, es mío. Aléjate –dije bostezando.

–Hija, solo quiero asegurarme de algo... –se rascó el cuello– ¿Eres aún vir...?

–¡Papá! –le grité.

Me senté al ras de la cama y le quité el suéter de las manos. Odiaba cuando llegaba ser tan... estúpido. Bueno todos los hombres son estúpidos, está en sus genes.

LUKE's P.O.V:

Era la primera vez en toda mi vida, repito, en toda mi vida que se me pierde algo. Mi suéter, el que me regaló mi abuela, se había perdido. Ayer fue la última vez que lo usé... en la casa de Samanta.

Faltaba exactamente una hora y trece minutos para verme con Pamela, pero ya que ahora sabía dónde estaba mi suéter, iría a la casa de Samanta y luego iría donde Pamela, ya que mi suéter era mucho más importante que cualquier cosa.

Toqué dos veces el timbre de la casa de Samanta y espere a que ella abriera la puerta, pero abrió un hombre de unos cuarenta años o eso creo.

–¿Si? –me miro de pies a cabezas como si examinara a algún animal raro.

–¿Esta Samantha? –sentí que me asfixiaba, traté de acomodar mi corbata pero su mirada me daba tanto terror que ni moverme podía.

–¿Para? – dijo con un tono duro.

–Bu-bueno, y-yo... qu-querí-ría...

–Luke, que bueno que llegas, ya me había preocupado por ti.

Súper Samanta al rescate, pensé.

–Samantha, ¿quién es este? – pregunto.

–Papá –le recriminó–, él es Luke. Bueno adiós, cuídate.

Ese señor de unos cuarenta o talvez menos ¿era su padre? No se parecían en nada a excepción de que los dos tenían el cabello castaño oscuro...

Samantha cerró la puerta y me jaló brutalmente como si estuviera corriéndose de algo, no sé por qué pero esto me hizo recordar a una corrida de toros que había visto una vez al ir España.

–Me vas a arrancar el brazo, Sam.

Paro en seco y se volteó lentamente, como si fuera la protagonista de alguna película de terror.

–¿Cómo me llamaste? – inclinó la cabeza hacia un lado y me dedicó una sonrisa forzada.

–Sam...

–Samy –corrigió– no me digas Sam, soy Samy. O Samantha, pero nunca, nunca –se le ensombreció la cara– Sam –suspiró–. ¿A dónde vamos? –cambió de tema.

–¿Vamos?... suena mucha gente. Yo tengo que ir por ahí.

–¿Con? –me detuvo.

–Pa-Pa-Patch Cipriano, el me... ¿salvará?

Samy se empezó a reír, no una risa en donde normalmente te tapas la boca para disimular, parecía que se iba a tirar al piso para rodar, como la otra vez cuando caí en su broma, mientras seguía riendo pero simplemente se limitó a agarrarse el estómago y reír cada vez más fuerte hasta que yo me contagié y también empecé a reír.

–¿Lees Hush Hush? Oh, santo dios...

Sentí que la gente que estaba alrededor nos empezaba a mirar mientras nosotros caminábamos, y la gente que pasaba a nuestro lado se habría hacia un lado para evitarnos.

Samy se dio cuenta que nos miraban y simplemente me miro y rodó los ojos, se acercó a mí me despeinó, me quitó el suéter y se lo amarró en la cintura y me abrió el botón de la camisa.

–Listo, solo porque los sapos nos están viendo –movió la cabeza refiriéndose a la gente.

–Dame mi suéter –extendí mi mano.

–Ah, ¿por qué? –se quejó– Pero sí es lindo –se lo desenrolló de la cintura y lo abrazó– ¿me lo regalas?

–¡No! –tosí– digo no, ese suéter es muy especial para mí.

–Bueno entonces, préstamelo –se lo volví a poner en la cintura– ¿A dónde vamos?

–Ya te dije que vamos suena a mucha gente. Yo tengo que ir al Starbucks –dije tratando de sonar algo ¿responsable?

–¿Con? –dijo lento y con una voz tierna y movió sus pestañas mientras me miraba.

–Con nadie –mantuve su mirada.

–Voy contigo, es mejor estar acompañado que solo ¿No?

Mire mi reloj, diez minutos... faltaban diez minutos y no podía quitarme a Samy de encima, ¿Por qué no le digo que tengo una cita de estudios con Pamela? Bueno, solo no puedo decírselo, algo me dice que simplemente no debo hacerlo.

Pamela me va a matar, agarré mi móvil y le envié un mensaje diciendo que no podría ir hoy porque se me había presentado algo urgente y que estaría ocupado.

–Oye, no me dejes en visto –sacudió su mano en mi cara–. ¿Vamos? – levantó una ceja.

–Me van a defenestrar por tu culpa, Samy – aseguré mirando mi móvil–. Solo cuida bien de mi suéter.

–¡Vamos! –gritó a todo pulmón antes de jalarme.

SAMY's P.O.V:

¡Hip, Hip, Hurra! Samy 1, otra idiota 0. No sé porque pero sentía que Mr. Ex Afeminado tenía una cita y no me lo quería decir... No, no y no, no estoy celosa. Yo quiero a Jack... él es mi crush.

Estábamos en el Starbucks, me pedí un frapuccino y Mr. Ex Afeminado se pidió un moca blanco. Apenas se sentó cruzo las piernas, sacó un libro y se puso unos lentes... Debo admitir que con la camisa abierta y el cabello un poco despeinado porque se lo había tratado de arreglar... se veía como un adonis... tengo que hacerlo, sí tengo que hacerlo.

–Mr. Luke –llamé su atención. Agarré mi celular y apenas volteó le tome una foto, hizo una mueca rara en las primeras fotos y luego sonrió de lado y alzó una ceja... esa era la foto perfecta.

–Elmo sabe dónde vives –dijo con un tono que daba miedo, luego soltó un risa–. Disculpa.

–Creo que tendré de que reírme por un buen tiempo –negué con la cabeza–. Deberías leer "50 sombras de Grey"...

Parecía que se le saldrían los ojos y luego abrió la boca pero la cerró inmediatamente, volvió a abrirla y dijo algo súper bajo no estoy segura qué fue lo que dijo pero escuche las palabras "ya" y "leído".

Ugh, AléjateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora