INFIERNO

EPISODIO 1

NO CAMBIES EL JUEGO, CAMBIA LAS REGLAS

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HELLA

Las gotas de agua pegan contra el cristal y las nubes en el cielo presagian un día lluvioso. Dejo caer el vestido que cubre mi cuerpo y el abrigo ancho que se ajusta a mi silueta con 30 semanas de embarazo.

Me muevo al espejo entero para observarme y todos los días lo hago porque se siente maravilloso verme en este estado cuando la primera vez no pude hacerlo. No supe que era sentir que tu pequeña se moviera, te pateara, jamás experimente los síntomas que tengo ahora, y debo decir que es la sensación mas extraordinaria de la vida.

—Mama—volteo a ver al milagro del abuelo que me llama estando en su cuna.

—Buenos días mi nenita hermosa—me apresuro a tomarla cuando alza sus brazos para que la cargue y no dudo en hacerlo, en besarla y hacerle sentir que es mi vida entera.

Amaranto hace dos meses cumplió dos años y ya me perdí de su primer año, el segundo no pudimos celebrarlo con la serie de ataques que sufrimos y por ello quiero celebrarlo aunque sea tardío. Estas son fechas importantes que además de eso sirve para unir a la familia, tener un momento de paz que no hemos tenido en estos meses porque aunque no suframos arremetidas, tranquilos no podemos estar.

Me emociono con la celebración que espero no sean empañado por el científico a quien estamos arrinconando, quitándole todos los puntos de acceso y por mas que tenga el poder de la Opus Die, nosotros tenemos mucho mas que el y por eso, mientras lo capturamos no permitimos que prospere.

—¿Baño? —mi hija juega con mis mejillas mientras entramos al baño donde le preparo su bañera con agua tibia y espuma.

Le quito el pañal, no se lo pongo durante el día porque pide ir al baño, pero no de noche no y la desvisto mientras juego con ella. la sumerjo en el agua sentándola y una de las cosas que mas me gusta hacer, es lavarle el cabello negro que tiene, a la vez que ella juega con el patito y sonrió cuando bajo a besarle la mejilla.

Es tan tierna y esos ojos verdes son iguales a los de su padre, imposible de ocultar la genética que le corre por las venas y destacan esas características físicas pulidas. Enjuago teniendo cuidado con sus ojos y retiro el exceso de espuma, antes de envolverla en la toalla cuando salgo del baño.

La dejo sobre la cama y busco su ropita, que le pongo un conjunto adorable para este día opaco. Su vestido es verde suave con unas pequeñas flores en la falda y complemento colocándole una diadema con un lazo verde a juego.

—Te ves encantadora—le digo y me sonríe.

Es tonto y son cosas de madres, pero me gusta ponerle los mismos colores que yo me pongo y su verde, es igual al gaban que yo uso. Nos miramos en el espejo donde le digo lo hermosa que esta, me sonríe y le pido un beso señalándome la mejilla, cosa que no me niega, permitiéndome sentir sus labios contra mi piel, que me saca una sonrisa.

—Buenos días—entra mama y mi hija se pone feliz, removiéndose en mis brazos.

—Mama, buenos días—me acerca a darle un beso a mi madre que pese a todo, siempre me regala una bonita sonrisa y toma en sus brazos a su nieta.

—Ven mi amor, vamos a desayunar—pide abrazando a su nieta.

—Vamos.

Bajo con ella al comedor donde ya se encuentra mi padre a quien saludo, antes de mama entregarle a su milagro porque nada mas es que Amaranto vea al abuelo para...