15 maraton 4-7

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— Estoy agotado — el peliverde se quejaba mientras caminaban hasta la salida del salón.

— Por favor no exageres, no hiciste casi nada — el alfa de pelo azul cargaba su hija.

— Tomura cállate

— Pero Izuku yo hablé, tuve que dar un patético discurso con Yagi, hablar con muchos socios y después aguantar los coqueteos de todos esos urgidos... por suerte tu tienes compañero y no te fastidian como a mi.

— "Mi hijo del medio está soltero joven Midoriya, tal ves pudieran ir a tomar un café algún día" — dijo el peliverde con frialdad y algo de enojo.

— Que molesto son contigo hermanito

— Hm... tengo hambre — dijo el peliverde.

— Hermano vamos por...

— Kats vamos por katsudon si?

El peli-azul se congeló y vio como ambos adolescentes acordaron irse y dejando al niño dormido con la mujer peliverde.

— Me cambiaron — dijo el mayor con una sonrisa avergonzada.

— Es normal... ambos están descubriendo lo que sienten mutuamente — dijo la mujer acomodando al bebé en sus brazos.

— Pero no se nota nada de ningún sentimiento entre ellos.

— Tomura desde cuando Izuku baila con alguien?... cuando habla tanto ?... cuando acepta el contacto físico?

— Bueno... supongo que tienes razón en eso... lastima que ya Katsuki se va a la universidad... y el se va a la U.A

— Ellos estarán bien

— esperó que si.

Los chicos llegaron al restaurante donde el peliverde siempre va a comer, el peliverde pidió su gran plato de katsudon y Katsuki un plato de curry extra picante.

El pecoso se quito su saco y lo tiro en la mesa de alado, revolvió su cabello, de manera que quedó igual que siempre.

— me siento más cómodo a sí — dijo estirando su cuerpo.

— A veces no te entiendo

— Tal ves nunca lo hagas — declaró el peliverde recibiendo su plato de comida.

Ambos comieron y hablaron de tonterías, el peliverde se relajo y dejó salir su verdadera personalidad, risueña y con palabras bonitas, eso le encantó al cenizo, fue la primera ves que lo vio de esa manera y fue magnífica y ya.

— Kats vamos a mi lugar secreto —dijo el pecoso mientras subían al auto.

— lugar secreto ?

— Si... nunca he ido con alguien y seria bueno que fueras conmigo — sus palabras sonaba dulces pero el tono con el que las dijo era frío.

— Claro.

Izuku le indico el lugar a Katsuki y este empezó a conducir, en poco tiempo llegó al pie de una colina, bajaron e Izuku tomó una manta del asiento trasero del auto y jalo a Katsuki para que subieran las escaleras juntos.

La noche era tranquila y despejada, las estrellas brillaban intensamente sobre la ciudad, Izuku y Katsuki estaban en un mirador que Izuku adoraba, su lugar secreto y especial, un lugar apartado donde las luces de la ciudad se mezclaban con la inmensidad del cielo nocturno, donde el iba a despejarse y pensar las cosas.

La brisa fresca acariciaba sus rostros mientras ambos se recostaban sobre una manta, contemplando el paisaje.

— Este lugar siempre me ha gustado — comentó Izuku, su voz suave y tranquila. — Me recuerda que, a pesar de todo, siempre hay belleza en el mundo — Izuku estaba relajado y había dejado de la ese muro de indiferencia que lo hacía ser el, pero para Katsuki este momento era especial.

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