𖣘𝔓𝔞𝔧𝔞𝔯𝔬𝔰𖣘

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Henry o mejor conocido como "Reina" volaba feliz hacia la habitación de Navier, en esta ocasión no traía una carta ya que se había escapado de Mackena el cual claramente no permitiría que el joven príncipe fuera de nuevo a el imperio enemigo pero a Henry no le importaba, el quería ver a aquella hermosa mujer otra vez.

Al llegar se sorprende al ver la ventana del balcón abierta pero no le tomo importancia y entro de todo modos, hizo unos pequeños sonidos para llamar la atención de la rubia pero ella hizo caso omiso, la rubia se encontraba sentada en la cama de espaldas y parecía muy entretenida con algo que se encontraban en su regazo. Henry enojado por no ser atendido empezó a trinar mas fuerte haciendo que Navier se asustara y volteara para luego ver a el hermoso ave.

-Reina, que sorpresa- Diría feliz Navier para luego voltear completamente, dándole una terrible sorpresa a Henry.

En el regazo de la emperatriz se encontraba una ave, una hermosa ave de color negro con ojos color violeta, su pico era del mismo color  que su plumaje pero llevaba puesto un suéter tejido de un color morado claro.

-Reina, te presento a Bugambilia- Menciono la rubia señalando al ave que encontraba en regazo.

Henry de inmediato supo que Bugambilia no era una ave normal, era un humano al igual que el, esto lo sabia por sus ojos. Los ojos de los animales son secos y casi sin alma a ojos de los humanos, mientras que los magos convertidos en pájaros no pueden ocultar el alma que se refleja en sus ojos.

Pero no era el único que lo noto, Bugambilia también supo que el otro pájaro era un humano pero no hizo escándalo únicamente de acostó en el regazo de la rubia, provocando un ataque en Reina.

-Bugambilia parece que tienes un poco de sueño por cierto mira lo que te hice- Hablo la rubia llamando la atención de las dos aves, tomo de una caja la cual se encontraba en la cama un pequeño suéter tejido de color morado clarito hecho a la medida para la ave de plumaje negro -Es un nuevo suéter, estoy segura que te quedará hermoso

Reina sintió un ataque de celos y comenzó a trinar, Navier noto esto y solo sonrió haciéndole una señal a el ave para que se acercara a ella, lo cual Henry hizo.

-No te pongas celoso Reina, te haré uno también a ti solo espero que a tu dueño no le moleste eso-La ave miro de mala manera a Reina pero no hizo ningún escándalo.

Pasaron haci aproximadamente por una hora Navier consintiendo a las dos aves, jugando con ellas y viendo de que color le haría el suéter a Reina. Mientras que las dos aves jugaban entre ellas, Bugambilia no parecía tener miedo o estar rara de hecho estába molestando a Reina pero el macho no se encontraba tan relajado, parecía tenso y con algo de incertidumbre pero lo ocultaba bastante bien.

Después de un rato la ave de color negro empezó a trinar y a mover sus alas, Navier la soltó y sonrió algo desanimada.

-Ya te tienes que ir Bugam, te veo luego- Navier acaricio un poco la cabeza del ave antes de que está saliera volando.

Henry teniendo curiosidad de quién era el hechicero que se podía convertir en tal hermosa ave siguió a Bugambilia no sin antes despedirse de la rubia.

Reina voló lo más rápido que pudo siguiendo a la otra ave, Bugambilia se escondió entre los árboles, se detuvo en un árbol escondiéndose detrás de el tronco que esté árbol, Henry iba a volar hacia ese lugar hasta que escucho una voz femenina.

-Yo no te recomendaría que vinieras aquí si no quieres verme desnuda- Henry quedaría paralizado y rápidamente se colocaría en el lado opuesto del árbol- Eso pensé, ¿vas a tomar tu verdadera forma o voy a tener que adivinar lo que dices?

𝕷𝖆 𝕾𝖊𝖌𝖚𝖓𝖉𝖆 𝕬𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊||𝔏𝔞 𝔈𝔪𝔭𝔢𝔯𝔞𝔱𝔯𝔦𝔷 𝔇𝔦𝔳𝔬𝔯𝔠𝔦𝔞𝔡𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora