𝕷𝖆 𝕾𝖊𝖌𝖚𝖓𝖉𝖆 𝕬𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊||𝔏𝔞 𝔈𝔪𝔭𝔢𝔯𝔞𝔱𝔯𝔦𝔷 𝔇𝔦𝔳𝔬𝔯𝔠𝔦𝔞𝔡𝔞

𖣘𝔓𝔢𝔩𝔢𝔞𖣘

Mientras Elita tomaba el té y observa con interés a el Duque Kaufman, un hombre de tez morena y pelo blanco era el duque de un pais de otro continente, lo cual hacía que la peli-negra se sintiera atraída hacia esa aura de misterio que emanaba. Del otro lado Sovieshu y Henry peleaban, el rubio decía que Rashta había mentido y lo había engañado, mientras que el emperador defendía a capa y espada a su amante.
Elita únicamente observa con paciencia mientras que Navier intentaba evitar esa pelea, pero Sovieshu saco su espada y reto a Henry a un duelo.

-Príncipe Henry, lo reto a un duelo por manchar el honor de mi mujer- Sovieshu apunto a el rubio con su espada

-Si lo mato, ¿Estaré a salvo cuando deje la sala?- Diría con simpleza el rubio mientras que con uno de sus dedos tocaba el filo de la espada -De ser así, acepto el duelo-

Navier iba a terminar todo eso pero Elita hablo antes.

-Suficiente- Diría la peli-negra con voz fría mientras se levantaba -Creo que es ya suficiente de esta pelea infantil-

-¿Infantil?- Cuestionario Sovieshu mientras Henry sonreía

-Lamento que está discusión la haya molestando, mi lady- Diría Henry mientras sonreía

-No debería disculparse, solo terminen está tontería, con su permiso me retiro- Diría para irse de aquella sala sin decir más, sabía que Sovieshu hablaría muy seriamente con ella pero eso no le importaba.

Camino hacia el jardín, se sento en el pasto acomodando su vestido para estar cómoda, le relajaba estar en ese lugar, el palacio estaba lleno de personas caminando de un lugar a otro y murmurando cosas, odiaba eso, desde niña lo había odiado. Pero más odiaba como Sovieshu actuaba con Rashta, es demasiado sobreprotector con aquella mujer, entendía que era su amante y que por el momento era su adoración pero hace algunos minutos hizo una tontería, por esas acciones Oriente y Occidente podrían entrar en guerra. Todo provocado por aquella mujer de pelo blanco y brillantes ojos grises.

-¿Por qué una hermosa flor está tan decaída?- Esa voz la sacaría de sus pensamientos, Tiago sonreía mientras le daba una flor

-Sovieshu- Mencionaría mientras tomaba la flor, el peli-rojo se sento a lado de ella tomando un mecho de pelo de la peli-negra

-Ahora que hizo nuestra real majestad- Diría sarcásticamente lo cual sacaría algunas risas de parte de Elita

-Casi hace que nos vayamos a guerra contra Occidente- Dijo secamente mientras veía como Tiago jugaba con su pelo, era muy adorable esa escena

-Woow, si que te hizo enojar- Dijo mientras soltaba el pelo de Elita, la mujer suspiro mientras se recargaba en el hombro del peli-rojo.

-No sabes cuánto lo odio- Dijo muy enojada

-No lo odias, no eres capaz de odiarlo- Tiago tomaba la mano de Elita con suma delicadeza, como si de una pieza de porcelana se tratara -Es como tú hermano, aunque quisieras odiarlo no lo lograrás, querida-

Elita suspiro pesadamente, el tenia razón, no podía odiar a Sovieshu, pero si podía hacer que el pensara eso, los dos se quedaron en silencio, viendo el cielo y escuchando la respiración del otro, se sentían los dos tan tranquilo. Elita había estado bajo mucho estrés estos últimos días pero en ese momento se había olvidado de todos sus problemas, era algo que Tiago provocaba en ella siempre, le trae paz y tranquilidad, era la luz de su vida.

-Tengo una noticia que te alegrará mucho- Dijo rompiendo aquel hermosos y tranquilizador silencio

-¿Qué pasó?- Pregunto curiosa mientras jugaba con los dedos del oji-amarillo.