Yunkai llevaba tres meses desaparecido: después de que le confesó la verdad a Jiang fue a su apartamento a juntar el resto de sus cosas, y se marchó a casa de Alain. Dos días después tomó un avión con rumbo desconocido.
Su padre no intentó averiguar a dónde había ido: no le gustó que se fuera sin avisarle ni que cuando se comunicó con él por teléfono le dijera que se iba a tomar un mes de licencia, pero se sentía magnánimo después de haber ganado una buena suma de dinero en un negocio, y le dio dos semanas. Luego de las dos semanas YunKai no volvió, ni lo hizo en los tres meses siguientes.
—Querida, por favor, ¡dime dónde está nuestro hijo…! —El señor Tian insistía una y otra vez sobre su mujer para averiguar el paradero de YunKai. Estaba seguro de que ella sabía dónde se escondía.
—No lo sé, cariño —juró ella, como siempre—. Me dijo que se encuentra bien. Pero no me dijo dónde está.
El hombre se puso tenso:
—Espero que no me estés mintiendo para encubrirlo. No serías capaz de hacerme una cosa así, ¿verdad?
—Tranquilízate, cariño. —La mujer le aseguró—: Ya va a volver...
Los meses siguieron pasando y el señor Tian comenzó a desesperarse y a presionar a su esposa. Una noche recibió una llamada de un número desconocido: era YunKai.
—¡¿Se puede saber dónde demonios estás?! —inquirió—. ¡¿Por qué no has vuelto?!
—Ya veo que ni siquiera te importa saber si estoy bien. Igual me lo esperaba; lo único que te interesa es que obedezca tus órdenes…
—¡Esa no es forma de hablarle a tu padre!
—Te hablo como quiero. Y ya no molestes a mamá porque ella no sabe dónde estoy. Y te aviso que por ahora no pienso volver.
—¡Si no vuelves no te daré trabajo! ¡Vamos a ver cómo logras mantener tu estilo de vida sin mí!
—No necesito tu dinero. Puedo vivir de mi propio trabajo; para eso estudié.
—¡Demonios, Tian YunKai! ¡Te las verás conmigo cuando regreses!
—Ya no tienes poder sobre mí, papá…
—¡Eres un desagradecido...! ¡Cada plato de comida que comes me pertenece! ¡Todo lo que tienes es mío! ¡Eres mi hijo, y me debes tu lealtad!
—Eso se terminó, papá. Si quieres lealtad, cómprate un perro.
—¡Maldito muchacho, vas a volver sí o sí! ¡Encontraré la forma de hacerte regresar...!
—¡No voy a regresar! ¡Y deja en paz a mamá! ¡¿Entendiste?! —Yunkai cortó la llamada.
El hombre, furioso, miraba el teléfono, tratando de pensar cómo rastrear el número. Nunca se dio cuenta de que su esposa lo estaba escuchando a escondidas.
***
Jiang intentó seguir trabajando con normalidad, pero no podía ver a Vivianne sin recordar a Yunkai. El pensamiento de que los dos habían estado juntos era lo único que ocupaba su cabeza. No estaba razonando con claridad: se suponía que Yunkai había abandonado a Vivianne cuando se enteró de que él era su novio, pero se los imaginaba riéndose de él y se sujetó de eso para odiar a YunKai y extrañarlo un poco menos. Porque, muy a su pesar, cuando llegaba a su apartamento y no oía ruidos en el techo, sentía que lo abrazaba una soledad que ni las noches de París desde su balcón ni las botellas de vino lograban espantar.
![](https://img.wattpad.com/cover/372391644-288-k123468.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Los enemigos (Finalista Wattys 2024)
RomanceUn francés pansexual y de espíritu libre, capaz de hacer cualquier cosa cuando quiere conquistar a alguien, se encuentra con un chino rígido, con novia y apegado a las reglas. Entre ellos va a nacer una historia de amor imposible, por un secreto que...